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—Las cosas son muy diferentes Mark.

—Pero ¿tu cuerpo? ¿De qué me estás hablando?

Le robó el aliento cuando el demonio se acercó demás, por primera vez levitando hasta estar cerca de la ventana, Mark no podía leer bien sus expresiones pues su piel parecía un lienzo antiguo y sus ojos estaban vacíos en todo sentido, blancos, grises, no veía bien el tono exacto.

Pero había nostalgia en su mirar, sus largos y pálidos dedos rozaron la madera antigua de la ventana, la cual estaba cerrada evitando que el viento pasara frío pero no obtuvo reacción, su mano traspasó el cristal empañándolo en seguida.

No sentía nada desde hace mucho.

Mark se acerco tomando al pequeño gato negro en su regazo, el animal maulló erizándose y clavando sus garras en su brazo al estar tan cerca del ser, lo dejo ir y este sólo bajo de la cama y se sentó frente a ellos, su cola meneándose en alerta.—Han pasado años para esto, ¿por qué ahora?

—Porque temo convertirme por completo en esto.—John alzo la voz y los perros lloraron por todo el condado.

El menor comenzó a temblar cuando el frío se hizo más intenso.—¿Qué es exactamente esto?

—Un alma que pende de un hilo a punto de ser absorbida por la maldad.

Y Mark no lo había notado pero la punta de los dedos de John eran negras, los pómulos marcados por oscuridad, todo él estaba siendo absorbido por ello mostrando la maldad que su alma no sabía que albergaba.

Quiso tomar su mano como tantas veces había soñado pero su mano cayó sobre la madera en donde la pálida de John se posaba levitando. Su piel se erizó pero no reaccionó mal.

—¿Qué debo hacer?—Susurró mirando a sus ojos.

Mark sería capaz de dejar que él poseyera su cuerpo de todas las maneras que quisiera y aunque todos al rededor tuvieran miedo, no le importaba nada más que la existencia del ser causándole las reacciones más dolorosas y placenteras si eran a su lado.

—Encontrar a mis padres.—Su mirada vacía no se despega de los árboles que jamás volvieron a verse frondosos debido a su presencia, ahora eran simples ramas secas.—Se fueron cuando no soportaron la culpa.

—¿Los S-suh?

Eran los únicos dueños de la casa, antes de ellos.

—Si, después de todo, esto es culpa suya.—Su voz de ultratumba sonó dolorosamente más fría.

—¿su culpa?¿Qué te hicieron?

Mark no sabía si la preguntas había sido demasiado o porque las venas se marcaron en el cuerpo de John y él tuvo que meterse basó las sábanas para soportar el frío que llenó la habitación.

—Su ambición les llevó a intentar vender mi alma al diablo.

Mark se acomodo contra las almohadas y la presencia fría levito a su lado, sentándose antes de comenzar a hablar de nuevo.

Era 1987 cuando el negocio de los Suh despegó y les dio la oportunidad de conseguir un hogar coloquial y acomodado como siempre desearon, el matrimonio y su único hijo, John Suh.

Las cosas fueron bien por tres años, John era un joven de 18 años que deseaba viajar por el mundo y conseguir el trabajo de sus sueños, todos adoraban al chico de cabellos marrones y unos hermosos ojos miel que conquistaban a las jovencitas del vecindario, con su caballerosidad y humildad todos admiraban al chico.

Entonces el negocio falló y todo se fue por la borda, lo único que tenían era aquella bonita casa y aunque para él fue fácil conseguir un empleo que ayudara a su padres a seguir adelante poco a poco para sus padres las cosas no eran iguales.

Los señores Suh pasaron tres años acostumbrados a lujos que no estaban dispuestos a dejar ir y cegados por la ambición y el deseo de volver a su exuberante vida buscaron ayuda en todos lados y cuando las opciones se acabaron la desesperación los hizo llegar a la brujería, magia negra, no les importaba mucho más que conseguir su meta a como de lugar.

La mujer en aquella descuidada casa a mitad de la carretera les dio las indicaciones, uno debía irse y la única opción era su hijo pues ambos planeaban vivir la vida de lujos ingenuos creyeron que cuando tuvieran millones le pagarían a la mujer para devolverles a John y mientras él joven dormía después de un largo día de trabajo pusieron manos a la obra y con velas al rededor de su cama a las tres de la mañana recitaron las palabras de las cuales pasarían sus últimos días arrepintiéndose.

John despertó a media sesión cuando no debió hacerlo, interrumpiendo el trato y con ello provocando la furia del diablo, su cuerpo convulsionó, retorciéndose como si sus huesos se quebraran y levito en el aire sin poder aferrarse a algo que evitara aquella sensación de estar siendo arrastrado. La sangre negra brotó de sus ojos, nariz y boca antes de que sus ojos rodaran y su cuerpo cayera de vuelta a la cama, la piel pálida marcando las venas azules.

El trato se pactó, sus padres jamás supieron que se pactó exactamente pero cuando la riqueza volvió rápidamente todo fue manejable, creyendo ingenuamente que había sido un éxito. Claramente jamás debías hacer trato con el diablo, porque buscaba la forma de engañosamente arruinarte al jugar con el trato.

Tan rápido como les dio riqueza y poder se las quitó, dejándolos que antes por que su tan adorada casa comenzó a deteriorarse, todo a su al rededor murió, plantas, animales, vecinos de casas próxima. Las puertas y ventanas comenzaron a ser abiertas y cerradas abruptamente.

Los pasos fuertes por el pasillo y los ruidos que les causaban insomnio provenían de la habitación de John, la cual desde aquel fallido intentó, había permanecido cerrada, jamás lograron abrirla.

La salud de los adultos se deterioró, sintiéndose como unos locos cuando la risa de su hijo les despertaba por la madrugada y retumbaba por toda la casa.

Sin embargo pasaron más de quince años viviendo ahí y sobreviviendo de trabajos mediocres.

Cuando decidieron irse esperaban que su hijo les perdonara haber sido tan malos padres y que lo que hacían valiera para mantenerlo a raya, encerrado en esa casa y al mismo tiempo haciendo cosas para calmar su consciencia.

[...]

Mark traga saliva casi dolorosamente al escuchar aquello, como le gustaría poder tocar a John al menos darle un abrazo, él tan sólo suspira y puede ver el vaho salir de sus azulados y agrietados labios, mierda, debe tener un problema grave para encontrarlo tan atractivo.

Aunque tampoco se culpa mucho, lleva tantos años viéndolo, sus facciones eran cautivadoras y su actitud que le causaba un revuelo de emociones contradictorias, el miedo y la atracción de mezclaban y le daba curiosidad que saldría de eso.

Mira la hora y por la ventana, no falta mucho para que amanezca y Es la primera vez que John tarda tanto tiempo en irse, recuerda cuando aún era un niño y rezaba sin parar para que se fuera.

Era gracioso como ahora no quería dejarlo ir.

—Voy a ayudarte, lo haré sin pensarlo.—Dice Mark, sus ojos quieren encontrarse con los blancos del ser y cuando lo hace lo siente acercarse a él.

Su cuerpo está inmóvil contra la cama y siente el frío en las muñecas y la presión sobre su él antes de sentir el aliento helado subiendo por su. Cuello.

Mark gime cuando la misma sensación se posa en sus labios arrancándole un suspiro, le pesan los ojos y quiere aferrarse a John, pero la presencia oscura y el humo nubla sus sentidos, quiere mover los labios y entonces no tiene las fuerzas ni la energía.

Su cuerpo colapsa, la respiración se vuelve lenta y pronto está acurrucado entre las sábanas con el gato a su lado, John le mira por última vez y desaparece.

🪐

Anécdota de la mua escribiendo esto.

Por alguna razón siempre escribo este en la madrugada y termino bien asustada, jsjsjs.

¿Les gusto? Ggg nos vemos pronto. 🖤

In the corner.。.:*☆⇒[JohnMark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora