DOCE

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Resumen.

El emperador Yoongi viaja junto a su escolta personal y jefe al mando de las órdenes militares Hoseok al reino de la Luna.

El emperador Yoongi asumió el mando del imperio hace dos años después de la muerte de su difunto padre, las cosas estuvieron difíciles en ese tiempo, siendo así como el emperador Yoongi tuvo que enfrentarse a un reino cargado de caos, injusticias y crímenes, todo siendo arrastrado por las negligencias y mala moral de su difunto padre.

Acompañado de su escolta y amigo personal es capaz de hace frente a un imperio en desgracia y aunque hace todo lo posible y mejora en gran medida el desamparo de su imperio, no es suficiente.

Llega el momento en donde tiene que ir de visita al reino de la luna el cual es encabezado por el rey Yeonbul, hijo menor del difunto emperador y hermano de Yoongi, con una personalidad explosiva, altanero y peligroso, fue coronado bajo el mando de su padre y desde ese tiempo hasta la fecha ha gobernado con sus propias reglas.

La visita al reino no fue lo que esperaba, las cosas no se veían bien, ni para el emperador que se negaba a ver con malos ojos a su hermano, ni para Hoseok, que muy dentro de él, guardaba cierto rencor al menor de los hermanos de sangre real.

En su camino Hoseok conoce a Mino, un guardia del reino de la Luna, servidor del rey Yeonbul, quien esconde un gran secreto que no es capaz de revelar, pero con un poco de suerte, Hoseok se adentra al mundo de Mino y logra describir que efectivamente algo macabro y espantoso ocurre en las tierras del rey Yeonbul.

Algo escalofriante de lo cual el gran emperador y su escolta personal son testigos, los secretos, las mentiras, las crueles maneras se destapan y desentierran un pasado del cual el emperador Yoongi y Hoseok no pueden escapar...

Un pasado que solo conserva una joven alma, destruida en miles de pedazos, un alma con nombre y apellido...

Un alma llamada Kim Taehyung.


*


POV Hoseok.

El sol sobre nuestras cabezas nos da la bienvenida a una nueva mañana, el sudor corría por lo cuerpo, el sonido de los pájaros nos hacía compañía y el cansancio físico debido al entrenamiento matutino estaba calando hondo en mis huesos, pero el esfuerzo que frente a mí salía de la resolución de cada uno de los nuevos soldados me impedía fervientemente el rendirme.

Estaba cansado, esa era la verdad, no solo había un cansancio físico corriendo por cada centímetro de mi cuerpo, si no, que dentro de mí crecía más y más el cansancio mental que por las noches no me dejaba conciliar el sueño y en el día me impedía seguir con naturalidad el orden de mis obligaciones.

Con la respiración agitada me detengo solo un momento del trote constante que tenía con todos estos jóvenes que recientemente habían sido seleccionados para la nueva generación de soldados que me acompañarían para proteger y velar por nuestro imperio, hombres y algunas pocas mujeres jóvenes llenos de valentía y con miles de sueños en sus corazones.

Al verme detener, ellos hacen lo mismo, toman un poco de aire y se limitan a no perder el calentamiento moviéndose de un lado a otro.

Pienso calmadamente que soy el jefe al mando, todos estos jóvenes están a mi cuidado, soy el encargado de encaminarlos y enseñarles todo lo necesario para que ellos tal como yo y mi gente, puedan servir no solo al imperio, si no que también a nuestro emperador de la manera más eficiente y correcta... Después de todo, tal como yo, ellos juraron lealtad a la corona y a nuestro gran emperador.

The Kingdom: The emperor's night || HopeV +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora