Prólogo

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Tan rojas cómo la sangre, y tan dolorosas cómo las espinas.

Hermosas rojas descansaban en la blanca alfombra tendida en un vacío de oscuridad, cautelosos pasos con elegancia marcaba el tick tock del reloj. Cómo gato a punto de cazar a su presa camina sobre las hermosas rojas tan suaves cómo la sedosa tela de su vestido. Una hermosa velada se veía entre las estrellas de la noche; la luna vestida de rojo y sus ojos tan oscuros como la noche llena de tentaciones.

La larga alfombra blanca, tan blanca cómo la nieve. Decorada de hermosas flores y hermosos pétalos esparcidos al marchitarse, espinas se clavaban en la suave alfombra siendo un hilo rojo la hermosa unión de estos amantes de la noche fundidos en una hermosa sonrisa de dolor deslizando pequeñas gotas rojas formando parte de la pintura.

Tan blanca cómo la nieve, y tan oscura cómo la noche

Aquella suave tela blanca teñida en un liquido rojo, formada por lienzos oscuros y degradados en blanco.

Gotas rojas eran derramadas por sus pies lastimados por las espinas mientras cargaba aquel pequeño cuerpo que portaba una sedosa tela bañada en pequeños hilos rojos; la sangre demostraba su dolor, su dolor satisfactorio.

"Pequeños pétalos blancos"

"Pequeños pétalos rojos"

"Rosas tan rojas cómo la luna"

"Rosas tan oscuras cómo la noche"

"Rosas tan suaves cómo tu sedosa piel"

"Y pétalos tan marchitos cómo tu máscara"

Sencillamente hermoso

-S-sakamaki!-despierta sobresaltada de aquel sueño.

Su corazón estaba latiendo a mil, mientras su respiración era irregular. Con manos temblorosas puso sus manos en su pecho-justo en su corazón-pudo sentir cómo este intentaba bombear sangre; el aire faltaba en su cuerpo. Por instinto llevo una mano a su cuello siendo la otra la cuál apretaba su pecho-en la zona afectada-intentando buscar aire.

Un grito sordo escapó de sus labios-A-ayudenme-dijo en un susurro inaudible.

Bajo su mirada al suelo viendo pequeñas gotas caer sobre este; un liquido deslizarse en el interior de su nariz, hasta caer lentamente sobre sus labios.

Un sabor metálico yacía sobre estos.

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