SUNDOWN

II

Me acerqué un momento al viento
Y de mis labios emergió una triste bocanada
No sabía a donde ir, solo sabía que era aún la noche joven, así que me aproxime a viajar.
De un momento a otro mi auto se desvaneció como las visiones que tenia por este oscuro callejón, pero pronto vi la luz al final del camino, y pronto deduje que se trataba de la famosa calle "Holiday", una avenida llena de confornt traido de la mano del viejo y suave Jazz que caracteriza a sus bares, el letrero luminisente e intermitente del bar noar, se apaga, y del viento se levanta una junta de papeles, donde uno de ellos termina su recorrido en mi propio rostro, lo tomo con la izquierda y con los ojos entiendo que se trataba de un periódico;
Primera Plana:
Cadena de asesinatos perpetuados por un violento asesino en serie, deja una mancha en el libro de la historía de los Estados Unidos, pues en el hoy, que yace con esta pesadilla acabada, las dudas del seguimiento que por tres años se mantuvo, han sido aclaradas, teniendo graves consecuencias, pero como dicen; El fin justifica los medios.

Me encuentro en el mañana, como todos los días al despertar, con el sol entrando por mí ventana, y oyendo a los pájaros cantar, esta vez era más blanco de lo habitual, ese blanco de las paredes de lo que ahora entiendo como un hospital.
A mi lado diestro se encuentra un buró con un florero de rosas negras, y a mi izquierda un hombre que pronto reconocí, un rubio menemista, apuesto y asquerosamente pretencioso.

- Al fin depierta, bello durmiente, dice el.

- De todas las personas que pensé que tendría frente a mí al despertar, jamás me imaginé que fueses tú.

- ¿Debo tomarme eso como un cumplido?

- No.

- Okey, bueno, tan bien cabe pensar que no tienes a nadie en este mundo que te pudiese venir a visitar.

- (Sonrisa), sigues siendo el mismo hijo de puta de siempre, ¿no es así?

- !Oye!, en mis años de servicio fuiste como un padre para mí, podriamos decir que me pegaste tus mañas.

(Rió)

- ¿Tu me trajiste esas rosas?

- Por supuesto,

- Me dan asco.

- Hahahaha, pudrete anciano

En ese momento entra una bella y morena doctora, se veía fácilmente que era latina, de corta estatura, pelo negro que llegaba más allá de su espalda. Muy joven.

- Veo que tiene visitas Mr. Banks
El carismático sujeto se lavanta del sofá, para dar su egocéntrica presentación, y de pasó cortejar a la señorita

- Detective Vincent Blackbird, del departamento de policía de Chicago, Illinois.

(Vincent, toca sus lentes oscuros y los baja un par de centímetros para 'giñarle el ojo' a la doctora), (Esta responde con una sonrisa)

- Y muy bien acompañado diría yo Mr. Banks. Miré que venir desde Illinois hasta Lotus City, para estar aquí en su despetar, ¿Son familia?

- Claro, por supuesto, el ruco es mi abuelo. Dice Vincent, provocando la sonrisa nuevamente en la doctora)

- No, el no es mi familiar, trabaje con el, bueno, el trabajo para mí hace 14 años, cuando era un mocoso recién graduado de la universidad y estaba empezando su servicio.
Pero si voló desde Illinois hasta aquí, dudo que sea para saber sobre mi estado de salud señorita.

- ¿En serio dudas de mí preocupación hacía ti?, dice Vinz con sollozos falsos

- En efecto mocoso.

- Pero mira quién lo dice anciano, tu no tenias ni la amabilidad de comprarme un café para mí antes de pasar a buscarme en mi departamento

- Bueno, bueno muchachos, no hay porque pelear, al contrario, Mr. Banks, le tengo muy buenas noticias, ya le puedo dar de alta, tras estar 4 días en observación su estado parece estar en muy buenas condiciones como para dejarlo irse.

- ¿Ves chico?, aún soy un roble

- Wow, el viejito aún la aguanta haha.

La doctora saca de un casillero que se encontraba en la misma habitación todas mis cosas, mi ropa, etc.

Me miró en el espejo del vestidor, y observo a un sujeto cansado, que envidia a todas esas personas que desconocen su mañana, y que lo resiven con la mayor de las diversiones.
Estoy cansado de saber siempre lo que haré al día siguiente, nada.
Salgo del vestidor ya completamente arreglado y como nuevo, y ahí esta Vincent esperándome, me acercó a el.

- Vaya, el anciano tiene estilo

Mi gabardina negra contrasta perfectamente bien con la color hueso que el trae, caminamos hacia el auto de Vinz, dejando atrás el hospital, y todas las distracciones, mientras suena de fondo Young Lust de Pink Floyd.

- ¿Tienes un cigarro niño?

- Claro que sí.

Ya en el auto, me encuentro en el asiento del copiloto, vagamos por la ciudad, pasamos por el malecón, y observando a las niñas hacer sus deportes en esta soleada mañana.

- Bueno, ahora sí, dime para qué has venido hasta aquí para verme.

- Quiero aclarar que si me preocupo por tí..- !Ya cierra la boca!, (Interrumpo)
Dime que quieres.

- Esta bien.

(Acerca el coche a un callejón y aparca ahí)

- He venido hasta aquí, porque quiero que me ayudes con un caso, un posible asesino en serie, hablo de uno muy, muy violento y grotesco si es correcta mi investigación.

- De ninguna manera, tengo cosas que hacer.

- ¡Vamos hombre!, ¿crees que no me informé sobre tí?, tu último caso serio de investigación fue hace dos años, ¿Que haces desde entonces eh?, ¿arretar a asaltantes de bolsas de mano?, ¿Pedir mordidas?, ¿Sorprender a medio bar mientras los ladrones hacen su trabajo, y disparar a lo Bond?
Se que te refugias en el Lanshua's, y que bebes del Whisky rocoso.
Te estoy ofreciendo acción viejo, salir del estupido auto y tener una buena razón para no dormir en toda la noche.

- Aunque eso fuera, dime ¿por qué deberia yo ayudarte?, después de que me dejaste en la mitad de un caso para irte a Ilinois.

- Se que me guardas recentimiento por ello, pero entiendeme, era joven, y era una oportunidad para triunfar y tener algo grande, para estar en la jugada hombre, vamos, por los viejos tiempos.
A demás, los detalles me darán la razón, pues tienes mucho que ver.

- ¿ De qué hablas?

- Dos muertes, Dos mujeres, Melissa Thompson, llego a Chicago hace 4 años, 39 años, asesinada en su departamento, mientras se duchaba.
Grecia Wheeps, llego a Chicago hace un año, asesinada en su auto mientras se bajaba del estacionamiento de su casa, 29 años.
Se que las conoces...