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Los errores cometidos no se pueden arreglar, simplemente puedes evitar volver a cometerlos, tal parece que por fin llegaba la paz.

Anna sin duda había pasado por cambios radicales, no me sentía orgullosa de lo que encontraba y a veces ocultaba, desde malos gestos hasta colillas de cigarrillos en los cestos de basura, llamadas en altas horas de la noche, feliz o llorando, ocultar sus molestias e intentar que su actitud cambiara. Con el tiempo me sentí tonta, ese cambio repentino no era mi culpa, no tenía por qué arreglarlo, es mi hermana, tal vez por eso quería verla bien.

Bye bye Auzorra, no vuelvas a aparecer por aquí.

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Un día todos sus gestos cambiaron, parecía la hermana que había perdido años atrás, tenía un trabajo estable, sus salidas ya no eran frecuentes al punto de que disfrutaba más estar en casa que en un bar en altas horas de la noche, dejó de fumar y de estar tan malhumorada, era el punto de que quiso volver a la universidad, tal vez no a la misma carrera, pero ahora estudiaba administración, sin duda mi pelirroja hermana era más feliz ahora de lo que aparentaba ser antes.
Bien dicen que de besar sapos se puede llegar al príncipe azul, en este caso, Princesa.
Toda la pesadilla parecía estar terminando dejando aparecer el sueño que debía haber estado siempre.

Otra chica ¡¿¡¿Podría dejar de traer tantas chicas hasta que sea alguien que SÍ valga la pena, por favor?!?!.....ella me suena conocida.

Es un poco más baja de estatura que Anna, propia, agradable, albina, de buena actitud, se nota en tus sonrisas que eres feliz, ahora lo eres.

Me encantaría bajar a saludar, en lugar de enterarme de ella por salir a la terraza un momento a tomar aire fresco, o que al menos mi madre se atreviera a contarme de las preferencias de mi hermana pero bueno.

Tendré que seguir esperando.

My sister's surprise.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora