🍯. ꒱ capítulo seis ୭̥

5.2K 606 570
                                    

-Listo, Alexa. Ahora debo irme. Por favor, cualquier cosa me llama al celular.

Intenté no gritar demasiado fuerte, aunque la niñera de Ismael se encontraba en la cocina y yo ya estaba en la puerta, cargando con mi gran trípode en mis manos y la cámara colgandome hacia un lado. Todas las mañanas, antes de ir a la universidad, me tocaba decirle las mismas palabras a la mujer, ella era muy linda y sencilla, sin embargo había descubierto que a pesar de no pasar de los veinticinco años, la pobre tenía el sentido de oído muy poco desarrollado, a veces había que repetirle las cosas una dos o tres veces hasta que las entendiera.

Debido a que las clases iniciaban muy temprano, casi nunca lograba encontrar a mi pequeño despierto para despedirme, solo me encargaba de comerlo a besos antes de irme y ya era cuando estaba de regreso que pasábamos el tiempo disfrutando, eso si no tenía ningún evento que fotografiar o sesión fotográfica que hacer para la revista. Una vez escuché una aprobación por parte de Alexa, salí de mi casa y cerré con seguro la puerta.

-Ven, te ayudo con eso.

-Luzu, no pesa tanto, puedo ponerlo yo solo en la parte trasera del auto.

-O puedes irte sentando y colocando la calefacción, hace frío ¿No crees?

Bufé, obedeciendo muy a regaña dientes, le entregué el trípode y fue él quien se encargó de colocarlo en los asientos traseros, colocandole incluso el cinturón para que no se moviera de su lugar. Me senté en el lugar del copiloto e hice lo que me indicó, no me tomó mucho encontrar el botón, ya otras veces lo había visto colocándolo cuando me recogía de clases.

Si, digamos que aquel día acepté su propuesta y ahora soy el "amigo" de Borja Luzuriaga, el gran heredero de la empresa L-Alfa, una de las más conocidas en el país y seguro fuera de este también ¿Cómo pasó? No tengo idea, ¿Que si soy feliz? Bueno, ignorando el hecho de tener mi omega llorando de felicidad cada que Luzu me sonreía o simplemente me hablaba de cosas triviales, digamos que lo estoy tomando tranquilamente bien.

Después de una larga charla sobre cuándo o que días vernos, mejor dicho, le expliqué que yo no contaba con un horario fijo, no sabía que días me necesitaría la empresa y tampoco sabía si tendría demasiadas tareas en la universidad como para salir con él, además de contar con un pequeño de hermosos ojos verdes y cabello ondulado negro que me roba muchísimo tiempo, aunque yo encantado le entregaba cada segundo de mi vida a mi pequeño Isma.

Luzu hizo los cálculos, me pidió mi horario de clases y al día siguiente me lo encontré estacionado fuera de mi casa, esperando para llevarme a la universidad, luego me recogió, eso hace ya una semana. Él aún no entra a mi casa, no le he dado la oportunidad, es el único alfa que pudo conocer a mi pequeño y no quiero apresurar absolutamene nada. Venga, Auron ¿Qué vas a apresurar si solo son amigos?

Solté un largo bostezo, despejandome un poco, mientras el auto empezaba con su típico recorrido, ahora que iba con Luzu, llegaba mucho más rapido a la universidad, pero eso no evita que me levante todos los días a la misma hora, al final ya estaba acostumbrado, así que de vez en cuando observaba a Luzu tomar los caminos largos antes de llegar a nuestras paradas, no me molestaba, nunca le dije nada, siempre era bueno estar a su lado, aunque me estuviera ilusionando, se sentía muy bien.

-¿Cansado?

-Algo. Uno de mis profesores me dejó una tarea gigante, creo que he dormido solo unas dos o tres horas, me siento muerto -. Otra de las cosas que admiraba de nuestra relación actual, era mi capacidad de ya poder hablar con él sin sentirme nervioso o sin sonrojarme como una colegiala. O era muy buen actor o las cosas me estaban saliendo mejor de lo que esperaba y mi omega en vez de alejar el sentimiento, a cada rato conseguía más comodidad con el alfa de Luzu.

The 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝘁 omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora