[...]
El sol brillando por todo el mar y aquella playa de arena blanca casi pareciendo pura, el relajante y mismo sonido de las olas en ese lugar relajaría a cualquier alma perturbada, sin embargo, el único ser que se encontraba ahí acostado boca abajo mientras parecía jugar con unas conchas marinas, sintiendo como el agua acaricia sus escamas en su aleta y aveces si las olas son grandes el agua llega por su espalda.
Aquel jovén que solo se encontraba tomando el sol y jugando con las conchas, haciendo que algunos granos de arena se pegaran a las manos del chico, en eso vio a la distancia un pequeño cangrejo color marrón acercándose poco a poco donde el se encontraba, él no pudo evitar suspirar feliz al ver aquella tierna criatura, en cuanto paso junto a su rostro dirigiendose a las olas se acomodo mejor para seguir mirando al pequeño.–todos son tan lindos...– hablo para si mismo aún mirando al pequeño cangrejo llendo al mar.
Ahora sentándose en la arena moviendo un poco su aleta que brillaba por el agua que caía por sus hermosas escamas, el chico solo admiro el mar, como brillaba el agua, estaba feliz de pertenecer en un hogar tan hermoso, pero sin duda poco a poco se volvió un poco aburrido estar solo ahí...no decía que las profundidades del mar era aburrida, había muchas maravillas y podrías hacer varias aventuras, pero él ya las hizo todas.
Exploró, descubrió, nado, incluso descubrió varios barcos hundidos, lo cual lo llevo a la curiosidad de dónde están esos extraños transportes de madera, jamás había visto uno que funcionace, ni si quiera sabía si así eran o algo más, la superficie siempre le llamo la atención, desde sus criaturas hasta la flora y la vegetación, ese mundo parecía muy diferente al suyo, lo cual hizo despertar un deseo de saber más haya de las olas.
Sin embargo, al ser un ser necesitando agua para poder vivir era imposible salir, y más con tan solo una aleta, no podría arrastrarse...podría pero sería difícil y cansado, por lo que decidió conformarse con ver las palmeras y árboles, si tenía suerte podría ver algún animal, como esa vez que vio aves coloridas, eran tan hermosas como los peces, pero ellos se veían más suaves.
Estaba claro que ansiaba explorar más pero estaba limitado, por lo que lo desánimo más, pero no hace mucho se le ocurrió algo que jamás se le había ocurrido, buscar a más criaturas como él en el océano, nunca había visto a nadie más como el, y se preguntaba porque era el único, esto hizo que se sintiera muy sólo, quería hablar con alguien...pasarla con alguien...lo que sea, podía hacerlo con los animales pero aún era deprimente saber que no te responderán y probablemente ni te entiendan.
–¿Por qué tengo que tener...esto?– se pregunto a si mismo mirando su cola de sirena, movió un poco la aleta salpicando unas gotas de agua. –¿Por qué solo yo habló?...¿Por qué soy el único de aquí?...– esas preguntas no dejaban de rodar por su mente, cada vez estando más en sus pensamientos decidió volver al mar y así lo hizo.
Sumergiendose en el agua nado más profundo alejándose de la orilla, unos minutos después de nadar llegó a una pequeña cueva que le entraba los rayos del sol, la cueva era simple, una cama, varios cofres, un tocador y lucha basura que el recogió de sus exploraciones, un objeto lo que parecía ser un mapa estaba sujetado por algunos cristales en la pared rocosa dejando ver todo lo que ofrecía el trozo de papel viejo, la tinta parecía ser especial ya que brillaba y todo, Oceath al entrar en su hogar se acostó en su cama por unos momentos.
Las mantas debajo de él eran suaves ante su piel, haciendo que el tritón se hunda más en sus mantas, miro de reojo uno de sus objetos que se había salido de lugar, nado hacia ella levantándola, miro que se trataba de su collar que extrañamente tenía una almeja con mo marino, y algunas manchas color rojizo café, era un color extraño, recuerda que lo encontró en un barco que realmente fue difícil de encontrar y entrar, estaba en lo más profundo del océano, incluso tuvo que conseguir un cristal luminoso para poder ver, este collar estaba junto a más artefactos raros, algunos brillantes y otros no tanto pero aún llamativo.
En cuanto la consiguió se dio cuenta que se podría abrir pero era imposible hacerlo, eso o era muy débil.–realmente eres raro...– le hablo al accesorio para dejarlo nuevamente en su cofre de tesoros, donde había más joyería preciosa o artefactos fascinantes.
Se sentó en la orilla de su cama poniendo sus manos en sus mejillas mientras que sus codos descansaban en sus escamas, un poco aburrido pero más que nada pensativo Oceath tartamudeo una rara melodía, no reconocía de dónde era pero se lo tenía trabada en la cabeza desde que recuerda.
–... realmente amaría que algo pasará...– hablo para si mismo en voz baja, no esperando nada realmente.
Hasta que escucho desde lo lejos un fuerte ruido, se asomó en la entrada de su cueva para ver "el cielo" debajo del agua y verlo más oscuro, curioso como siempre nado a la superficie solo para ser golpeado por un fuerte aire, las nubes grises y negras pintaban el cielo ahora, y un relámpago se escuchó nuevamente iluminando por un momento todo el lugar, claramente se acercaba una tormenta, aún en la superficie costando un poco nadar por las olas golpear más fuerte simplemente hablo.
–bueno, no es lo que esperaba pero estoy satisfecho...supongo– con eso dicho se dispuso a bajar nuevamente a su hogar.
Apesar de que bajo el agua no pasaba nada malo, más que las aguas se volvían algo frías y más pesado nadar, aún era estar a salvo, apunto de hundirse nuevamente un relámpago lo cegó por completo haciendo que mire todo blanco, rápidamente se restregó los ojos para mejorar su vista pero en la distancia escucho...¿Gritos?, Rápidamente aún con la vista algo borrosa trato de abrir los ojos mirando donde pertenecían los gritos, mirando entre las fuertes olas y la lluvia que golpeaba como balas el agua salada, se podía ver una figura humana en el agua, trato de mirar mejor pero su vista lo traicionaba.
Apesar de ver borroso podía distinguir que su cabello era rubio, casi blanquecino, sostenía lo que parecía una bolsa de tela marrón, creyó que los gritos se trataban de la mujer pero distinguiendo mejor las voces...eran mucho más gruesas, supuso que ese ser humanoide era una mujer, trato de nadar hacia ella pero mientras lo hacía las olas lo golpeaban más fuertemente desviandolo del camino, la tormenta lo empeoraba todo, y los gritos, no distinguía saber lo que decían los gritos, pero poco después escucho otro ruido agudo y ruidoso...parecía ser un llanto, aturdido por todo el caos aún lucho para nadar hacia aquella persona, pero cuando lo hizo cada vez su vista se volvía borrosa logro ver qué algo gigantesco muy parecido a esas cosas enormes que encontraba en las profundidades, solo que estaba flotando, se acercaba cada vez a ellos, incluso algo mucho más monstruoso se vio a la distancia pero ya no pudo enfocarlo ya que justo después de un grito todo se volvió negro.
Sus odios zumbaban, todo alrededor era oscuridad, de repente el ambiente era tranquilo y silencioso, sentía como lentamente bajaba hacia lo más profundo del abismo, no sabía si estaba consiente o inconsciente pero no tenía control de su cuerpo, se sentía como si su alma lo hubiera abandonado y simplemente se induda, simplemente se dejó consumir más a la oscuridad ya no escuchando nada más...
.
.
.
.
.
.
.
Lentamente abrió los ojos al sentir rayos de luz golpear su rostro, con la vista borrosa y sintiéndose cansado, lentamente se restregó un ojo para enfocar mejor su vista, al visualizar más haya los rayos del sol atravesando el agua sabía que era de día...y que la tormenta había acabado, se colocó una mano en su frente al sentir un leve dolor de cabeza al tratar de recordar y procesar lo que pasó en la tormenta, todo fue muy confuso, ¿quien era esa criatura? ¿Eso era un barco? ¿Por qué gritaban? ¿Que era esas cosas enormes saliendo del mar? Tantas preguntas y tan pocas respuestas.Decidió ir a la superficie como siempre para relajar su mente y pensarlo, nado con cuidado hacia la superficie, mirando desde lejos algunos peces y criaturas nadando tranquilamente, al salir del mar haciendo que su cabello anaranjado se pegue a su piel miro como nuevamente el sol brillaba, dispuesto a ir a tomar el sol miro de reojo por unos momentos para rápidamente mirar a esa dirección sorprendido y en shock.
Un barco, un barco están en la orilla, no estaba destruido como los de las profundidades pero aún era enorme, y más haya en la orilla, algunos objetos raros y criaturas extrañas paseando por la playa del lugar, curioso pero temeroso se acercó más a la orilla queriendo saber que eran esas cosas.
Oh Oceath...
No vayas a tu perdición.
~~~~~~~~~~~~~~~
Heya.
Perdón si tarde en actualizar, vi que apoyaban esto y realmente me alegra mucho saber que les gusta la trama.Trataré de actualizar más esto, bueno.
Hasta la proximaaaaaaaaaaaaa.
ESTÁS LEYENDO
Océano silencioso
RandomEl océano es maravilloso, siempre lo ha sido desde que los primeros seres vivos habitaron en este planeta. El humano es el rey de la superficie y tierra, mientras que las sirenas y tritones lo son de las profundidades del mar pero... ¿Que pasaría si...