1.

14 1 1
                                    

- No es necesario, Dylan – comente. Dylan seguía insistiendo en festejar mi cumpleaños a lo grande – tengo cosas mucho más importantes que hacer, que celebrar un día tan estúpido como ese.

- Yo no creo que sea estúpido – en ese momento entro mi madre sosteniendo en las manos un bello pastel que preparo ella misma junto con mis hermanos. Como siempre mi padre se la pasa trabajando más en su oficina que en su propia casa, no me sorprende nada viniendo de él. – pide un deseo hija.

¿deseo? Hace mucho que no escuchaba esa palabra, mi mente seguía confundiéndome porque no sabía que deseo pedir, sería muy egoísta de mi parte pedir un deseo que solo me beneficie a mí, cierro mis ojos y murmuro para mi

- Deseo felicidad para todos los que estén en mi vida – apago las velas y las luces de mi cuarto se vuelven a encender.

- estoy muy orgullosa de ti – Dijo mi madre mientras sonreía.

- ¿orgullosa de qué? – reí. – todo te lo debo a ti, por ti estoy donde quiero estar gracias a tus esfuerzos, madre.

- no olviden comer la cena que les deje abajo – sus ojos se cristalizaron y todos salieron de la habitación menos Amelia y Dylan. No pude evitar sonreír ante lo ocurrido, Dylan empezaba imitar mis gestos y Amelia solo me miraba como si fuera lo más hermoso que tenía en su vida.

-

Maldito frio por las mañanas. La alarma sonó en el momento indicado, dejo escapar un bostezo mientras lograba captar como los rayos del sol entraban a mi habitación. Mis pies descalzos tocaron el frio piso, corrí al baño y comencé a sobarme la parte inferior de mis pies.

Hoy sabía que iba a ser un día muy difícil, iniciaban las grabaciones del video musical de dos miembros de exo. Ayer Amelia y yo empezamos a investigar un poco sobre la biografía de cada uno y los integrantes con los que estaríamos. Llamo mucho mi atención las letras de las canciones de su nuevo álbum, pero sobre todo llamo más mi atención las canciones del grupo en general.

Me duche rápidamente y seque mi cabello con la segunda toalla que encontré en mi habitación. Me dirigí a mi armario para analizar y ponerme una buena vestimenta formal para iniciar el día con el pie derecho. Pensé en algo formal y clásico, pero el frio no dejaba que yo tenga ideas con claridad, solo seguía congelándome hasta los huesos. Entonces, me abrigue lo más que podía, saque una bufanda del armario y la coloque rodeándome todo el cuello.

Salí de mi casa con mi bolso colgando de ambos hombros. cerré la puerta y me encontré con mi padre, solo lo salude y pare el primer taxi que vi alrededor de 5 minutos. El taxista coloco la radio de noticias por la mañana y en diez minutos ya estaba afuera del estudio de grabación.

Solté un pequeño suspiro cuando le eché un vistazo al lugar, mis ojos veían cada parte del estudio buscando a Amelia, no conocía a nadie. Caminé por unos largos pasillos hasta que encontré el lugar donde ella estaba, sin embargo, ya el lugar estaba rodeado de personas, luces, cámaras, maquillistas y vestidores. Nunca pensé que para grabar un video musical se necesitaba tanto.

- ¿Que estás haciendo? – dijo un chico de voz gruesa y al parecer muy alto más que yo. El venía acompañado junto con otro chico sosteniendo una cámara. Me coloque en medio de los dos. - ¿Qué haces?

- Esta es una zona privada, solo para productores y artistas – respondí. Ellos solo rieron.

- Sehun y Chanyeol, vengan para vestirse y maquillarse – alguien atrás mío añadió. Qué vergüenza ya inicié con el pie izquierdo en vez del derecho.

- ¡Arya! – escuche. Volteé a mirar y vi a mi mejor amiga caminando rápidamente hacia mí. Al llegar a donde me encontraba, me abrazo fuertemente. – ¿ya los vistes!? Son hermosos y perfectos.

Sonreí – sí, los vi. Sabes un ¿Cómo amaneciste? Estaría bien – respondí dejando de abrazarla

- bien, pensé que no vendrías.

- estoy aquí por trabajo, no para acosar a un par de famosos ídolos como tú.

- no es acoso, se llama observar a cierta distancia.

El director atrás de nosotras grito acción y logramos observar como estos chicos a nivel profesional se esfuerzan tanto. mi mirada se hipnotizo cuando uno de ellos acerco su mirada a la cámara, sus ojos eran tan profundos que logro que mi piel se erizara.

- ¿cómo era que él se llamaba? – pregunte a Amelia

- sehun – respondió ella. Un lindo nombre para un chico asiático tan lindo.

Sonreí en silencio y bajé la mirada. De repente se me vino a la mente que ya creí haberlo visto antes, pero en otra vida.

Las grabaciones se detuvieron, no había leído el pronóstico del clima en los ángeles hoy. Por presentimiento, sabía que hoy estaría nublado, nublado y muy nublado. Empezó a llover de repente e hicimos lo posible por proteger todas las cosas: luces y cámaras que teníamos a fuera en una bella mansión. Todos empezaron a correr adentro y en cuanto recogí las cosas que me asignaron, alguien paso por mi lado, nuestros hombros chocaron y todas mis cosas se estrellaron contra el piso.

- pero... ¡Que mierda! – gruñí sin mirar quien era. Al no recibir ayuda de nadie, levante mi mirada. Era el, sosteniendo un paraguas para que no me mojara. Intente estar alejada unos centímetros de él, pero era imposible porque el hacía que nuestros cuerpos se juntaran y sintiera la calidez de su cuerpo.

Nunca en mi vida me había puesto tan nerviosa con un chico, el para mí no era cualquier chico. 





Amelia: Barbara palvin 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 16, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Uncontrollably FondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora