#004

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Ella se levanta del suelo y camina largo hacia el baño, después de refrescarse y lavarse la cara regresa a la habitación y lo encuentra acostado en la cama. Él alza la cabeza para verla acercarse, ella desabotona su blusa lentamente, revelando el brasier negro que sostiene sus redondas tetas, la copa apenas puede contener sus dos colinas, grandes y suaves; el borde de su aureola se asoma detrás del encaje y su pezon está apunto de escapar. Ella junta los brazos, y estrujado sus senos le dice con un puchero artificial...

–Ni un besito les has dado, ¿Acaso ya no te gustan?

–¿Porqué no te montas aquí un ratito y te muestro cuanto me encantan? —Respondió él.

Se monta sobre la cama y se acerca a él con movimientos felinos, se posiciona sobre él, apoyando su raja encima de su pelvis, la base de su erección acunado entre sus nalgas.

Ella se quita la blusa, luego baja las tiras de su brasier por sus hombros, desengancha el gafete y sus tetas quedan expuestas. Inclina su torso sobre él, acercando su pezón erguido a su rostro pero manteniendo cierta distancia como para que no pueda probarla. Impaciente con sus provocaciones, rodea su pequeña cintura con los brazos y la atrae hacia él, hasta que tiene la cara enterrada en la gloriosa suavidad de sus tetas. Le cubre el pecho de besos, se lleva una a la boca y luego la otra; por la posición las tiene colgando como un par de generosas frutas maduras, su apetito por chupar, lamer y morderlas es insaciable. Recorre la curva de piel sensible con su lengua, se chupa el pico erecto de sus pezones, le muerde suficientemente duro que se le escapan pequeños gritos de placer. Su verga está completamente dura otra vez, mueve las caderas de arriba hacia abajo, frotándose entre la grieta de sus nalgas. Sin pedir permiso la levanta lo suficiente para enterrar su asta en aquella húmeda hendidura.

[#1] 𝑇𝑜𝑐𝑎𝑚𝑒 / +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora