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Jungkook me toma de la cintura nuevamente, me alza en brazos y me lleva a la cama. - ¿Sabes? Me pregunto si aún sigues siendo virgen, me gusta la idea de ser yo tu primero y tu mi primera. - decía con coqueteo.
- ¿Porque no lo averiguas? - estira las piernas a los costados de sus caderas, subiendo la falda del vestido en el movimiento. Lo tomó de la nuca y lo acerco a mí para besarlo pasionalmente. Él corresponde rápidamente mi beso.
- Me traes tan locamente mal, te secuestraré para tenerte para mí. - jugó él con el borde inferior del vestido.
- Tal vez sería al revés, yo te secuestro a tí, para que no te vayas con ninguna otra. - atacó su juego con otro.
- Eso jamás mi amor, te esperé cuatro años como para que te libres de mí así como así. - amenaza en juego subiendo su mano por el interior de sus muslos.
- Mmm... - gimió en sorpresa. - Eres tan sexy hablando así. - confesó ella. - ¿Pero sabes? Quisiera que te vuelvas rudo conmigo. - tiró del cuello de su remera hasta atraerlo bien pegados por el pecho.
- ¿Quieres que te someta a que tan rudo puedo ser contigo? - le miró curioso. - ¿A dónde tan fetichista, mi amor? - Asiento mordiendo mi labio. - Lo haré, y pedirás por más, quedarás extasiada de mí cariño.
- Mmm... - sostengo un gemido, cuando siento sus dedos tantear mi entrada.
- ¿Qué pasó, mi vida? ¿tanto te excita verme tocandote? - su mirada fija en mi rostro expresando la excitación que siento era tortuosa.
- Kook. - las palabras no salían, solo gemidos tras gemidos. Logro pronunciar su nombre y con un asentimiento de cabeza.
- Quiero ver una y otra vez tu cuerpo desnudo sobre mi cama todas las mañanas y todas las noches. - pide él en un murmuro sobre mi cuello, el cuál estaba besando y lamiendo.
Con una de sus manos sostiene mi cabeza por un puñado de pelo, y con un movimiento, ya nos estábamos devorando en un beso hambriento. Nos besamos sin importarnos cuan hinchados estaban nuestros labios, tal cual como me lo imaginé en uno de mis tantos sueños junto a Jungkook, termino enrollando mis piernas en su cadera para tenerlo más pegado a mí.
- Para ser un chico de dieciocho, te pareces a uno más grande mi amor. - acaricio su espalda, brazos y pecho, notando lo firme y duro que están sus músculos.
- Y eso que todavía no me has visto desnudo, princesa. - su comentario la dejó sin habla.
Nuestros labios se encontraron en un apasional y desesperado beso nuevamente, nuestras lenguas danzaban entre sí, el amor que nos teníamos era tan grande que pudiese ser eterno. JungKook acariciaba cada parte de mi piel, así como yo lo hacía en el su cuerpo, nosotros emanabamos calor con un simple. El aire se nos acababa, por lo tanto deberíamos de separarnos a duras penas para darnos un respiro del beso, nos miramos mutuamente y unimos nuestras frentes.
