VI

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- Húmedo... Está tan húmedo...

NATE
Mierda, Mihael está tan húmedo, debo parar, pero mi cuerpo me pide más

Todo esto que hacemos está mal, yo mismo lo sé, sin embargo se me hace imposible dejar de hacerlo, es un deleite para mí el probar la piel de Mihael, el escuchar sus gemidos y sentir sus labios húmedos chocar con los míos.

Al principio no quería tener nada formal con el, simplemente ser compañeros que se dan placer mutuo, pero últimamente, mis deseos han cambiado, no quiero tener sexo, quiero hacer el amor con el, aunque creo que esos no son sus deseos...

-¡Ah! Mmm alteza... ¡Metalo! ¡Lo más profundo que pueda!- Incluso cada suspiro que salía de la boca de Mihael lograba excitarme, ¿Qué locura, no? amaba cada detalle de su fino cuerpo- Veo que hoy estás muy enérgico, ¿no?

-¡tch! solo termine con esto y déjeme ir... por favor...

La expresión del joven rubio, a pesar de reflejar placer, tambien se notaba el dolor, sin embargo, el príncipe Nate no sabía si era dolor físico o ¿emocional?

-Como quieras, pero terminaras suplicando por más...

Lentamente me fui adentrando en el interior de Mihael, apretando sus glúteos con mis manos, dejándolos rojos por la presión que hice, para después masajear su pezón derecho

-Nng..¡Ah- solté una pequeña risa al escuchar sus gemidos roncos, mierda, eso es jodidamente caliente

Tomé un látigo que estaba en el suelo, para poder azotar su pecho unas cuantas veces. Salí de su interior lentamente, para empezar su "castigo"

-Y bien, dime, este agujero tuyo..-con el cinto del látigo acaricie la entrada de Mihael, que se encontraba algo húmeda con mi pre-semen- Desea ser profanado por mi hermano ¿No es así?

-¿He-hermano?..

-Por favor, no te hagas el santo, se muy bien que quieres cogerte a Mail - dí un azote en ambos muslos, poniéndose una marca roja casi al instante- pero déjame decirte que me perteneces

-¡Te equivocas!- soltaba pequeños gemidos, tal vez de dolor, o de placer, Nate realmente ya no lo sabía, ni le importaba-  Yo no planeo hacer eso...

-hmm... Repitelo hasta que te crea

Sin duda alguna el enojo se reflejaba en la cara blanquecina de cierto joven albino, el pensar que Mihael tenía intenciones lujuriosas con uno de sus hermanos le molestaba mucho, desde pequeño odiaba que sus hermanos tomaran lo que era suyo.

Jamás dejaría que Mail le pusiera un dedo encima a su fiel sirviente, de solo imaginarlo le daba asco.

Las fuertes embestidas que Mihael recibía del príncipe Nate eran fuertes y profundas, aunque lo negase, el disfrutaba de aquella embriagante sensación que el príncipe le daba, claro que, no lo admitiría frente a el

-Mihael... Me vengo...

-¡Ahh! y-yo también

.

.

.

-Vistete, te quiero puntual en la sala del trono para  arreglar la llegada de la prometida de Lawliet

-Sí...

Y sin decir ninguna otra palabra, Nate se marchó, no sin antes arreglarse la ropa y acomodarse el pelo. Antes de dirigirse con su hermano, se daría un profundo baño para quitarse el olor a sexo qué llevaba, cosa que también debía hacer cierto rubio.

A SUS ÓRDENES (melloxnear)(+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora