U N O

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Las velas en la pequeña habitación creaban un pequeño orbe de luz que se expandía por todo el lugar, estábamos en completo silencio y solo el sonido de nuestros pies, mezclados con el sonido de los platos y cubiertos en sincronía con nuestras tranquilas respiraciones era todo lo que en perspectiva podíamos oír... Como cada noche, incluso afuera, detrás de la puerta, todo era silencio y tranquilidad.

Habíamos terminado de comer hace poco, era esa la razón por la que mis pies mecánicamente se movían hacia el pequeño lugar que teníamos de cocina y mis manos sostenían fuertemente de los cuencos que habíamos utilizado esta noche.

No eran muchos, eran tres, dos de ellos concretamente vacíos, uno de ellos completamente lleno, donde aquella persona no había tocado su comida... Como cada noche.

Puedo sentir el agua correr mientras más me acerco y aunque mi mente estaba hoy en otro lugar, tengo que obligarme a mí mismo a prestar atención, de otra manera podría llegar a sumirme en demasía en cada cosa que atormentaba mi mente y era algo que yo mismo trataba de evitar... Sin embargo, aunque tuviera toda la disposición para lograrlo, no podía... No lo lograba.

Me hundía cada noche que pasaba en una bruma de preguntas, de dudas, de molestias... Y una vez que era absorbido, me era muy difícil quedarme tranquilo.

—¿Taehyung? — Oí desde la lejanía una voz conocida que llamaba mi nombre, mis ojos buscan por aquella persona que me llamaba y la bruma que me atrapaba empezaba a hacerse más débil, menos densa, menos poderosa— Pequeño... ¿Que está mal?

El paisaje en mi mente se despeja, reconozco quien me está llamando y como una espesa neblina que está desapareciendo de a poco su silueta empieza a tomar forma, su voz como un eco retumba dentro de mi cabeza y tengo que cerrar los ojos con fuerza, volverlos a abrir para poder colocar mis pies nuevamente en la tierra.

Lo miro unos segundos un poco aturdido y puedo ver que su expresión es preocupada, aunque bueno... Hacía mucho tiempo en que mi padre no dibujaba en su hermoso rostro una expresión de tranquilidad, él ya no vivía tranquilo, esa es la realidad.

Pero, aunque así sea, esta expresión era diferente, porque su preocupación parecía ser únicamente por mí.

Abro mis ojos en grande cuando lo veo enfocado en mí, restrego mis ojos que de momentos se sentían pesados y le miro una vez más, al no recibir una respuesta de mi parte, él cierra la llave de agua y se saca sus manos sobre su ropa rápidamente, me quita los cuencos de mis manos y los deja olvidados en algún lugar del cual no me preocupo, puedo ver que se acerca a mi nuevamente y se coloca de rodillas, la expresión preocupada en su rostro haciéndose aún más marcada. Sus manos toman mis brazos y los acaricia comprensivamente

—Hijo... Mi pequeño ¿Que ocurre contigo? — Consulta, el tono de su voz suave como una pluma que acaricia mi piel, aquel tono de voz que este último tiempo ocupaba bastante— ¿Por qué estás tan ausente? ¿Qué es lo que te tiene pensando tanto?

Miro con detenimiento una vez más a mi padre, sus ojos brillantes eran iluminados por la tenue luz de las velas, su rostro joven que no aparentaba los años que tenía encima brillaban con una luz única.

Me remuevo un poco, algo desconcertado.

—No es nada...— Miento dudosamente mientras llevo mi vista a otro lugar, la verdad era muy diferente a esta respuesta, sin embargo, tenía un poco miedo de ser abiertamente sincero, después de todo, no quería que papá pensara que estaba metiendo mis narices donde no debo, eso era algo que él siempre me había enseñado, los asuntos de adultos, eran eso, asuntos de adultos— No es nada...

Pero mi papá no quedó tranquilo con esa respuesta, debí saberlo después de todo.

Él tomó mi mentón con su mano fría y aún un poco húmeda y giró delicadamente mi rostro para que yo pudiese mirarlo una vez más, por acto reflejo bajé la mirada avergonzado, papá terminaría sacándome la verdad aun así no lo quisiera.

The Kingdom: The emperor's night || HopeV +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora