Parte 1

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La multitud en el gran estudio estaba sumamente ocupada esa tarde. Ese día, era otro lleno de trabajo para los actores del Dorama más popular de Japón. La serie televisiva que estaba captando toda la atención de los adolescentes, más de las chicas por el romance y el misterio en cada capítulo. La historia narraba la vida de un muchacho callado y frio en su universidad, odiaba al resto, no tenía amigos y evitaba enamorarse de alguna mujer. Era el más guapo de su salón y él más odiado por los chicos de su edad, los celos porque tenía a toda mujer besando sus pies. Sin embargo, la vida de este universitario no es más que una vida solitaria y triste. Tiene 432 años de vida, es un vampiro chupa sangre y ha intentado suicidarse demasiadas veces.

La serie ha tenido tanto éxito con los dieciséis capítulos emitidos en la televisión, que ahora el director se ha propuesto a continuarla con una segunda temporada llena de más suspenso y un toque de acción con nuevos personajes.

—Sasuke, descansa. ¡Hemos acabado por hoy!-anunció el director. —¡Asistente, trae agua para todos!

—¡Sí, señor!-algo despistado el muchacho y poco atractivo. Al menos eso reflejaba su atuendo y esos horribles anteojos de armazón oscuro. Gracias a ello, no podía apreciarse la perfección de su rostro y ojos por completo, y era la gran burla por parte del staff.

—Hiciste un gran trabajo, Sasuke, como siempre. Te veré mañana a primera hora, por hoy puedes relajarte-comentó su superior.

—Entendido.-se sentó en una silla esperando por un simple vaso de agua, sudaba y necesitaba refrescarse. Llevaba horas frente a las cámaras.

—Su agua, señor-el incompetente como le gustaba llamarlo él, se acercó con una botella de agua mineral algo nervioso por la demora.

—¿Por qué te tardaste?-gruñó. Arrancándole la botella de la mano.

—Lo siento, estaba repartiendo al resto.

—¿Y a mí que, Naruto? ¿Yo no tengo ninguna en la mano.-replicó molesta. Una de las actrices del dorama, de cabello corto rosa y ojos color jade.

—Yo... mil disculpas.-salió disparado a buscar otra botella, una vez en sus manos y con la respiración agitada, la acercó a la peli-rosa.

—Que no pase otra vez-advirtió, la tomó de sus manos y bebió un gran sorbo.

Él era el asistente prácticamente de todos ahí. Un chico de veinticuatro años, rubio, ojos azules y cuerpo normal o eso lo hacía ver con esa ropa tan mal vestida. Pantalones holgados negro y una camiseta larga de mangas iguales de un color apagado. Verde musgo. La chica bebió toda la botella y le depositó en la mesa de metal. Le miró de arriba a abajo haciéndolo sentir incomodo.

—Todavía me pregunto cómo has conseguido este trabajo, Naruto.

Él rio avergonzado y Sasuke sonrió torcidamente pensando lo mismo que su compañera.

—Bien... debo irme.-dejó la botella vacía y se puso de pie, lo primero sería ir al vestuario.

—Eh... Sasuke, ¿No te gustaría salir esta noche?-preguntó coqueta ella con una deslumbrante sonrisa.

—Tal vez en otra ocasión, Sakura. Mañana también tenemos trabajo temprano. Adiós.-le dio la espalda yendo al vestuario de hombres, enfadada pateó la mesa y se fue dejando al asistente mirándolos curioso. En fin, debía seguir acomodando.

Sasuke personaje principal del dorama, un hombre de veinticinco años, perfecto, su cuerpo y su atractivo. Gracia a ello podía valerse de lo que tenía hasta el día de hoy, una gran carrera con un buen pago, pero consumía muchas de sus horas. Vestía informal siempre y le sentaba muy bien. Su apariencia, cabello azabache, ojos muy negros, piel blanca, muy varonil y deseado por las chicas de su trabajo y sus fans del programa. Recibía muchas cartas y regalos como ropa y colonia de primera marca.

Mordida de pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora