Capítulo 8

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Narrador omnipresente:

La valentía del pequeño se hacía presente en aquel comedor donde se encontraban la,aparentemente,familia perfecta.El menor apretó un poco su pequeño chullito debajo de la mesa,tenía un poco de miedo de preguntarle a su padre sobre el paradero de aquel ser que lo trajo a la vida,el chullo perteneciente a su madre era lo único que lo tranquilizaba.

El ambiente del lugar era relativamente tranquilo,Rusia mimando sutilmente a México,que con unos meses de embarazo ya se le podía notar un poco la panza,mientras el menor comía en silencio,todos se autoconvencian de que no había nada de qué hablar,excepto el pequeño que intentaba con todas sus fuerzas abrir la boca para por fin poder expresarse ante su padre.

Rusper tomó una bocanada de aire para por fin hablar,sujeto su chullo con más fuerza y inmediatamente se paró de su sitio,haciendo alertar a sus mayores en el proceso.

-¿Que paso hijo?,¿porque te paras?.-pregunto con la voz más suave posible hacia su primogénito.El mayor solo lo hacia para demostrar su capacidad como padre hacia México,su hijo lo entendió,lo que hizo que se le oprimiera levemente el corazón.

-P-papa,¿donde esta mi mama?

El mayor mostró una evidente mueca de fastidio,al igual que Mexico,que solo volteo la mirada en muestra de su incomodidad en el asunto. 

-Rusper,¿que te he dicho de hablar sobre ella?,esta ocupada.-Rusia ya estaba perdiendo la paciencia,y lo demostraba perfectamente en su tono de voz.

-¡Pero nunca viene!,¡nadie me quiere decir dónde está!.-exclamó el pequeño ya mostrando unas pequeñas gotas de frustración en sus ojitos.

-Hijo

-¡Tengo derecho a saberlo!

-Hijo

-¡Ella es mi mama,yo solo quiero que este conmigo!

-Hijo

-¡Porfavor!

-¡Está muerta!, ¡¿no lo entiendes?!, ¡no volverá porque está muerta!

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Silencio.Lo único que se escuchaba era el mismísimo silencio.Las lágrimas desbordaron por los ojitos del pequeño,y sus mejillas lentamente se volvían rojas.Pero el menor no intentaba llorar,se paro enfrente de su padre con determinación,mientras intentaba detener esos hipidos que amenazaban con salir de su boca.El ruso se quedó mirándolo sin expresión alguna,pero a su primogénito poco le importó,levantó su mirada y con seriedad sólo se limitó a decir:

-Te odio

El mayor se petrificó en su asiento,no quería escuchar lo que dijo su hijo,¿tan mal padre fue?,por un momento sintió como si lo apuñalaran mil veces con una daga,pero el dolor era mucho peor.En un intento de calmar a su hijo,lo agarró del hombro,pero el menor lo esquivo.

-¡Te odio!

Fue lo último que le gritó,para luego correr hacia la puerta del lugar que alguna vez llamó hogar.Y aquella mañana,dos corazones se rompieron,por culpa del mismísimo silencio.

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Esto ya se termina :D

Espero que les haya gustado

Sayonara



𝓠𝓾𝓮𝓻𝓲𝓭𝓪 𝓶𝓪𝓶á:  //𝓡𝓾𝓼𝓹𝓮𝓻//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora