Día 1: Lujuria [Siete Pecados Capitales]

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Pareja: Rubegetta.

Advertencias: Lenguaje vulgar y tal vez, contenido +18.

No me especializo mucho en el tema +18, yo soy más de escribir cosas con tragedia o cursis, así que pido disculpas.

Lujuria: La lujuria (en latín, luxuria, 'abundancia', 'exuberancia') es usualmente considerada como el pecado producido por los pensamientos excesivos de naturaleza sexual, o un deseo sexual desordenado e incontrolable.

Llevaba bastante rato mirando al chico de orbes amatista, le encantaba todo de él, su pelo, su cara, su cuerpo, absolutamente todo era perfecto.

Veía como hablaba con el albino, tan animado, así no era con él. Lo admitía, era celoso, demasiado. Auron le decía que no debía serlo, pero nada cambiaría su actitud. Vegetta era suyo y de nadie más.

—Nos vemos Willy, ¡ciao! —se despidió y le dejó un beso en la mejilla.

Eso bastó para que el oso se le hinchara la vena del cuello. Se acercó hacia el chico y lo acorraló contra la pared, mordiendo su cuello y dejando chupones.

—Ah... Rubén... —gimió el pelinegro.

—No me gusta que te pongas cariñoso con Willy, sabes que me molesta.

—Aquí no...

Una falsa tos se escuchó detrás de los dos, era Auron, quién observó toda la situación mientras pasaba por ahí.

—Vegetta tiene razón, iros a otra parte para hacer vuestras cochinadas, puercos.

—Me he pasado, lo siento, Vege.

Avergonzado, el oso se dirigió hacia su casa y se sentó en su sofá, Juan Carlos y Coringa se acercaron, vieron una mancha extraña en el cuello de él.

—¿Qué ocurre? —les preguntó.

Coringa se subió en el regazo del oso y señaló no uno, si no varios chupones. Sonrió al recordar la noche de hace 3 días, donde Vegetta no parecía querer terminar el acto y siempre pedía más.

Sin saberlo, el calor se le subió por los pies, desde las rodillas hasta los brazos, finalizando en las mejillas. Necesitaba a Vegetta, al Vegetta que nada le importa, fuera o no ilegalísimo.

Se lo imaginaba a su merced, ya estaba en su punto máximo y el pantalón ya le quedaba demasiado ajustado para su parte íntima.

—Vegetta... —gimió el nombre de su pareja, lo necesitaba, más que nunca.

Agarró el teléfono y marcó el número de su pareja.

—¿Qué pasa, Rubius? —preguntó.

—Te... necesito...

—Otra vez, pillín, ¿no te bastó con lo de hace unos días?

No hace falta explicar lo que ocurrió después, fue una noche llena de pasión y amor, ambos terminaron agitados y se quedaron dormidos abrazados.

Al siguiente día, Auron llamó por teléfono al pelinegro:

—¿Auron?

—¡Porqué tan fuerte, Vegetta!

—¿De qué hablas?

—¡TUS GEMIDOS COÑO, POR LO MENOS DEJA DORMIR!

Las mejillas de Vegetta eran tomates.

Tal vez no dejó dormir a Auron, pero su lujuria y la de Rubius dominaron por completo en la noche, y eso era suficiente para él.

Espero que mañana pueda subir el segundo pecado: Gula.

Los quiero <3

David.

PD: Al final no hubo nada +18 salvo lo de principio, Rubius es todo un caliente lel




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