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Ecos, eran tantos y variados, las notas danzaban con sosiego. Un coro que retumbaba y lograba escalofríos, el ambiente se mostraba gentil pero la música era triste y pesaba en el alma. Las personas que venían por la misa de los domingos rezaban, rogaban desesperadamente sus egoístas deseos y quien los oía ignoraba aquello, su misión principal era más importante que drenar su tolerancia con la gente del pueblo.

Normalmente quien se sentase en los últimos bancos no prestaba la mejor atención al cura o al cántico bendito, ni siquiera se sabía por qué ingresaban a tal hogar de los dioses sin siquiera creer en ellos. Luzu tenía pendiente hablar con el cura e intentar convencerlo de una vez, ya era el colmo que otro integrante más abandonase la búsqueda del importantísimo libro oscuro; luego de esperar con una creciente impaciencia, el cura decaído fue nuevamente a negarle sus servicios de búsqueda a su insistente compañero.

—Rubius por favor, ¿Qué sucedió para que ya no quieras ayudar?, ¡¿acaso no te impor...?!

—No te atrevas...—. Interrumpió el oso con voz levemente dura—Aunque te explique el porqué tu no me creerías, solo puedo decirte que Auron está en muy grave peligro y si no hacemos algo...

No prosiguió con sus palabras, sentía un nudo en la garganta que le impedía. Soltando un suspiro, se animó a seguir explicándose.

—Él podría perecer.

Luzu no reaccionó al instante como le era costumbre, las palabras del cura aunque fuesen sutiles y buscaban negarse a si mismas, enviaban el mensaje y quedaba más que claro lo que significaba. "¿Auron... Morirá?"

—¡¿Qué dices?!, ¡Deja de decir estupideces!

Rubius frunció el ceño, tampoco estaba a gusto con lo que acababa de decir, nadie desearía que su ser más querido muriese entre sufrimientos. Sin embargo, las palabras de sus Dioses lo eran todo y si ellos así lo dictaminaban, así será.

—Me gustaría que fuera una broma, una estupidez de las mías... Pero lamento decirte que no lo es. Los Dioses vienen advirtiéndome esto desde hace unos días, es todo mi culpa... No haberlo descifrado antes...

Luzu ya estaba harto de los "dioses", Rubius siempre fue devoto a las palabras de estos místicos seres, tanto así que ellos estaban por encima de todos sus compañeros incluyendo al apeligrado Auron.

—Si llegas a tener otra "llamada" con los dioses y recibes más información, estaremos esperándote—soltó distante, parecía enfadado con el de máscara.

Estaba apunto de retirarse, ya se encontraba a pocos pasos de salir del hogar para hijos de los dioses. Pero en ese momento, unos pueblerinos notoriamente asustados gritaron su nombre.

—¡Héroe Luzu!, ¡el héroe Alexby necesita de usted!

"¿Alexby?" Pensaba extrañado el emo.

—¡Es el Sr. Alcalde!, Lo-lolito él... ¡Él está atacando al héroe Alexby, necesita refuerzos!

—Vale, vale... ¿En dónde están?—preguntó agotado.

—Ellos están... En las tierras del héroe Auron.

Ambos héroes presentes estaban sorprendidos, si ellos se encontraban tan cerca del juez era seguro que la pelea tarde o temprano le llegaría a él también. ¿Cuándo fue que todo se volvió en este caos irremediable?

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Tic Toc, Tic Toc

El reloj de pared sonaba y sonaba, indicaba con un sonido particularmente molesto cada vez que una hora era cumplida. Con estos sonidos se mezclaban las interminables quejas de un pollo, quien no paraba de cantar, seguramente llamando a su extraviado dueño. Se le estaba agotando la paciencia, un par de días bastaron para destrozar su autocontrol y volverlo loco, más bien una persona fue el causante de tal estado.

KARMALAND (Auronbowl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora