Sr y Sr Lan -MDZS

Reencuentro

ALERTA CAP +18. QUEDAS ADVERTIDO.

Condujeron el auto, a una velocidad normal, para no hacer sospechar a la policía pero se apresuraron ansiosos a llegar.

Wèi Wúxiàn....que crees...- quiso preguntar el oji violeta mientras las luces de la calle pasaban por su rostro

No sé qué ocurrirá...solo...- lo que más deseaba no era terminar con esto, sino encontrar la manera de dar marcha atrás y no haberlos conocido, así sería menos complicado poder matarse entre ellos, o mejor dicho ni siquiera enfrentarse para matarse

Condujeron en silencio sin mirarse y sin hablarse; las palabras sobraban. Verse con sus ropas desalineadas y sus ojos cristalinos les hacía pensar lo que ocurrió, lo débiles e indefensos que estaban, cuando ni el alcohol les provoco ese estado.

Llegaron al barrio donde estaba su casa, a la que no habían vuelto desde esa noche y ahora nuevamente se enfrentarían a quienes estuvieron aquí por última vez.

Llegaron y doblaron en dirección a la rampa de la cochera pero escucharon un ruido, alguien que aceleraba repentinamente en una calle totalmente solitaria a altas horas de la noche y como el sonido parecía acercarse veloz.

Una luz encandilo a Wèi Wúxiàn cuando miro a su izquierda y repentinamente sintió un golpe que los hizo saltar; habían sido chocados. Cuando acostumbro su luz a los ojos vio al volante como lo miraba como una fiera el hermano mayor Lán

Oye!!!- Wèi Wúxiàn estaba furioso, los estaba esperando para darles esa bienvenida; un recibimiento particularmente malo. Rayo el auto pasándole por enfrente y entrando primero a la casa -...Jiāng Chéng, no podemos entrar por acá...-

Ingresemos por detrás...si rodeamos la casa de los vecinos...- sugirió Jiāng Chéng. Bajaron del auto dejándolo sobre la entrada al garage mientras que Lán XīChén había ingresado a la casa, caminaron por detrás de la pared de pasto que dividía las casas, por suerte los vecinos estaban de vacaciones y no los vieron ingresar. Subieron por la pared trasera de cemento de la casa y fueron al cobertizo.

Lán WàngJī y Lán XīChén no eran tontos. Conocían la casa muy bien y de seguro habían requisado muchas de las armas ocultas pero quedaban algunas que no fueron escondidas. Wèi Wúxiàn y Jiāng Chéng entraron por la ventana trasera, la cual tuvieron que romperle un vidrio y destrabarla para entrar, no había puerta trasera ¿Para qué necesitaría tantas entradas un choza donde se guardaban cosas de jardinería entre otras herramientas domesticas?. Arrancaron con una palanca una de las tablas de madera del suelo y sacar una caja de metal gastado, con la misma palanca rompieron el cerrojo la abrieron. Dentro encontraron dos armas nuevas con su propio silenciador. Listos entraron por la puerta trasera que nunca tenía llave puesta. Apuntaron firmes mirando con suma atención, uno cubría la delantera y el otro la trasera.

Se puso en cuclillas al borde de las escaleras en el segundo piso mientras XīChén se ponía a sus espaldas con otra escopeta cargada listo para cubrirlo.

Poco a poco caminaron sin hacer el mínimo ruido hasta que llegaron al marco de la puerta que daba al living comedor y por donde atrás estaban las escaleras y llevaba un pequeño pasillo a la cocina. Jiāng Chéng uso uno de los cuadros pequeños de sus padres para usarlo como espejo y ver las escaleras; apenas hizo enfoque cuando unos brillantes ojos dorados y otros marrones brillaron y se escucharon 4 disparos de una escopeta que le hicieron hoyos a la pared donde estaban ocultos los hermanos, con un pasillo que llevaba a otra sección de la casa y luego de él estaba el living.

Siguen vivos, hermanos héroes?- llamo XīChén, recordando ese gracioso mote que se hicieron poner en la secundaria cuando ellos fueron nombrados como los hermanos Jade. Escucharon a Wèi Wúxiàn quejarse adolorido y soltar su arma; Jiāng Chéng a penas sintió que bajan la guardia con esa actuación colocó el arma a través de los agujeros y les comenzó a disparar a ambos, que no tuvieron más opción que ocultarse tras la pared. Al quedarse sin carga Wèi Wúxiàn le entrego su arma, similar a la que estaba usando, con la mala suerte de que bajaron las escaleras disparando hacia ellos, lo que el obligo a retroceder hasta el final del pasillo mientras que Wèi Wúxiàn caminaba despreocupado con un rostro mortalmente serio recargando el arma