Introducción

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El olor a ceniza y los restos carbonizados eran lo único que se encontraba en el extenso páramo. No solo era el bien cuidado césped que había ardido, también estaba mezclado algunos otros seres vivos que trataban de defender el santuario que en el centro se ubica.

Su bien pulida estructura y detalladas decoraciones lo coronaban como una belleza a los ojos. Aunque el cielo de un rojo sombrío y sus nubes de tono gris no favorecían a su imagen.

Un único ser camina a través del extenso campo quemado, marchando a su calmado ritmo al espectacular santuario. Al momento de cruzar sus gruesas puertas, es recibido por una oleada de calor de gran intensidad, aunque no parece afectarlo. A pesar de su estatura, contenía un poder más allá de la compresión humana.

Abriéndose paso por el pasillo vacío, encuentra la habitación que estaba buscando. Solo las velas iluminan el lugar de estructura circular. En las paredes, estaban posicionadas tres enormes estatuas de pesadilla cuyos ojos de joya carmesíes resaltaban de sus tétricos rostros.

–¿Quién interrumpe este lugar sagrado? –Una voz varonil hizo eco en la sala.

La habitación estaba vacía, sin rastro de una sola alma. Pero para el intruso no era sorpresa, pues sabía que la voz pertenecía a otro tipo de entidad.

–Vaya. Vaya. Vaya –expresa con un tono de gracia–. Los grandes seres que controlan la existencia, quietos e inmóviles en un solo lugar. ¿No es esto razón para celebrar?

A pesar de que las inmensas estatuas no tenían ojos como tal, se podía sentir como observaban con odio al pequeño individuo amarillezco.

–Tu presencia contamina estas tierras –una voz femenina expresó.

–Tus peticiones no serán atendidas, ni mucho menos tratadas.

–No tienen por que ser tan dramáticos, solo vengo charlar. ¿Pero dónde están mis modales? Dejen que me presente, mi nombre es Bill Cipher –Eleva su sombrero–, un gusto en conocerlos –Hace una reverencia.

–Poco nos importa quién seas –comentó una anciana voz masculina.

–Pero si a qué vengo –Volvía a su posición regular–. Verán, durante mi camino de traer la diversión al mundo terrenal, me he encontrado que mi poder no es suficiente para cumplir mi objetivo en la tercera dimensión. ¡Pero entonces los recordé a ustedes! –Señaló a las diversas estatuas– ¡Ustedes tienen lo que yo necesito para hacer realidad mi meta! Una idea bastante simple, si no puedo hacerme más poderoso, ¡entonces solo tengo que debilitar al rival! –Eleva sus brazos.

–¿Qué te hace pensar que acataremos tu deseo?

–¿O si quiera que será considerado?

–Nunca dije que debían ser voluntarios –añadió con una malicia notaría–. ¿Saben? ¡Adoro este lugar! Es como un mundo de sueños, pero al mismo tiempo una realidad. ¡Cómo un limbo hecho para mí!

Bill empezó a acercarse a la entidad que estaba frente a él.

–Alterar la realidad afectará a todos los seres por igual.

–Tú destino estará condenado como el de nosotros.

–El mundo de los sueños no estará libre de tal catástrofe.

Advirtiendo al ser bidimensional para que desista de sus objetivos.

Su existencia era necesaria para el universo, eran ellos los que mantenían la realidad estable y libre de agentes externos a ellos. La intersección de cualquier individuo que la corrompa, podría provocar la desaparición total de todo lo que se conoce. Lo único que lo mantendría estable después de su corrupción serían ellos en un intento de estabilizarlo, pero que terminaría en fracaso.

–¡No se preocupen! –dijo estando a un par de centímetros de una estatua– Mientras ustedes mantengan todo funcionando durante el tiempo que puedan, podré salir ileso de sus dichosas consecuencias.

Con su mano derecha cargando un flamante fuego de celeste color, acercó su mano para tocar a las entidades.

–Solo deben durar hasta terminar mi maravilloso atraco a la realidad.

Gravity Falls - Atraco a la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora