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CAP. 3

El día siguiente fue eterno para el diablo, la incertidumbre oprimía su pecho evitando que pudiese pensar en otra cosa, hasta que la oscuridad nuevamente cayó en la tierra de los humanos. El tiempo pasaba y ella no llegaba, Jimin comenzaba a ponerse nervioso, no podía imaginar que le había ocurrido. Hasta que en un momento, de la nada, Anaciel apareció.

Angustiada, se abrazó con fuerza a él, esto llamó su atención.

- ¿Anaciel, que ocurre?, ¿Sucede algo?-preguntó.

- Jimin...

De la oscuridad emergió un segundo ángel que venía persiguíendola.

- Anaciel, si no regresas ahora mismo perderás tus alas y quedarás condenada al destierro!-exclamó.- No puede ser, ¡es un diablo!, ¡¿esa es la razón de tus escapes?!, ¡¿Haz perdido la cabeza?!

Jimin estaba dispuesto a enfrentarse con él, pero ella lo detuvo.

- No lo hagas Jimin... no te involucres, podrías ocasionar una guerra...

- ¿Acaso ese diablo te hechizó?-continuó el ángel.

- Él no tiene nada que ver, es mi decisión venir aquí y estár a su lado.-se defendió.

- Una cosa es que espíes a los humanos para observar sus costumbres y otra cosa es que vengas a éstas tierras para reunirte con un demonio, ¡es una deshonra!.

- Vete, diles que no me importa que me quiten mis alas, pero no volverán a encerrarme jamás.-dijo ella con determinación.

- Espero no te arrepientas de tu decisión...-sentenció por último el ángel y se marchó.

- Anaciel...-susurró Jimin.

- ¿Puedes quedarte conmigo aquí?...-preguntó ella.

- Yo haría lo que sea por tí...-sonrió él.

Se fueron juntos al pueblo y se alojaron en una confortable posada bajo sus falsas identidades. Ya en la intimidad de la habitación.

- ¿Qué planeas hacer Anaciel?... No puedes perder tus alas por esto...-dijo él.

- No quiero pensar en eso ahora. En éste momento sólo somos tú y yo Jimin...-respondió ella mientras se abrazaba a él.

Esos sentimientos le daban valor, su único deseo era compartir el mayo tiempo posible con Jimin.

Aquel diablo la amaba y deseaba tanto que, el más mínimo gesto de parte de ella era suficiente para desatar toda la pasión que había en su corazón.

Pasaron días conviviendo en aquel pueblo, se sintieron tan completos juntos que llegaron a imaginar que tal vez esa es la vida que deseaban tener.
Aquellas noches de romance desenfrenado hacían sentir a Anaciel que no dudaría en entregar sus alas con tal de estar al lado de Jimin. Pero pronto descubrirían que los sacrificios por amor tenían un límite.

Durante ese tiempo no habían vuelto a tener noticias de parte de ese ángel que en esa ocasión persiguió a Anaciel. ¿Será que habían desistido de la idea del castigo?, no, todo estaba a punto de volverse más difícil.

EL ÁNGEL QUE BAILABA CON EL DIABLO.🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora