🌹TEMPPRADA 1🌹

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CAP. 1

Había una vez una hermosa y curiosa ángel que bajaba a la tierra de su familia, los humanos, para espiarlos, su nombre era Anaciel. Ella amaba su música, bailes y fiestas, ya que en el paraíso aquellas actividades mundanas estaban prohibidas.

Moría de ganas de participar en uno de esos festejos, pero al no poder ocultar sus alas observaba a aquel pueblo desde la oscuridad del bosque que estaba junto a él.
Así, esperaba a que la música comenzara y bailaba en soledad en medio de aquellos árboles.

Un día fue descubierta por un demonio que también visitaba la tierra en busca de diversión, pero no era cualquier demonio, este era un príncipe, un diablo llamado Jimin. A él le entretenía verla billar, le parecía graciosa y muy bella.
Cómo todo diablo era un maestro del engaño y por ende podía tomar la forma que él quisiese, así que se transformaba en diferentes animales para estár cerca sin que Anaciel lo notase, hasta el momento en que decidió hacerse presente ante ella.
Le confesó que hacía un tiempo la observaba en secreto y le preguntó que buscaba en la tierra, ya que sabía que las leyes de los ángeles eran más rigurosas y tenían prohibido el contacto con los humanos, no así los demonios que podían hacer y deshacer a su gusto.

Ella tímidamente respondió que amaba las fiestas que hacían pero al no poder participar en ninguna permanecía oculta allí para admirarlos de lejos.
Fue entonces cuando una idea cruzó la mente de Jimin;

- Yo puedo ir y venir entre los humanos, con mi magia logro cambiar mi apariencia. Si lo deseas puedo hacer lo mismo contigo.-le propuso.

- ¿Por qué me ayudarías?, ¿Qué esperas a cambio?-desconfió ella.

- Que bailes conmigo, ¿es mucho pedir?-sonrió él.

Anaciel no podía evitar dudar, desde pequeña le habían enseñado que no debía confiar en los demonios, que eran seres malos. Pero su deseo de poder participar en una de esas fiestas era tan grande que decidió aceptar su propuesta.

Así el diablo usó su magia, ocultó las alas de ella y cambió su color de cabello, luego hizo lo mismo sobre él para desaparecer sus cuernos y cambiar sus rasgos. Anaciel estaba sorprendida, nunca había visto una habilidad así, definitivamente él era un ser poderoso.

Jimin la tomó de la mano y la llevó hasta el pueblo, la ansiedad se iba haciendo cada vez más fuerte en el pecho de ella.

Al llegar pudo descubrir que aquella música provenía de una alegre taberna cuyos clientes siempre estaban dispuestos a celebrar.
Ella no podía ocultar el brillo de sus ojos y él, galante, la invitó a bailar.

- Pero...¿y si no puedo hacerlo bien?...-dudó Anaciel.

- Sólo déjate llevar...-le susurró Jimin, mientras con el brazo derecho tomaba su cintura y con la izquierda su delicada mano.

Decidió hacerle caso y se dejó guiar por aquel misterioso demonio que la miraba a los ojos de forma seductora. Ella ocultaba su alegría, sus movimientos fluían perfecto con los de él. No tardaron en llamar la atención, a la vista de todos eran una joven pareja, ninguno de los presentes podía jamás imaginar que un ángel y un demonio bailaban en el medio del salón.

Luego de ello, Jimim la invitó a probar la comida y bebida hecha por los humanos, él se desenvolvía con total naturalidad entre ellos, dejando en claro que no era la primera vez que lo hacía.

Así la noche transcurrió entre risas y baile, sorprendentemente para Anaciel había pasado una velada inolvidable en compañía del ser menos pensado. Antes de que la oscuridad desapareciese por completo se dirigieron nuevamente al bosque, recuperando así sus verdaderas apariencias.

- Quiero agradecerte por lo de ésta noche, ha sido como un sueño para mí... confieso que al principio dudé de ti, no podía creer que lo único que quisieses a cambio fuese bailar.-dijo ella.

- ¿Y quién dijo que era lo único que quería a cambio?-sonrió con picardía él.

- ¿Qué quieres decir?

Jimin se acercó rápidamente a ella, le tomó el rostro y de sus labios robó un tierno beso. Anaciel quedó inmóvil por un momento, aquel gesto fue totalmente inesperado, provocando que se sonrojara por completo.

- ¿De verdad creíste que estaría a lado de un ser tan bello como tú y simplemente me conformaría con bailar?-sonrió él mientras aún acariciaba su rostro.

- Yo...no...-continuaba ella sin poder ordenar sus pensamientos.

- Me gustaste desde la primera vez que te vi y desde entonces no has salido de mi mente.

- Pero...no puede ser...

- ¿Por qué no?, ¿crees que por qué somos distintos no podría poner los ojos en tí?, soy un diablo, las normas no van conmigo.-continuó seduciendola.

Ella, avergonzada, se tomaba el rostro mientras evitaba mirarlo directamente por qué era consiente de que algo en él también le atraía, temía ser ingenua y que aquel atrevido diablo solo estuviese jugando con ella, después de todo era la primera vez que tenía contacto con uno de ellos.

- Por favor mirame y dime qué sientes.-insistió Jimin mientras volvía a acercarse.

- Lo siento, será mejor que me vaya...-respondió ella, se dió media vuelta y lentamente comenzó a caminar hasta invocar una puerta al paraíso.

Él simplemente sonrió, aquella reacción tímida le parecía simpática y al verla irse le dijo en voz alta;

- ¡Si deseas volver a vivir lo de ésta noche sólo ven aquí!, siempre estaré esperándote...

Anaciel volteó por última vez para ver qué la observaba con un gesto de satisfacción en su rostro, todo había sido tan repentino, no sabía que pensar, si creer o no en sus palabras. Pero que el diablo tuviese la habilidad de engañar no quería decir que todo en él fuese falsedad, pues como todo ser, también poseía un corazón.

EL ÁNGEL QUE BAILABA CON EL DIABLO.🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora