Cap 7:Visita inesperada.

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"QingHeng-jun ¿cuanto falta?" Pregunto un anciano.

"Faltan 8 meses exactamente para que todo este perfecto y el plan marche bien."

"Eso es bueno,que los discípulos se instruyan para una guerra si es posible no podemos dar bajas innecesarias. "

"Yo mismo los entrenare, si me disculpa me voy"

"Hm."

'¿Que día se los diré? Y si mejor no les digo? ,¿me odiaran? ¿me querrán matar también ?' Sus pensamientos fueron interrumpidos por un discípulo que venía a toda prisa.

"¿Porqué corres, pasó algo?"

"QingHeng-jun... Wen Chao del clan Wen vino.." Jadeaba mientras hablaba.

"¿Qué?, ellos porque vendrían?,hace años no hacen un contacto con alguna secta que no sea pequeña o fuera de sus asuntos.." Sus voz cayó en picada.

'¡No!, no puede ser! Como ellos sabían esto' Fue corriendo a la sala donde le habían avisado que estaba.

"QingHeng-jun es un gusto conocerle" Dijo muy arrogante. "Creo que ya sabe quien soy ,por lo que vino tan rápido me hace dar esperanzas falsas de muchas cosas."

"Wen Chao ¿Que quieres?, se directo no me gusta que esquives el tema principal" Estaba enojado eso estaba claro.

"Tranquilicese yo sólo vengo a estudiar como todos los demás, mi padre se encargara de hablar con usted después" Hizo una reverencia, su reverencia no tapaba la sonrisa que tenía en ese rostro arrogante y eso solo hacía enojar más al adulto.

"Wen Chao esperó que te vallas antes de que te mueras" Dijo con un tono de voz frío como el hielo sus túnicas negras hacían que su apariencia se vea impotente e invencible pero en su corazón solo se guardaban temores e inseguridades.

Wen Chao sabía que hacía en ese lugar, sabía que el no podía matarlo y sabía que en este momento estaba más débil todo el clan Lan, era justo para que el y su clan atacaran a todos y al más problemáticos.

"Que hostilidad QingHeng-jun~, veo que mi padre tenia razón en algo..usted es débil Jajajaja!" Comenzó a caminar para la salida de ese cuarto pero el brazo de QingHeng-jun lo detuvo antes de que diera el último pasó.

"No se preocupe, no haremos nada a quien si nos haga caso.. usted debería saberlo mejor que todos señor." Empujó el brazo y se fue dejando solo a QingHeng-jun que ya pensaba en todo lo malo que podía pasar y sus temores comenzaron a salir en forma de sudor frío haciendo que el discípulo quien lo acompañara preguntará el porque de su estado pero el no respondió solo seguía en el trance de sus pensamientos.

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'A-Heng pasa algo?'
Una mujer de piel pálida y labios rojos preguntaba a la figura de un hombre en medio de la habitación.

'Lo siento querida solo me preocupaba por A-Zhan..solo eso..' Una hermosa sonrisa adornaba el ceño fruncido del hombre de túnicas negras.

'Querido a mi no me engañas jaja' Soltó una suave risa '¿En qué realmente estás pensando?'.

'Es algo difícil..' Suspiró ya cansado de los problemas.

'Es algo tan grave?' La preocupación de su esposa lo hizo dudar.

'Si..' Soltó un suspiró que demostraba el gran problema que era.
'Muchos clanes apartes sospechan y.. pronto puede ser que hay alguna guerra..me preocupa todo nuestro clan esto puede ser una grieta después de cientos años.. '

'A-Heng ¿hablaste con tu hermano de esto?'

'No, todavía no'

'Eso es gra..ve' Su voz estaba temblorosa y una marca de sangre se avecinaba en su vestido de túnicas blancas con negro.

Una gran ola de masa negra rodeó el cuerpo de QingHeng-jun y todo después se volvió oscuro.

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'A-Heng~' Un suave susurro pasó por sus oídos haciendo que busque desenfrenadamente el dueño de la voz familiar pero no encontró nada..

"Lider ¿que hacemos con Wen Chao?" El discípulo cerca de el pregunto.

"Viguilenlo.. no podemos dejar que haga de las suyas mientras estudia... avisale a Qiren y a los ancianos".

"Esta bien si me disculpa me retiró" Hizo una reverencia y se fue a avisar a las personas que debía.

El cuerpo de QingHeng-jun tembló no podía mantener esa sería y fría expresión por lo que se fue a su cuarto y se desquito con todo a su alrededor. Maldecia a todo, todo estaba tirado en el suelo roto y con energía resentida saliendo de ella.

Risas y gritos desgarradores aparecían en sus oídos, maldiciones llenas de resentimiento dirigidas a el y imágenes borrosas de su esposa muerta se asignaron en sus pensamientos, la energía resentida explotó en su cuerpo dejando todo a su alrededor hecho polvo lo único a salvo era un pintura de la persona a quien entrego su cinta y entrego todo de si para que ella sea feliz pero al final el la mató con su propia mano y espada.

Un grito de su parte hizo que el silencio existente se desvaneciera haciendo que en todo la habitación solo se oigan sollozos lastimeros de una garganta ya destrozada.

Sin BrillóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora