>>I Refuse To Forget You<< ~SeHo, HunHo~

Capítulo 3

Junmmyeon se encontraba terminando el poco té que le quedaba en la pequeña taza con la mirada perdida en aquella.  Al oír aquellas palabras provenientes del menor, de inmediato se le revolvió todo el estómago haciendo que votara inconscientemente un poco de aquel liquido por su boca colocando la taza en la mesa y mirando  así a Sehun, con aquellos ojos quienes prometían salirse en cualquier momento de sus orbitas,  quedando realmente sorprendido sin siquiera ser capaz de pronunciar palabra alguna.

—Junmyeon— dijo el pelinegro, mientras llevaba una de sus manos debajo de la mesa  —¿Me harías el honor de casarte conmigo?— imploró el menor, sacando su mano de debajo de aquella mesa enseñando una pequeña caja de color negro y con la otra mano abriéndola con extrema delicadeza dejando ver así un hermoso anillo de diamantes.

La atención de todas aquellas parejas que se encontraban en el restaurante fue puesta en estos dos chicos esperando alguna respuesta del pelirrojo quien se encontraba prácticamente paralizado sin siquiera parpadear.

Por la mente de Junmmyeon pasaban miles de cosas  y no lograba procesar ninguna, estaba realmente nervioso. Quería darle alguna respuesta al chico que le estaba pidiendo matrimonio y de verdad quería decirle que sí, pero tenía miedo de que cuando abriera la boca para darle su respuesta le saliera una estupidez o empezara a balbucear y terminara haciendo el ridículo como siempre le pasaba cada que Sehun le hacía algo cursi. Suho estaba realmente sumido en sus propios pensamientos sin tener el conocimiento de que aun Sehun y las demás personas llevaban segundos esperando su respuesta.

Sehun no se preocupó mucho por aquella reacción que tenía Suho en esos momentos, de hecho era entendible pues sabía perfectamente que el mayor deliraba ante cualquier cosa romántica o cursi que viniera de parte del pelinegro. De hecho se le hizo un poco graciosa la expresión que tenía el mayor y soltó una pequeña risita. Pero a decir verdad el brazo ya se le estaba durmiendo y estaba siendo intimidado por todas esas personas que tenían sus profundas miradas puestas en ellos. Decidió bajar el brazo y poner la caja con el anillo encima de la mesa para luego levantarse de la silla, apoyar ambas manos en aquella mesa e inclinarse hasta quedar completamente cerca del rostro de Junmmyeon y soplarle con suavidad haciendo que este reaccionara y diera un pequeño brinco que a vista de todos fue bastante gracioso.

—Sé que esto te mata de felicidad amor, pero por favor ya dame una respuesta— rogó el menor rozando los labios del mayor con los suyos mientras se miraban fijamente —No decepcionemos a todas estas personas que nos están observando.—

Ante este acto tan tierno y romántico que ejecutó el menor, las personas que se encontraban en el restaurante comenzaron a emitir ruidos de ternura y a lo lejos se escuchó a una chica gritar “ya cómanse”.

El encuentro romántico que tenían sus rostros fue roto de inmediato ya que ambos empezaron a reír debido al grito que aquella chica había soltado. Sehun volvió a sentarse en su silla mientras reía y miraba a Junmmyeon, quien también reía tapándose con ambas manos el rostro para que la gente no viera lo sonrojado que estaba. A los segundos de calmarse un poco Junmmyeon dirigió la mirada hacia a Sehun, quien aún se encontraba mirándolo y de momento le giño un ojo.

—Sí— dijo fuerte, llamando la atención de todos —Si quiero casarme contigo Sehun—

Todas aquellas parejas comenzaron a aplaudir y a felicitarlos. Sehun se levantó de la silla rápidamente, tomo con una mano el anillo de diamante que yacía en la pequeña caja y la otra mano la extendió hacia el pelirrojo en señal de que este extendiese igual la suya. Y así lo hizo. Junmmyeon extendió su mano izquierda mientras que con la otra se tapaba la boca y comenzaba a llorar. Sehun tomo aquella delicada mano y lo miró.

—Te amo con todas mis fuerzas, Kim Junmmyeon— Dijo el menor tomando su mano —Eres y siempre serás mi vida, mi complemento, mi felicidad, mi todo— continuo mientras colocaba lentamente el anillo en su dedo anular, el cual encajaba perfectamente en su largo y  delgado dedo.

Junmmyeon se levantó de la silla, caminó  rodeando la mesa y se abalanzó sobre Sehun quedando ambos en un abrazo que decía todo., o eso era lo que pensaban ambos.

Se apartaron del abrazo y se dieron un pequeño beso, de nuevo la  gente que se encontraba allí, aplaudían y silban, de hecho varias parejas se levantaron de sus mesas y fueron hacia ellos a felicitarles y desearles las mejores bendiciones. Después de aquellas felicitaciones Sehun tomo la mano del mayor en la cual se encontraba el brillante anillo y salieron juntos por aquella gran puerta del lujoso restaurante. Tomaron un taxi y fue cuestión de minutos para ya ambos se encontraran en casa besándose como si no hubiera un mañana, como si lo único que los hiciera vivir fuesen esos apasionados besos.

Las manos de Sehun paseaban desesperadamente por todo el cuerpo de Junmmyeon rasgando así aquellas prendas que le impedían tocar esa suave piel que tanto lo excitaba. Entre besos y caricias, trataban de caminar y subir con dificultad los escalones que llevaban a aquel cuarto quien era testigo de todas esas noches de pasión y que ahora estaría a punto de ser el testigo de una noche más. Llegaron al cuarto iluminado solo por la luna que se asomaba por la gran ventana, sin separarse ni un segundo de esos desesperados besos y mordiscos, estaban semidesnudos pues todo se lo arrancaron escaleras arriba y  lo único que ahora les quedaba era su ropa interior quien pedía a gritos ser retirada porque incomodaba a los penes ya erectos de ambos.

Sehun tomo los brazos del pelirrojo y lo obligó a separarse del beso. Junmmyeon lo miro confundido y de momento, el mayor fue empujado hacia la cama quedando boca arriba y cerrando los ojos mientras sentía como el menor le quitaba la única prenda que le quedaba con su boca y daba unos pequeños toques a su miembro quien ya se encontraba completamente libre. El pelirrojo sintió como el menor se le coloco encima y le beso la frente

—Eres mío— dijo el pelinegro acariciando el cabello del mayor y mirándolo con lujuria para después volver a besarlo y comenzar así una de sus tantas noches de pasión.