Cap 14

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Candy

Todos estaban en la creepyhouse; metidos en sus cosas mientras que Cameron, Mike y yo esperábamos a Adam en el bosque. Este estaba llevando el libro a un lugar seguro del cual nadie sabría... solo él.

- Pregunta importante - Cameron se quitó su gorra y movió su cabello mientras hacia una mueca de duda - ¿Alguien sabe dónde queda ese espejo? -

Mike y yo nos miramos con unas sonrisas de tontos. Estábamos aquí afuera sin saber dónde realmente se encontraba dicho espejo que traería a la vida a Judge.

- Adam debe de saber, ¿no? Él fue el que nos contó sobre el - Mike se encogió de hombros

- Seh - Candy hizo una silla de hielo, se sentó en esta e hizo un cubo hielo el cuello empezó a lamer

Esperamos unos minutos más cuando al fin Adam apareció; todo sucio. Lleno de tierra negra o no sé qué demonios.

- ¿Acaso tiraste el libro en un volcán? - pregunté en forma de broma

Este se quedó serio, miró su brazos y luego volvió su vista a nosotros.

- ¿Tan obvio es? -

- ¿Es en serio? - soltó Mike para luego suspirar - Bueno, no es como que lo tiraste en el volcán de Alaska -

Nuevamente Adam se quedó serio.

- ¡Tienes que estar de coña! - gritamos los tres juntos

- Está bien. Al menos solo ustedes lo saben - se encogió de hombro - Además, si alguien más lo supiera no podría entrar. Está en la lava. Solo esperemos que nadie quiera controlar a Mike y ya - sonrió como el tonto que es

- ¿Cómo es que podemos estar relacionados? - soltó Cameron mientras negaba lentamente

Yo me acerqué a ella, coloqué mi mano derecha en su hombro y le dije:

- Eso me pregunto yo todos los días de mi vida cuando los veo a ustedes - y me alejé

Los chicos me miraron entre ofendidos, pero luego asintieron. Había que admitir que de los cuatro, yo era la más madura.

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Mientras Adam explicaba dónde se encontraba el espejo y las cosas que habían que hacer, yo aprovechaba para tomar mi pastilla y no volverme agresiva y matarlos a todos. Habíamos hecho mucho en estos días. Se fueron tan rápidos que se me había pasado que tomaba pastillas para controlar mi agresividad.

- ¿Alguna duda? - preguntó bastante serio

- Nah. No presté atención pero ya te leí el cerebro. Gracias por tener tanta información guardada - le enseñé mi pulgar

Este sonrió nervioso mientras que Cameron y Mike hacían muecas al imaginarse el tipo de cosas que debía haber en el cerebro de nuestro querido primo/hermano.

- Si el espejo está en la ciudad... ¿Cómo le haremos exactamente? - preguntó Mike

- Exacto. No sabemos exactamente donde se encuentra, solo sabemos que está en la ciudad - soltó, Cameron - Tal vez María pueda ayudarnos. Ella debe de tener algún hechizo que nos haga reconocer el espejo. O tal vez ella sabe donde realmente se encuentra -

Adam asintió de acuerdo con la propuesta de su hermana menor. Todos asentimos de igual manera así que comenzamos a caminar hasta la casa de la señora la cual era ya como una abuela para nosotros. Al llegar tuvimos precaución, en especial Cameron ya que era la que siempre caía en lo mismo.

- Vayamos lento - soltó la mencionada antes de ser desaparecida por el hechizo de María

- En tres... dos... uno... - solté antes de que Cameron cayera fuertemente al suelo

- ¡TIENE QUE SER UNA PUTA BROMA! - gruñó y se levantó con enojo - Delen al frente. Que lo próximo le pase a ustedes - suspiró con enojó, se acomodó su ropa y recogió su gorra la cual se hallaba aun tirada en el suelo

Adam, Mike y yo nos echamos a reír por el acto de Cameron. Era irónico que siempre fuera ella. Empezaba a creer que María lo hacía a propósito. Al quedar en el balcón de su casa, tocamos la puerta de color crema desgastado hasta que esta nos abrió. Era obvio que ya sabía para qué estábamos allí, así que no nos molestamos en explicarle.

- Tomen asiento, ¿quieren té? - nos miró con dulzura

- Me gustaría un vaso de agu... - añadió Adam, pero no pudo terminar

- Té o nada - soltó, esta vez, con nada de dulzura

- Té será - el amenazado forzó una sonrisa la cual le temblaba

María se sentó al frente de nosotros, chasqueó los dedos y una bandeja flotó en nuestra dirección con el té en ella. Todos quedamos fascinados. No era como que no teníamos telequinesis pero jamás habíamos hecho tal cosa para nada.

- Bien. Si mi conocimiento no ne falla, y obvio que no, el espejo que buscan está en una tienda de antigüedades en la ciudad. Para su buena suerte, la única que hay - sorbió su té con sus ojos cerrados y su meñique alzado

Un silencio se apoderó de la casa puesto que esa era toda la información que necesitabamos.

María, al darse cuenta que seguíamos aquí, abrió su ojo derecho y nos miró - ¿Qué esperan? ¿los escolto a la salida también? ¡Largo que no hay tiempo! - y en un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos fuera de su casa

Los cuatro nos miramos. Quisiera decir que ellos estaban igual de nerviosos que yo, pero no era así. Yo estaba muchísimo más nerviosa puesto que toda la presión estaba en mí. Si arruinaba esto, todo se iría a la mierda. Adam y Cole quedarían destrozados, y yo no me lo perdonaría jamás.

- Bien, hagamos esto - nos miramos, tomamos de las manos, recitamos unas palabras y nos volvimos totalmente normales

- Necesitamos hechizos para la ropa. No podemos salir a la calle vestidos como si hubiéramos estado en una obra de teatro - se señaló, Mike

Todos asentimos de acuerdo e hicimos otro hechizo (les sorprendería saber cuantos hechizos para cosas estúpidas pueden haber en el mundo). Hecho eso, retomamos nuestro camino hacia la ciudad. Esperamos a que nadie estuviera mirando para salir de este actuando normal. Sería extraño que un grupo de cuatro saliera del bosque bien vestidos.

- ¿Tienda de antigüedades? ¿Dónde demonios encontraremos una tienda de antigüedades? - pregunté con molestia

- Al frente tuyo, genio - dijo Cameron

Solo dimos media vuelta y allí estaba la mencionada. Totalmente alojada por personas, pero no por mucho.

- Hay que hacer algo para que esa gente salga de ahí y nosotros poder entrar - solté

- ¡Uh! Tengo una idea - soltó Cameron. Todos la miramos - ¿Se acuerdan la broma que le hicimos a nuestros hijos? ¿La de los ratones? Podemos hacer ese hechizo y vestirnos de fumigadores. Solo así lograremos entrar -

Todos nos miramos sonrientes por tal idea de nuestra prima. Podía usar su cerebro bien cuando se lo proponía. Estaba orgullosa de ella (bueno, algunas veces me ponía orgullosa). Antes de tomarnos de las manos, susurramos una simple palabra la cual creó un campo a nuestro al rededor de invisibilidad el cual nos permitió agarrar nuestras manos y recitar unas palabras para crear el hechizo de los ratones e inclusive cambiar nuestro vestuario a uno de fumigadores.

- Solo esperen la llamada en tres... dos... uno... - y el cel de Mike comenzó a sonar - Buenas tardes, Mike Collins, ¿en qué podemos servirle señor?... Ajá, ajá... Oh vaya... Claro, claro... Descuide, tenemos todo bajo control. Mándele saludos a su esposa de mi parte. Adiós y buenas tardes - y colgó con una sonrisa en sus labios

Todos lo miramos con pokerface por su extraña conversación con el dueño de la tienda. Había sido estúpidamente extraña.

- ¿Qué? Nunca está de más tener buenos modales - rodó los ojos - Vamos - y comenzamos a caminar hacia el lugar donde se encontraba el único chance de traer de vuelta al amor de Adam

GOD WIZARD'S (Tercera Temporada) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora