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Un año después

-Caballeros, jóvenes, niños y damas- toda la familia se acurrucó en el desgastado sofá para observar el programa de televisión que todas las familias estaban obligadas a ver, por lo que cada familia contaba con un televisor, por pequeño que fuera.

-El programa de hoy es muy especial- continuó el presentador, un hombre delgado y alto, cabello negro y ojos tan oscuros como su pelo. -Tenemos el honor de contar con la presencia del dueño de la Escuela más demandada del país. Con ustedes, cedo el habla al señor Wallace Witherspoon, quien tiene una sorpresa.

-Muchas gracias; es agradable estar en este programa. Ahora pasemos a lo que nos interesa. Como todos saben, mí escuela es mundialmente reconocida por vender a las mejores chicas, educadas, ágiles y, por supuesto, calladas. Cada tres años realizamos un sorteo para acoger a una niña de escasos recursos para que estudie con nosotros y así salir de su actual condición, para ser comprada por alguien que valga la pena y, claro, que tenga recursos. Así que el día de mañana, las oficinas de correo estarán abiertas para cualquier chica de quince años que desee participar. Claramente tendrán que ir acompañadas de un hombre que demuestre que todo lo que dicen es verdad. Así que mañana, cualquier chica con la edad mencionada, que esté en todas sus facultades, podrá registrarse y el sorteo se llevará a cabo la siguiente te semana.

Todas las miradas se dirigieron hacia Natalie, quien era la única de la familia con la edad adecuada para participar.

-No. No, no y no. Jamás.- ¿Cómo iba a participar en eso, en lo que iba contra todos sus instintos?- Además no me casaré. Ya lo habíamos hablado, me quedaré con ustedes, les ayudaré durante toda mi vida.

-Natie, sabes que no pierdes nada si tan solo te registras- comentó Keyla mientras se sentaba a mi lado- Es muy poco probable que seas tan suertuda- dijo, intentando destensar el ambiente.

-Además hay apoyo económico- agregó Thea, su voz dulce y melodiosa.

-¿Qué?- exclamaron todos al mismo tiempo.

-Sí- respondió Ghea, el perfecto complemento de su gemela. -Lo dijeron después de que Natalie empezara a hablar como loca- terminó rodando los ojos.

-¿Apoyo económico?- preguntó su madre, sosteniendo a la pequeña Amy en su regazo- ¿Cómo?

-Si te registras y cumples con los requisitos, se le da un paquete de comida y una bolsa pequeña de dinero a cada participante- informó Thea.

-Natalie, hazlo por la familia- rogó Keyla, quien ni corta ni perezosa notó la debilidad que la familia tenía en la chica. -Hazlo por Amy- agregó, usando su última carta.

-¡Bien! Pero que quede claro que solo lo hago por ustedes, por ella. Y es poco probable que gane ¿cierto? Nunca hemos tenido suerte, ni buena ni mala, así que seguiré con mi vida, estaré aquí para ver crecer a Amy y no me casaré. Fácil.

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Al día siguiente Natalie vistió sus mejores ropas, que consistían en una falda verde y una blusa beige, y un peinado elegante, hecho por su madre. Su cabello color ónix era una de sus mejores cualidades, pues era largo y sedoso, ondulado y un poco difícil de manejar.

-¿Lista pequeña?- preguntó su padre antes de ofrecerle el brazo.

-Claro- respondió ella imitando su tono principesco.

El camino a la oficina (que estaba a kilómetros de la casa de la familia Cheverría) fue la parte fácil. Pero al llegar a su destino, el ánimo que los acompañó en la caminata se vino abajo.

NatalieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora