one.

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     Eddie Kaspbrak estaba enamorado de Richie Tozier. Había costado mucho aceptarlo, pero lo logró.
     ¿Cómo se dio cuenta? Oh, un día simplemente estaba en su casa, no podía salir, su madre no lo dejaba ya que no había estado tomando sus pastillas, o yendo a buscar su medicina. Esto pasaba desde que descubrió que eran placebos. Aún así nunca dejó su inhalador, por más que supiera que era una mentira, lo necesitaba.
      Estaba recostado en su cama, con los ojos cerrados. De un momento a otro se dio cuenta de que solo estaba pensando en Richie. En su sonrisa, sus lindos ojos marrones, siempre con un brillo en su mirada, cosa que le daba seguridad y contagiaba alegria; su escandola risa, sus malos chistes, pero que siempre le causaban gracia, por más que fueran de su madre.
     Como Richie lo animaba siempre que estaba triste, una vez llegó a enviarle una carta, ya que ese día estaba mal porque su madre  no lo había dejado salir con sus amigos.

      “¡Buenas, Eduardo!
      ¿Así que tu madre no te dejó venir?
      No creo que te rebeles, ¡pero si gustas! Aquí está tu padrastro para que le consultes todo.

     Hoy fue un buen día, fuimos al arcade con los chicos. ¡Y dios, Ben apesta en los videojuegos! También Stan, Bill, Bev, Mike... ¡Supongo que nadie me supera! ¡Ja! Aunque Bill me ganó en una partida de Street Fighter, pero seguramente fue suerte de principiante.
 
    Nos tomamos una foto en la máquina, ¡te la mandé, y hasta te dibujé! Ojalá te guste. Muestrasela a tu madre, dile que voy a llegar en la noche.

      ¡Adiós mi Eds!”

     La carta al final tenía algo tachado, siempre le gustó creer que Richie había rayado un corazón que había dibujado, pero se arrepintió. Luego volteó a ver a la foto que el pelinegro mencionó, la tomó con delicadeza, con una leve sonrisa curveando sus labios. El último mencionado lo había dibujado como palitos, parecía enojado. Hizo un globo de diálogo en el cual él se quejaba de los gérmenes; soltó una suave risa. Richie era tan tonto. Obviamente, Eddie estaba dibujado al lado de Richie, quién tenía la boca abierta sacando la lengua, feliz, mientras le hacía con los dedos orejas de conejo a Stan y Beverly. Su sonrisa se volvió aún más grande, su corazón latía con rapidez con tan solo ver a Richie. Además de que se veía tan feliz. Desearía poder haber pasado ese día con sus amigos, ya que también los quería mucho.

     El resto de su día fue literalmente pensar en Richie, con una sonrisa boba pegada a sus labios cada segundo. Fantaseaba con que Richie podría haber dicho algo de él ese día, mientras mordía su labio con emoción.
     Hasta que de un momento a otro, comenzó a pensar  si era normal pensar así de Richie siendo este su mejor amigo. Todo su mundo se le vino abajo al pensar en que estaba mal. Tal vez estaba enfermo. Con ese pensamiento en la mente, bajó corriendo las escaleras de su casa buscando unas pastillas, sí, tal vez si se medicaba todo estaría bien. Su madre le había dicho que si alguien gustaba de una persona de su mismo género estaba enfermo, tenía que tomar más medicamentos y se le pasaría.
     Paró en seco al darse cuenta de que se había dicho a sí mismo que Richie le gustaba, formando un ataque de asma, logrando que saque su inhalador de su riñonera con desesperación. Luego de inhalar varias veces exageradamente, su respiración comenzó a regularse.
     Una vez completamente calmado, tomó la pastilla con un vaso de agua, y volvió a su habitación, subiendo las escaleras con cuidado de no hacer tanto ruido, ya que se había dado cuenta de que su querida madre dormía en el sillón sin importarle que su hijo estaba enfermo.
     

     buenas banda🤠.
nueva historia que no debería publicar porque no tengo las otras dos terminadas😎✌🏻.

enfermo ; reddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora