L

4.5K 447 327
                                    

Una perfecta vista a aquel que se negó a su control, se negó a alabarlo o a desearlo. Sus ojos purpúreos reflejaban tantos pensamientos y sentimientos, todos acallados entre cuatro paredes de piedra y cristales morados.
Su taza de café caliente y cargada empañaba su mirada, pero aún así observaba fijamente aquella construcción tan particular. Aquel amanecer se había atrasado respecto al azabache, quien desde la madrugada se mantuvo imperturbable, observando al vecino. Los rumores de las señoras y comerciantes se reproducían en bucle, cada uno mencionando al juez, cada uno diciendo cosas que hacían enfadar al sin-camisa. ¿En una relación?, ¿visto entrando y permaneciendo en el hogar de su amigo? Tenía tantas preguntas y tantas ganas de recibir respuestas.
Vegetta era aquel ser, un semi-dios, orgulloso y ególatra. Pero su orgullo solo le jugaba en contra cuando de su querido se trataba.
Los horarios de trabajo de estos nunca coincidían desde su último encuentro, Auron adoraba permanecer en su hogar viendo Netflix mientras el azabache estaba deseoso de volver a verle el rostro. Un semi-dios como él esperaría a que el mortal lo buscase en desesperación y deseo, su orgullo pesaba más que su corazón, aquel que gritaba que dejase las pendejeces y que le plante un beso.

Un pequeño e inocente rumor, de los tantos que él conocía y estaba al corriente, fue lo que perturbó a tan "perfecto" ser. Cuando estaba involucrado el psicólogo no había manera de controlarse, la sensación de estar alejándose de él más y más carcomía su poca paciencia.
No había nada que no le pudiese ofrecer para ganárselo, lo tenía todo; riquezas, popularidad, fuerza... Pero nada de eso afectaba en lo mínimo los ojos profundos del psicólogo, no lo distinguía de los demás y lo trataba como un equivalente, era la primera vez en mucho tiempo del azabache, la primera vez que pisó el mismo suelo y respiró el mismo aire que aquellos habitantes de abajo. La vida de abajo no era tan penumbrosa como tanto se quiso convencer, en realidad se sentía a gusto cada que bajaba a cometer locuras impensables con los demás héroes, gracias a un ser de carisma particular.

✦•······················•✦•······················•✦

Pasado gran parte del día, bastante por la noche, Alexby anunció con insistencia una reunión. Vegetta apunto de disfrazarse, dejó su traje y decidió asistir para no levantar sospechas.
Los únicos que aparecieron fueron: Rubius, Luzu, el mismo Alex y Vegetta; como siempre la mayoría tan irresponsables. Estaban todos en aquella mesa donde celebraban el año nuevo, donde bebían sin parar el vinito barato y cantaban Paradise.

—¿Para qué nos llamaste Alexsito?—Preguntó Luzu sonriente por reunirse con sus amigos.

—Escuchen atentos, esto es muy grave.

Cada oración que salían de boca del policía asombraba a todos los presentes, y sabiendo lo serio que se estaba poniendo Alexby, sacándose el casco, todos no tuvieron más opción que creerle. Vegetta estaba en conflicto, a la vez feliz pero por otro lado inmensamente enfadado, tendría una charla con el albino embrujado.

Todos colaboraron con información de los embrujados durante los últimos días, confirmando teorías y descartando otras, informándose un poco sobre la situación.

—Entonces por eso Lolito se estaba comportando así...—exclamó el cura.

—¿Así cómo?—preguntó el más bajo.

El de máscara de oso posó como acostumbraba cuando iba a recordar/pensar. Todos en silencio esperaban sus palabras.

—Pues ya hace unos 5 o 6 días, fui a...—detuvo un momento su hablar, mirando al ojimorado—Explorar un poco. Total, que me pasé junto a Lolito y el loco había vuelto a sus cosas de psicopata. Le vi en pleno acto, con la ropa manchada de sangre seca y reciente, sonriendo en plan loco mental.

KARMALAND (Auronbowl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora