Es curioso estar sentada en la misma silla, ante la misma mesita de mi cuarto, leyendo este cuadernito que escribí aquí mismo a comienzos de este año.
Sí, es cierto que digo lo mismo cada año; pero no por eso deja de ser cierto, ni por eso voy a abstenerme de decirlo una vez más: han pasado tantas cosas, han cambiado tantas cosas, he aprendido tantas cosas...
Pero hay algo más, algo que no había dicho nunca antes en otros años; y aunque algunos me dirían que espere un poco más, hasta que el año haya terminado realmente; igual lo diré ahora, de todos modos: Creo que ha sido el peor año (de hecho, para colmo, ayer murió un grade que marcó la vida e infancia de tantos: Roberto Gomez Bolaños... Una gran pérdida)
Y, bueno, volviendo a lo del peor año, no tengo muchas esperanzas de que mi opinión cambie en este mes que queda... Colegio nuevo, al que me encuentro tan adaptada como el segundo día de clases; notas alarmantes que he estado tratando de mejorar con este cerebro mío que he estado desperdiciando durante casi todo el año (maldita flojera), y de hecho, este es el punto que más me preocupa; incluso ahora mismo, mientras escribo sobre esto, siento el estrés y el terror mezclándose con mi sangre, recorriendo mi cuerpo... Mejor saltemos al otro punto: monotonía, aislamiento y cosas así; ha sido un regalito de este año.
La verdad, no sé si le di la misma oportunidad a este año que a los otros, o si me dejé llevar un poco por la aversión y temor míos hacia los cambios.
Ah, y no he olvidado al cuadernito que tengo acá al lado. Acabo de leerlo por enésima vez, no hay mucho escrito ahí; pero hoy me ha motivado a hacer algo que debía ya haber estado haciéndolo: escribir sobre este año, sobre mi historia de este año.
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Un año más
Teen FictionCreo que todos los años han terminado siendo buenos, no me quejaba al final; pero este fue un año... único. (Agradeceré a quien quiera inventir su tiempo leyéndolo, saludos)