Parte 5

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Pero eso no fue todo.En todas las campañas que hubieran para recoger comida y después dársela a los más necesitados, yo ayudaba.Eso me hacía más grande como persona.Porque yo estuve en esa misma piel y se que se pasa muy mal.En mi colegio le dije a mi profesora de religión que si podía traer a mis amigas las monjas a clase. Me respondió que por supuesto que no había ningún problema. Ese día las trage a clase. A todos nos hicieron reír.Después de esos sucesos tan bonitos me tuve que trasladar a Murcia por el trabajo de mi madre, que le habían ascendido de puesto bajo a jefa. Todos nos pusimos muy contentos y nos fuimos a Murcia.

La vida vale la penaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora