𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒄𝒓𝒐𝒏𝒐𝒍𝒐𝒈í𝒂 𝒏𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒑𝒂𝒓𝒆.

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏: 𝐋𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐯𝐞𝐜𝐢𝐧𝐚.

Una vez leí que una persona solo tiene tres amores a lo largo de su vida, cada uno de ellos cargados de emociones, aventuras y lecciones, cada una con un propósito diferente, cada una con su propia esencia, ese toque que le da un nuevo rumbo a tu historia. Soy Ángel y aquí te presento a todos los amores que llegaron a mi vida sin previo aviso, que asaltaron a mi corazón y me enseñaron el lado más hermoso del amor que a su vez fiero puede causar desde la felicidad mas grande y te puede dejar hasta la llaga más profunda ...

Hace exactamente un año y medio comenzó mi obsesión con la lectura, esa que te toma preso, te mata el aburrimiento, te da un nuevo pasatiempo y por sobre todo te contagia esas verdaderas ganas de vivir; podría pasar horas y horas frente a unas páginas abiertas y no cansarme jamás, me he convertido en todo un ratón de biblioteca. Desde entonces fue el inicio de un gran cambio debido a que empecé a dedicarme más a mis estudios y a los libros descuidé mucho mis relaciones exteriores, como las amicales o familiares, poco a poco se me dio más el hecho de que algún día terminaría solo en la sala de una librería, con un café caliente, una libreta y una idea.

Tengo una vida normal, una casa normal, unos padres normales, un perro normal, unos hermanos no tan normales... y una mente fuera de lo común, al menos así lo considero yo;
desde los diez años he tenido muy claro quién quiero ser, qué hago y qué es lo que seguiré haciendo a lo largo de mi insignificante existencia.

Caminaba por mi vecindario (no te sorprendas si un día me ves caminando medio extraño o de una forma graciosa, así soy yo) buscando un lugar donde sentarme para poder leer mi libro favorito en paz lejos del bullicio de mis hermanos pequeños Fred y Alan; hasta que la vi ... Era la niña más bonita que había visto en toda mi corta vida, sentí esa sensación a la que llaman extrañamente "mariposas en el estómago", de hecho, a mí nunca se me han dado bien esas cosas cursis así que decidí suponer que era hambre, pero no, era algo más profundo que tener el estómago vacío, al contrario, como si se llenara de algo, pero ¿qué era ese algo? me pregunté constantemente sin hallar respuesta a tal incertidumbre.

La describiré un poco, tenía el cabello largo hasta la cintura, los ojos color avellana con una mirada profunda, grandes y brillantes, los labios rosas de ensueño, todo lo que a un niño de esa edad le llamaría la atención, no podía quitarle la mirada, apreciaba su bello rostro mientras paseaba por el jardín de su nueva casa.

Déjame respirar antes de seguir porque de solo recordarlo se me aceleró el corazón, tonto corazón, casi me da un infarto; bueno continuando, además de estar supuestamente enamorado (digo supuestamente porque no lo sabía en ese entonces) era el hombre más afortunado y desdichado al mismo tiempo, ella y toda su familia se mudaban a la casa de al lado que había sido desocupada hace ya un buen tiempo, sería exagerado decir que me sentí feliz porque no fue así así del todo, ¿Te digo un dato mío? odio cuando algo en mi entorno cambia, en este caso lo que alteraba mi paz eran los nuevos vecinos y su hermosa hija. 

Pasaron los días, no salí ni una vez de casa, mis padres lo veían muy extraño de mí ya que acostumbraba a salir todas las tardes a jugar con algunos niños de la cuadra, pero en esta ocasión no lo hice, no quería que esa niña fuera de un sueño, algo que había creado en mi mente, quería tenerla aquí, viendo sus lindos ojos; no me explicaba por qué todo el día pensaba en ella y aun así lo hizo. Llegó el momento en que mi madre entraría en mi habitación preocupada y animándome a salir, de hecho, me obligó, me dio una pelota y me dijo que no regresara hasta que estuviera sudando y sucio, seguro acabas de pensar "Yo quiero una madre así "o" Que suerte" pues sí, yo era muy afortunado de tenerla, volvamos al tema, después de que me echaron del recinto, me encontré sentado en la puerta de mi hogar,  preguntándome a cada segundo que rayos hacía ahí y rogando al cielo que no apareciera aquella mocosa que me había robado el aliento.

Pasó ya media hora que me echaron de la casa para que fuera a divertirme, y yo ... pues yo seguía ahí sentado sentado mirando al vacío y pensando en Dios sabe qué; ya tardé aproximadamente una hora ahí fuera cuando  de pronto escuché una delgada y dulce voz a lo lejos, giré mi cabeza a exactamente unos noventa grados, ¡allí estaba ella! caminando en esta dirección, no quería hacerme ilusiones así que solo atiné a desviar la mirada con esperanza de que su destino fuera de otro, ¿Podría ser más desafortunado? Al voltear estaba ahí, tan cerca que no me dio tiempo de reaccionar, lo peor estaba por venir, estiró su blanquecina y suave mano e hizo lo que jamás imaginé ¡Me quitó el balón!, Comenzó a jugar con éste sobre el jardín, quedé pasmado con tal acto, jugaba mejor que yo, de eso no tenía duda.

- ¿Te quedarás mirando o vendrás a quitármela? ¿Temes que te gane? - dijo con una rudeza única.

La miré asombrado por unos segundos, no podía evitar la expresión de molestia en mi rostro, acto seguido me paré, le arrebaté bruscamente la pelota de las manos y entré en mi casa por la puerta trasera, la de la cocina, no recuerdo por qué no hice eso desde el inicio, tal vez porque mi madre se enfadaría o es que en realidad tenía ganas de verla, solo sé que ya dentro del lugar mi cuerpo se estremecía y temblaba al mismo tiempo, ella se había quedado en el jardín con una expresión de disgusto, tenía una cara graciosa.

En mi cabeza había creado el peor conflicto de la historia, no podía decidir en si volver al jardín para hablar y entablar una amistad o quedarme ahí, escondido y que me odiara por siempre, rápidamente me di cuenta de que no era capaz de realizar la primera opción así que me quedé ahí como el fracasado que soy, ¡Viva yo!

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Nota del autor: Un capítulo nuevo cada semana, si te gustó deja tu valoración, me apoya mucho y me inspira a continuar con esto, siéntete libre de comentar, dudas, sugerencias o correcciones son bienvenidas, gracias. ❤️