¿ESTAS LIBRE ESTA NOCHE? -YOONJIN- (ADAPTACIÓN)

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Al día siguiente, llego muy temprano a la oficina, ni siquiera había llegado lisa y eso que siempre era la primera. Encendió la computadora y reviso sus mails, había uno marcado como importante, en el que le recordaba que a las 4 debía entregar las fotos para el folleto de un nuevo perfume de Armani.

– ¡Genial! – exclamo en voz alta, el con las hormonas hasta el cielo y encima tenía que pasar al menos dos horas eligiendo fotos sensuales y a la vez sutiles.

Tenía otros asuntos pendientes a los que les dio prioridad. eran la una cuando salió a almorzar con lisa que platico, emocionada, que estaba preparando la fiesta del cumpleaños número tres de su pequeña sonhee, justo una plática como esa era la que necesitaba, algo completamente inocente que mitigara sus bajas pasiones que seguro aumentarían a la hora de estar escogiendo las fotos para el dichoso folleto.

Al regresar, se encerró en su oficina y se dispuso a hacer el trabajo que había estado postergando toda la mañana, después de revisar miles de fotos para elegir las diez que aparecerían se le ocurrió una brillante idea. Como el lugar donde las llevaría estaba un poco alejado, le diría a su jefe que ya no regresaría y llamaría a aquel extraño para volver a encontrarse, no podía demorarlo un día más, le urgía volver a sentir sus manos recorriendo su cuerpo, sus besos en su boca y su olor embriagándole.

Eran las 5:15 cuando salió del edificio donde llevo las fotos, no entendía como es que lo habían citado a las 4 y le hicieron esperar 45 minutos para recibirlas. En cuanto estuvo en la calle saco el celular y a toda prisa busco su número y marco, escucho el primer repique y su corazón se aceleró al 100%.

– Hola – escucho decir a esa voz aterciopelada que lo alteraba.

– ¿Estás libre esta noche? – dijo, pero, esta vez con un tono sensual, tentándolo.

– Sí, te veo en el mismo lugar a las ocho, ¿te parece?

– ¿No podría ser más temprano?, ¿a las 6:30? – estaba necesitado y se lo hizo saber.

– Lo siento, me es imposible a esa hora.

– Ok, entonces a las ocho – no le quedo más remedio que aceptar.

– A las ocho, en el lobby, cerca de los elevadores.

Y volvió a colgar primero, sin darle tiempo a decir algo más, en ese minuto se arrepintió de haber mostrado su urgencia, seguro él tenía una vida y un trabajo, al menos, tendría tiempo suficiente para ir mejor arreglado esa vez. Le hizo la parada a un taxi y le indico el domicilio de su departamento.

Al llegar, se dirigió al armario y saco unos pantalones negros ajustados, y una sudadera de un color mas opaco que el mismo rosado, aquel pantalón era atrevido y por eso no lo había estrenado, pero para esa ocasión era perfecto. Abrió el cajón de la ropa interior y por más que revolvió, no encontró prendas lo suficientemente sensuales, miro el reloj y faltaban quince minutos para las seis, así que tenía tiempo de sobra y se dirigió hacia una tienda de ropa interior que quedaba a diez minutos de su departamento.

Mientras caminaba pensaba que estaba completamente loco, cómo era posible que estuviera yendo ex profeso a comprarse ropa, sólo para tratar de impresionar a un completo desconocido que seguramente conocía miles de modelitos de todos colores y formas. Suspiro un tanto desilusionado, no había podido dejar de pensar en él desde que lo conoció y para él solo era uno más en su lista. Entro a la tienda sacudiendo su cabeza para borrar esos pensamientos, lo mejor era concentrarse sólo en la diversión.

se miro al espejo y casi no se reconocía, había desordenado su cabello y se había maquillado naturalmente cuando nunca acostumbro aselo, con un labial rosa en sus gruesos labios y cubierto por aquel pantalón que llevaba un par de años guardado en su closet, en definitiva estaba muy alejado del correcto jin, del chico que todos conocían y algunos hasta admiraban "nadie es perfecto" se dijo mirándose fijamente. Vio el reloj y eran justo las 7:30, tomo su abrigo, se lo puso y lo cerro por completo, no iba a salir vestido así a la calle y que todos lo vieran.