- Mmmm... - Gime Justin mientras se quita la camiseta, me besa y me acaricia desde mis caderas hasta llegar a mis piernas.
- Justin... - digo mientras le vuelvo a besar. - Deberíamos parar - le susurró a escasos centímetros de los labios.
- Pero yo no quiero parar y tú tampoco. - dijo antes de volver a besarme, pero esta vez con mayor intensidad.
- Pero... - dije como pude. tenemos que parar... Yo... Emmm... Eres mi jefe y yo solo soy una bailarina para ti.
Justin paró de repente y se puso de pie, tuve que tragarme la saliva porque frente a esos abdominales cualquiera babearía. Serio, se sentó en el posabrazos del sillón.
- Sara, creéme, no hago esto - dijo señalando entre nosoros - con ninguna de mis empleadas o colegas de equipo, no soy así, pero contigo es diferente, ¿vale? Aunque... quizás, no deberíamos seguir, como tú dices pero no sé como pararlo, es decir, mírate, ¿cómo demonios me voy a contener contigo?
- Yo... No sé qué decir. Mira Justin, yo quiero, realmente quiero este trabajo y no quiero ponerlo en peligro, pero me gustas y que nos besemos no soluciona mis "problemas", así que, ¿qué tal si dejamos de comernos el coco y lo dejamos como está?
- Está bien, pero no te vayas. ¿Quieres comer algo o, no sé, jugar a videojuegos, dar una vuelta?
- Mmm... Me está llamando un Starbucks ¿y a ti? - le dije con una mirada sugerente.
- Me gusta tu sugerencia, vamos. - dijo guiñándome un ojo.
Después de que el escolta de Justin nos llevase a por nuestros cafés, dimos una vuelta hasta llegar a una plaza que tenía una zona bastante grande para practicar skate.
- Hey, Hugo, ¿puedes traernos dos monopatines?
- Justin, yo no sé hacer eso eh - Dije señalando a uno de los chicos que estaba dando un salto mientras hacía girar su monopatín al mismo tiempo.
- No te preocupes, yo te enseño - dijo mientras me guiñaba un ojo.
- O mejor, yo te veo y no acabamos yendo a urgencias. - dije acomodándome en uno de los bancos del parque.
- Gracias - le dijo Justin a Hugo cuando él apareció con dos monopatines.
- Venga, Sara, no seas miedosa.
- Está bien, pero como pase algo, tendrás que compensármelo bien.
- Tú sabes que te puedo compensar de muchas maneras - me susurra en el oído mientras me agarra y me sube al skate. - Vamos a empezar por lo básico, ¿vale?
- Está bien - dije con cierto miedo.
- Vale, agarrate a mí. Ahora nos vamos a mover, ¿lista?
- Ahhhh - grité.
