Apuesta por Mi [¡JongSang!] TERMINADA

Tercer Capítulo

Jeong Yunho— llamó Mary mirando su lista de niños adoptados.

Los niños se emocionaron porque Yunho definitivamente se merecía ser adoptado, era un niño muy obediente y trataba, lo menos posible, causar algún tipo de disgusto a su niñera.

Felicidades, la familia Song lo adoptó— dijo sonriente Mary. Yunho había sido subastado por diez millones de dólares, un buen precio para un buen niño. Mary se sintió satisfecha.

G-gracias— respondió el niño muy contento. Sus amigos alrededor lo felicitaron y él se sonrojo un poco.

Ahora... — Mary buscó en su lista a los siguientes —Kang Yeosang y Jung WooYoung— llamó.

WooYoung abrió los ojos de sorpresa, estaba muy confundido. No era posible que la misma familia los adopte a los dos o si?

Nos llamaron a los dos. Woo, tendremos la misma familia— susurró el pequeño Yeosang emocionado, lo tomó de la mano con una pequeña presión y fijó su mirada hacia Mary, atento.

La familia Choi los adoptó a ambos— informó Mary sonriente.

¿Q-qué?— susurró el pelinegro con la mirada perdida —Yeonnie...— de inmediato sintió los cálidos brazos de su hermano al rededor suyo.

Yeosang estaba llorando de la felicidad y manchó el hombro del pelinegro con sus suaves lágrimas. WooYoung reaccionó y le devolvió el abrazo con fuerza. Se sentía tan feliz de que no los separen. La familia Choi los adoptó a los dos!, eran muy buenos.

Y vendrán a recogerlos mañana por la mañana— concluyó Mary y empezó a buscar en su lista al siguiente niño adoptado.

[°°°]

WooYoung— llamó a su hermano quien ya estaba empacando sus cosas —De verdad estaremos juntos para siempre— sonrió.

No lo puedo creer Yeonnie— respondió el pelinegro muy sonriente.

¿Cómo crees qué sean?— Yeosang dejó de lado su equipaje y echado en la cama miró hacia el techo —Nuestra... Nueva familia...

Serán muy buenos con nosotros, Yeonnie— una pequeña sonrisa se formó en su rostro.

¿Cómo lo sabes?— preguntó el rubio con su boquita formando una "o"

No sé... — WooYoung se encogió de hombros —Solo... Lo sé.

Ya quiero tener una mamá— admitió el menor algo sonrojado —Y también un papá.

Tendremos la misma mamá, hermano— WooYoung terminó de empacar y cerró su maleta. Observó a Yeosang y se molestó un poco —Yeosang, no has empacado aún.

Tengo un poquito de flojera— dijo tapándose sus ojitos —Woo... Podrías...

Está bien— respondió suspirando —Lo haré yo, pero me debes una.

¡Si!— festejó Yeosang y siguieron con su platica. El rubio acostado en la cama sin hacer otra cosa que mirar el techo y WooYoung empacando sus cosas.

Hablaron por horas. Dijeron que extrañarían el orfanato, extrañarían a sus amigos, a Mary, la comida de la anciana que lo cocinaba, su habitación, extrañarían todas sus travesuras y las veces que Mary se molestaba con ellos. Extrañarían su vida en orfanato, pero tener una familia, una mamá y papá, valdrá la pena.

[°°°]

Y también estoy feliz por Yunho— comentó Yeosang con sus ojitos dormilones —El tendrá una familia también.

Sí— contestó WooYoung quién se encontraba acostado al lado suyo —Será parte de la familia Song— bostezó sonriente —Yeonnie... Ya tengo sueño— confesó acurrucándose en su hermano.

Nooo... Pero Woo yo aún quiero seguir despierto— se quejó el menor tratando de despertar a su hermano.

Mañana... Será un buen día...— dijo cerrando sus ojitos —Buenas noches Yeosang...— susurró WooYoung y luego se quedó dormido en el pecho de su hermano.

Yeosang suspiró un poco molesto, quería seguir hablando de lo que pasará en su vida. Tenía tantas preguntas, tanta cuestiones, pero su hermano ya estaba dormido y no quería hablar solo, además sabía que WooYoung jamás de despertaría por nada del mundo, sería inútil tratar de despertarlo. Hizo un pequeño puchero y se acomodó en el pelinegro rendido.

Hasta mañana WooYoung— dijo y durmió.

[°°°]

¡Yeosang! ¡Yeosang!— llamó WooYoung para que su perezoso hermano se despierte.

Woo... Dejame dormir— se quejó en menor poniéndose de espaldas para que no lo moleste.

¡Nuestra familia vendrá hoy! ¡Ya despierta!— con ambas manitos sacudió al rubio lo más fuerte que pudo.

¡Ya!— despertó molestó — ¡Ya me levante! Eres muy molesto— se quejó.

Yeosang siempre se levantaba de mala gana, le gustaba mucho dormir y este siempre era un problema para WooYoung ya que él se encargaba de levantarlo y siempre se topaba con una mala actitud por parte de su hermano.

Yeosang apurate... — dijo desesperado WooYoung. Tenía mucha curiosidad por conocer finalmente a los que se convertirian en su nueva familia.

Ya estoy listo, bajemos— respondió Yeosang saliendo del baño.

Ambos tomaron sus maletas y bajaron hasta la puerta principal. Allí, se encontraban todos los demás niños del orfanato, sus amigos y Mary. Definitivamente, extrañarian todo eso.

Los extrañaremos, niños— dijo Mary acercándose a ambos y besandolos en sus mejillas —Portense bien y háganme sentir orgullosa de ustedes.

Lo haremos— respondieron en una sola voz. Abrazaron a su cuidadora con mucha fuerza y se despidieron de sus amigos.

Ya era hora. Ambos suspiraron y salieron por la puerta principal del orfanato. Al salir, se encontraron con dos carros muy lujosos y elegantes y en medio de ellos, estaba parado un señor de terno, muy misterioso y serio también.

Jung WooYoung, Kang Yeosang— llamó el señor —Soy el señor Choi, un gusto conocerlos.

Ambos niños no sabían que hacer. Se suponía que tenía que abrazarlo? Pero el señor en ningún momento extendió sus brazos, o talves tenían que darle las gracias por elegirlos? todo era confuso. Esperaban un recibimiento mucho más cálido y cariñoso, pero el señor Choi se comportó muy frío.

¿U-usted será nuestro padre?— habló el mayor con todos los nervios del mundo encima, pero sabía que Yeosang también tenía esa duda en su cabeza y que nunca se atraería a decirla.

Oh— contestó el señor Choi sorprendido —No, pequeños. No seré su padre.

E-entonces... Por qué...— Yeosang hacia un pequeño puchero y sus ojos amenazan con llorar. ¿Acaso no tendría papá?

Cada uno suba a una camioneta, iremos con sus tutoras— ordenó.

WooYoung apretó la mano de Yeosang y le dedicó una sonrisa. "Son buenos, acuérdate" le susurró y el menor asintió un poco más seguro.