-¿Donde vives?- preguntó Harry al arrancar su coche. Que por cierto no estaba nada mal. Okay, estaba hermoso y eso que yo no sabía mucho de carros.
-Calle 325.- le respondí con una sonrisa. Y el me la devolvió, Dios es tan lindo.
Volteé hacia el otro lado, mirando las calles a través de las ventanas. Recordaba estos sitios a la perfección. Si, tenía muy buena memoria.
-¿Por qué estás tan distraída? -me sobresalte escuchar su voz.
-¿Distraida? ¿Yo?
Traté de evitar explicarle pero para mi mala suerte nos detuvimos en un semáforo. Malditos semáforos.
-Si. Tú -me miró directo a los ojos y me sentí desnuda. Como si fuera un libro abierto para él pero había cierta comodidad.
-No me conoces- miré hacia otro lado. Sabía que aquello había sido muy duro, pero no sé, se me escapó.- Lo siento yo no..
-Eso es cierto- me cortó -Pero ¿Has escuchado hablar de que algunas personas sienten que se conocen de toda la vida?
Sin querer volver a ver sus ojos verdes, asentí. Claro que había escuchado esa frase pero lamentablemente yo no sentía lo mismo que él. Quiero decir, yo no sentía que lo conocía.
-Asi me siento contigo, ____.
Y justo cuando pensé que o le diría la verdad o mentiría, el semáforo cambió a verde. Y Harry sin dudar se puso en marcha. Retiro lo dicho. ¡Benditos semáforos!
-Y dime Harry ¿Que haces por aquí?
-Eres pésima cambiando de tema.- se burló
-Lo sé -me tapé la cara y reí sin querer.
Lo hacía para aligerar el ambiente y porqué de verdad era pésima en eso.
Él terminó uniéndose a nis carcajadas y en el momento que paramos de reírnos habló.-Te diré.
-¿Qué?
No entendía, me había perdido.
-Te contaré de dónde soy, de cómo y porqué estoy aquí - me explicó.
Era verdad, lo había olvidado. Además lo había conocido en el avión y eso ciertamente aunmentaba mis sospechas. Podría ser un acosador.
-Pero con una condición - siguió diciendo.
Lo miré extrañada, ¿en serio? ¿Una condición?
-Todo normal pero si sales con que me acosas llamaré a la policía - dije con un tono bromista, pero sólo yo sabía que me moría de miedo porque esa sea la verdad.
Él rió, negando con la cabeza -Eres única, pero no. Lo que realmente quería era una cita.
Cita.
Cita.
Cita.
-¿Cita?- pregunté, tal vez mi cerebro me estaba jugando una mala pasada.
-Si- sonrió -¿aceptas?
-¡Claro!- casi grité. Me miró con algo de alivio en los ojos y volvió a ver la carretera. De pronto caí en la cuenta de que ya estaba llegando a mi avenida- En aquella casa blanca- le dije y este asintió.
-Bonita casa- halagó
-Gracias- respondí, me desabroche el cinturón y me dispuse a abrir la puerta de su auto antes de que él lo hiciera. Ya era suficiente de la "caballerosidad" por hoy.
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CANCELADA (por el momento)
Roman pour AdolescentsMe enamoré de un chico que no me correspondia. Pero tal vez ya nos amábamos desde siempre y con eso Perrie no pudo competir.