Kisame

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La selección del equipo de natación de la universidad, estaba llena de chicos guapos, con cuerpos de adonis y cerebros llenos de agua. Claramente el líder, Kisame, estaba en el primer lugar. Tenía cuerpo de infarto, un rostro exótico y su cabeza estaba más vacía que el relleno de mi bra.
Sabía que sería fácil lograr que caiga a mis pies, pues desde que lo conozco, cualquiera que tenga un par de pechos le servía para satisfacerlo.
Aunque claro está, yo no iba a ser una más del montón. Iba a lograr que él se derritiera por mi.

La competencia regional se realizaría durante la tarde, y mi amado y atento novio, Sasori, me había pedido que lo acompañe a alentar a su amigo.

— Te siento distante estos días, Sakura. ¿Todo bien contigo?

Miré a su lado. Un pelinegro avergonzado, tratando de ocultar su rostro de mí. Un descarado rubio que me lanzaba miradas cachondas. Un peliplata acariciando sutilmente la pierna de la pelimorada a su lado, quien besaba a su lindo y cuernudo novio.

Sonreí.

— Sí. Todo bien.

Después de horas fingiendo que me divertía. La competencia terminó, y el primer lugar de Kisame lo celebrarían con una fiesta en su hermandad.

Era lo mismo de siempre. Alcohol, música y universitarios libidinosos.

El ambiente era tenso entre ellos. Hace algunos meses atrás, eran el alma de cada fiesta. Ahora a penas se miraban. ¿Sería mi culpa por desenmascararlos y obligarlos a que traicionen a su amigo?

Negué con la cabeza. Yo solo fui el detonante para que sacaran su verdadera naturaleza.

Cuál sería el problema de Sasori, que estaba tan cariñoso conmigo. No había parado de besarme desde que entramos al lugar, ni de decirme lo linda que estaba. Ya me hacía sentir incómoda. Si lo que quería era acostarse conmigo, que lo olvide, por que hoy yo iba por su amigo.

— Cariño — una sonrisa cínica — debo ir al baño ¿Me puedes soltar?

— ¿No quieres que te acompañe? — decía mientras besaba mi cuello

— No — lo frené, levantándome de mi lugar

De mala gana subí a la siguiente planta buscando un baño. Que suerte tenía de que estuviera vacío.
A pesar de que había bebido solo un poco, me sentía fatal. Quizás la culpa al fin se estaba apoderando de mi cabeza.

Tal vez... Esto no fue tan buena idea. No solo quería darle una lección a Sasori, si no que estaba separando un grupo de amigos.

Mojé mi rostro y suspiré. Sentí como la puerta del baño se abría y alguien entraba. Escuché el seguro y me volteé molesta.

— Sasori ya te dije que no me...

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Qué significaba esto?

— Kisame...

— Lamento entrar así ¿Te asusté?

— Algo... ¿Qué quieres?

Mi corazón latía a mil. Era el momento perfecto. Pero ¿Por qué no lo estaba aprovechando?

— Quería preguntarte algo

Lo miré interrogante, esperando que hablara.

— ¿Le estas siendo infiel a Sasori?

Abrí los ojos, sorprendida, y sentí como mi respiración se hacía más lenta. Daba igual que me descubriera, después de todo, yo se lo iba a decir. Pero no era lo mismo que alguien más me descubra, a ser yo misma quien diga la verdad.

— ¿Por qué lo preguntas?

Intenté mantenerme firme, pero mis piernas temblaban, más aun cuando él se acercaba peligrosamente a mí.

Posó sus grandes manos sobre mi cadera, mientras pegaba su cuerpo al mío, sin quitar esa profunda, penetrante y azulina mirada de mi.

— Kis... Kisame... que haces

— ¿No te gustaría serle infiel, otra vez?

El maldito descarado me estaba robando las tácticas y el momento. Con razón todas las guarras caían frente a él si tenía una labia de primera y un fuerte cuerpo que te acorralaba.

— Te vi con Hidan y Konan hace unos días, no sabes como me excitó saber que no eras tan mojigata como aparentabas y él no tiene idea — Acercó su rostro a mi cuello, mientras aspiraba mi aroma — ¿Se trata de algún tipo de venganza? ¿O simplemente eres una mujer que le gusta experimentar?

Oh Dios, maldito infeliz. Me sentía completamente vulnerable. Como podía safar de esta situación si ni siquiera tenía respuesta y mi cabeza divagaba entre sus ojos y su miembro.

— ¿Qué te hace creer eso? No es nada de lo que piensas

El bulto de su pantalón hacía presión en mi vientre... y no estaba nada mal. Pero no podía llegar a esos extremos, por que no le iba a dar el gusto de que me extorsione a acostarme con él con tal de guardar el secreto.
Besaba mi cuello delicada pero sensualmente. Y yo no sabía cuanto más iba a resistir manteniendo mis piernas cerradas.

— Vamos, preciosa. Llevo guardando el secreto de Konan por varios meses y Pain ni se ha enterado. No sabes lo bien que la hemos pasado. ¿Por qué no hacemos lo mismo? Sasori no tiene por qué saberlo.

Era un maldito desvergonzado sin criterio ni moral. De todo su maldito grupo me había topado con el peor. Agradecía que no fue el primero con el que coqueteé, si no aún me tendría en sus garras. Ahora sí, definitiva y absolutamente me arrepentía de lo que había hecho. Pero, si ya había comenzado ¿Por qué no terminarlo de una vez?

— ¿Qué quieres para guardar silencio? — le dije ronca y sensual, como si por dentro no estuviera flaqueando

— A ti

Me tomó de la cintura sentándome en el lavabo y posicionándose entre mis piernas para acortar la distancia entre nuestros cuerpos. Sentir como devoraba mi boca era una sensación caliente y electrizante, se notaba ciegamente que tenía experiencia en esto. Pero nada más que un beso iba a conseguir, por que no me sumaría a la lista de idiotas a las que acosaba y extorsionaba para llevarlas a la cama.
Sus grandes manos apretaban mi culo mientras se movía sugerentemente contra mí.
Me alejé un poco para poder respirar.

— Lo siento, no soy lo que piensas — me bajé del lavabo y lo miré desafiante — A mi no me llevarás a la cama para mantener el secreto con Sasori

Levantó una ceja, cruzándose de brazos — ¿A no? Pues no te cuesta nada abrir la boca y hacerte cargo aquí para tener mi silencio — apuntaba a su miembro

Sonreí de soslayo mientras lo apuntaba con mi dedo, pues en mi linda cabezita había aparecido la mejor de las ideas.

— No, serás tú quien guarde silencio. Por qué poco me costaría comprar a Konan y Hidan para que la historia cambie y tu jueguito se vuelva en contra de ti

Abrió la boca de sorpresa mientras me miraba con asombro — No imaginaba lo perra que eras, pelirrosa. Sasori se va a enterar

Lo rodeé para salir del baño, adentrándome en el pasillo, me di vuelta y lo miré por última vez.

— Yo me encargaré de eso — guiñé mi ojo

Y caminé con la poca dignidad que me quedaba, pero demostrándole a ese bastardo que si quería jugar conmigo, yo podía ser peor, y de eso su amigo se enteraría muy pronto.

(...)

— ¿Entonces?

— Ya estoy harta — me refugié entre sus fuertes y desnudos brazos — solo me queda convencer a Pain y enfrentar al idiota

— Quiero ver eso ¿Me puedes llamar cuando lo hagas?

Sonreí — ¿Luego me tomarás en tus fuertes brazos y me cargarás como el héroe de la historia?

— Y te cogeré frente a él

Me senté a horcajadas sobre él — Espero ese momento

— Oh nena, va a ser mejor de lo que esperas

Femme fataleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora