Eternal Life

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— ¿Fedya?

¿Nikolai? ¿Dónde estás? Solo veo... Oscuridad. ¿Y eso que escucho es... Eco? ¿Dónde estás? ¿Por qué no puedo ver? ¿Acaso es un engaño de mi mente atormentada? ¿Es otro de mis sueños esperanzadores que al despertar se rompen?

— ¿Qué sucede, Fedya?

Otra vez escuché tu voz llamarme con cierto tono de preocupación. Sentía mi cuerpo entumecido, mi cabeza adolorida. Estragos del reciente sueño que había tenido. Sentía una pesada carga en todo mi cuerpo, y me costaba volver en mí. Noté como me movías con delicadeza, cosa que solo provocaba que mis músculos entumecidos tratasen de moverse.

— ¿Estás bien?

Apreté mis ojos con fuerza, haciendo todo lo posible para abrirlos. Me pesaban muchísimo, sentía un cansancio... Emocional. A mi cabeza, empezaban a llegar imágenes de todo tipo, y solo aumentaban mi dolor de cabeza.

— ¿Por qué estás llorando, Fedya? —Preguntaste, acariciando mi rostro con suavidad.

Finalmente, conseguí abrir los ojos, observándote con mis orbes lavanda, acuosos por el efectivamente, llanto. Ahora que estaba siendo un poco consciente de mí alrededor, me daba cuenta que realmente estaba llorando. Mis mejillas estaban húmedas y el blanco de mis ojos era de un suave color rojizo provocado por las lágrimas.

Te observé en silencio, mientras notaba tus suaves manos acariciar mi rostro. Empecé a llorar de nuevo, notando como me abrazabas. ¿Por qué? Me dolía el pecho, solo había sido un mal sueño. Pero tenía ese miedo recorriendo cada parte de mi ser. Esperaste a que me calmara, a que dejara de llorar y mojar tu pecho con mis lágrimas. Me sentía tan reconfortado en esos momentos de sentir tu cuerpo, tu aroma, tu calor. Tu dulce voz tratando de calmarme. ¿No estaba soñando de nuevo, cierto?

—Uh... Kolya... —Llamé entre pequeños sollozos, aferrándome a ti, con miedo. Miedo a que esa pesadilla volviese a hacerse realidad.

—Shh... Ya pasó todo Fedya. Estoy aquí contigo, mi amor. —Susurraste mientras enrollabas tus dedos en mi cabello negro, tratando de reconfortarme.

Me quedé en silencio unos segundos, para inspirar hondo en un intento de tranquilizarme. La angustia estaba aún en mi cuerpo. Hacía tanto que no me ocurría aquello. Me sentía mal, pero a la vez un alivio recorría todo mi ser al saber que todo fue una horrorosa pesadilla.

—Tuve un sueño...

— ¿Un sueño? —Preguntaste con curiosidad, acunándome en tus brazos. Yo me incorporé un poco, para sentarme en tu regazo y rodear tu pecho con mis brazos, escondiendo mi rostro, como una forma de protegerme. En esos momentos parecía un gatito asustado.

—Si... Un sueño, sobre nuestras vidas pasadas. La que más recuerdo de forma nítida... Fue cuando estábamos en un mundo lleno de habilidades. Pero también he soñado incluso con aquella donde nos conocimos por primera vez —Susurré, mordiendo mi labio inferior con fuerza. Hacía... No sé cuánto que no soñaba con eso, desde que se nos otorgaron estas vidas astrales e inmortales. Pensaba que lo había superado, pero, era mentira.

—Sigue, cariño. Con calma, no te presiones —Susurraste con dulzura, cogiendo mi rostro y dejando suaves y húmedos besos. Amaba tu comprensión, tu manera de mimarme y cuidarme. Eras mi ángel caído del cielo.

Esos gestos me hacían sentir tan bien, tan feliz. Te miré, para acurrucarme de nuevo en tu pecho. —Casi te matan por mi culpa. Como siempre... Lo siento. —Murmuré, sollozando de nuevo. —Lo siento de verdad Kolya, lo siento. Nunca puedo hacer mucho por protegerte. En ninguna vida, siempre te ibas antes que yo, porque soy un maldito inútil incapaz de protegerte. Yo... Me siento tan frustrado... Tan mal...

ReincarnationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora