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Eran las once de la mañana y el jugaba con un lápiz golpeándolo contra su escritorio, no podía concentrarse en el trabajo, había sido una espectacular noche que terminó con una frase que lo llevó a pensar algo que para nada le agradó, "no estaré disponible hasta el lunes por la noche", recordó que le dijo antes de salir por la puerta de la habitación, así que, uniendo eso a lo de que no lo hacía por dinero, llego a la conclusión de que era casado, ¿qué otra razón habría para que no pudieran verse el fin de semana?, no sabia si podía soportarlo, apenas era viernes y faltaban muchas horas para las ocho de la noche del lunes y eso si le respondía el celular, "claro que siempre hay otras opciones... puedes acariciarte pensando en mí", había agregado mientras abría la puerta.

- ¿Estás bien? - preguntó lisa entrando a su oficina.

- Sí, ¿por qué?

- Llevas como media hora haciendo lo mismo, vas a terminar por aboyar el escritorio.

- No seas exagerada - exclamo con una sonrisa.

- Te noto... algo ansioso, no sueles jugar con los lápices muy a menudo y menos por tanto tiempo, ¿problemas con Jungkook?

- No, con él todo bien, estoy un poco bloqueado con el eslogan de esta campaña.

- Será que el señor inspiración anda de vacaciones - le sonrió mirando hacia arriba - por cierto, hoy no podré ir a almorzar contigo, iré con chanyeol.

- ¿El contador? - dijo sorprendido, ya que habían tenido un par de altercados poco agradables.

- Sí, pero no es lo que tú piensas, su hermano administra un salón de fiestas infantiles y quizá me consiga un descuento para la fiesta de cumpleaños de sonhee.

- Sí, claro, por supuesto, algo parecido me dijiste de, ¿cómo es que se llamaba?, ah sí mark, y si terminaron en su oficina pero no precisamente haciendo negocios.

- Bueno, tú porque tienes un novio maravilloso y no sabes lo que es querer sentirse querido en toda la extensión de la palabra, sentirse deseado.

- No, no lo sé puesto que todos los días duermo con mi novio - dijo irónico.

- Al menos tienes un novio - dijo saliendo de la oficina.

Sí, lo tenía, pero no lo hacía sentir deseado, al menos, no como el extraño que anoche lo había mirado de una forma que lo hizo temblar, que lo hizo sentir deseado como nunca antes, con un fuego incesante en sus ojos. Tenía que hablar de eso con alguien, no podía seguir manteniéndolo en secreto, lo estaba carcomiendo por dentro y necesitaba que alguien lo escuchara, pero lisa no era opción, seguramente lo regañaría por engañar al perfecto novio que al menos el sí tenia, entonces pensó en Ken y recordó que le había platicado del pequeño desliz que había tenido en aquella reunión de ex compañeros de la preparatoria, sí, el era el ideal para escucharle y quizá hasta aconsejarle. Entonces tomo el teléfono y le marco, afortunadamente su oficina estaba a tres cuadras de la de el y lo invito a almorzar, de inmediato notó su tono de angustia en la voz y le dijo que se vieran a la una en punto en un restaurante que estaba en contra esquina de su oficina.

Cuando llego, el ya estaba ahí, se levantó, lo saludo de beso en la mejilla y después el le dio un abrazo de consuelo.

- A ver jin, ¿qué es lo que te sucede?

- No sé por dónde empezar, es complicado.

- De eso me puedo dar cuenta en seguida, traes una cara como si hubieras cometido un delito - dijo colocando su mano en su mentón mientras movió la cabeza.

- ¿Le ofrezco algo de tomar? - interrumpió el mesero.

- Sí, un agua mineral y una ensalada de atún, pero por favor ponga el atún a un lado, no encima de la lechuga.

¿ESTAS LIBRE ESTA NOCHE? -YOONJIN- (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora