6.

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Ese bonito día iba a ser relativamente tranquilo para Bakugo, en serio, de veras. Tenía que aprovechar el hecho de que los profesores estaban en una "capacitación" que duraría todo el fin de semana, así que cancelaron las clases desde el día jueves.
Iba a levantarse, bañarse, desayunar y ponerse al corriente con algunas cosas que no entendía de las clases de matemática.

Ese era el plan.

Un día tranquilo y normal.

Pero cómo desde que entró a la U.A NADA en su pinche vida es normal debería estar acostumbrado pero es que esos seres raritos que se hacen llamar sus "amigos" siempre tienen pendejadas en la mente, la verdad es que ni sabe cómo le hacen para tener una tontería nueva cada día.

"Es un don"—le dijo Ashido alguna vez.

Y empezaba creer que sí.

Y dirán ¿De qué carajos está hablando?

Pues su plan de un día normal valió Cheetos en cuanto el cara de idiota, osea Kaminari, estaba parado en su puerta mirándolo cómo si esperara algo.

–¿Qué quieres?

–Quiero que me acompañes a comprar algunas cosas, le pedí permiso al profesor ayer y me dijo que no habría ningún problema.

–No. Lárgate.

–Anda, mira que te compró una malteada.

Bakugo le iba a cerrar la puerta en la cara pero en cuanto escuchó la oferta se detuvo.

–Sigue hablando.

–Eh... ¿Y un helado...?

Katsuki lo miró con los ojos entrecerrados, necesitaba algo más si quería que lo acompañara, salir con el no era gratis.

–Ugh —Kaminari soltó un quejido, si seguía así quedaría pobre y al borde de la prostitución— Y una Coca-Cola.

–Okay, vamos pero rápido que tengo cosas que hacer.

Así que ahora estaba comiendo su helado sentado en una banca junto a su Coca-Cola esperando a que el Pikachu ese saliera de la tienda, la verdad le había sorprendido que le dijera para ir solo a él, pensó que también le había avisado al otro trío de tarados pero resulta que no, le había dicho únicamente a él y ni sabia que había ido a comprar pero no es que le importará tampoco.

Podían ser hasta drogas pero a él le valía madres.

Por qué para eso hay que ser inteligente y sus amigos todavía creían en el coco.

–Listo, ya tengo las cosas —dijo el rubio mientras salía tranquilamente de la tienda con la mochila que había traído llena y una bolsa en su mano derecha— Podemos irnos.

–Ya era hora —dijo Bakugo mientras terminaba de comer su helado— Te demoraste demasiado idiota, te dije que tenía cosas que hacer.

–Bueno sí pero saliste premiado ¿No? —dijo mientras señalaba su Coca-Cola.

–Cállate.

Durante todo el camino Kaminari se la pasó molestando, cómo siempre, joder nomás sabe y si no estaba molestando le hablaba sobre las chicas que se le hacían bonitas durante el camino.

Pff, cómo si le importará...

Tan hetero que se ve Bakugo.

–¿Qué?

¿Qué?

–¿Qué pasa bro? —preguntó Denki.

–¡Para tu información si soy totalmente heterosexual! ¿¡Okay, maldita perra!?

ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora