En el corazón del mar, un tritón rebelde osó desafiar una de los pensamientos de Poseidón, el rey generoso, pactó con él: si tenía razón en lo que profesaba, Poseidón le daría cualquier cosa que pidiera, de lo contrario, el tritón ofrecería como tributo sus piernas.
Le encantaban los atardeceres.
Izuku se encontraba sentado en el descanso de la ventana, contemplando como el mar se comía poco a poco el sol, como las olas se lo tragaban lentamente y lo escupían al otro lado del mundo, como el rojo cielo perdía el contraste de sus colores hasta quedarse en un azul profundo y las estrellas aparecían de poco a poco. La luna se aproximaba por el otro lado, coronándose reina de la noche, el océano se había quedado completamente quieto y, cuando todo parecía ser tranquilo, un rayo salió del cielo y cayó en medio del mar, oscureciendo la playa e iluminándola en un segundo, lo que sobresaltó al joven de cabello verde.
—Vaya —le comentó el chico a su pez beta—, tu rey está enojado, ¿No crees, Umi?
Umi, era un pez de tonalidades azules y verdosas, tenían poco más de cinco años con él, había sido un regalo de su padre antes de que saliera de embarcación y no volviera más.
Era poco decir que aquello era una tormenta, no, parecía que el cielo se iba a caer en un diluvio si la lluvia no paraba pronto. Los barcos del puerto se sacudían con violencia, las sogas que los ataban difícilmente resistirían tal adversidad, su mano en su frente servía como un visor para ver —o al menos intentarlo— y comprobar que había 5 barcos en el fondeadero pero, antes de llegar a ver el último barco, una ventisca de aire mezclado con agua salada le azotó la cara, rápidamente se cubrió con el antebrazo y cerró la ventana de golpe, sobresaltando a su madre en el piso de abajo.
— ¿Todo bien arriba, Izuku? —era inevitable que no hubiera un tono de preocupación en su voz.
— ¡Sí! —exclamó asintiendo incontables veces, como si su madre pudiese verlo—, la lluvia me tomó desprevenido...
Colocó su mano en su barbilla, pensativo.
» ¿Por qué está lloviendo ahora? En el pronóstico habían dicho que "la temperatura máxima sería de 30° por la tarde y 27° en la noche, con un cielo despejado que te permitiría ver la lluvia de estrellas" ¿Dónde estaba el cielo despejado? ¿Dónde había quedado la lluvia de estrellas? ¿Por qué la chica del pronóstico mentiría sobre el clima de esta noche?
— ¿Hablaste, Izuku? —cuestionó la madre.
— ¡N-No! —el joven dio un brinco en su lugar mientras se rascaba la nuca nervioso—, tengo que dejar de hacer eso... —dijo en voz baja.
La caída de un segundo rayo lo obligó a observar nuevamente a la ventana, las olas se volvían cada vez más agresivas conforme el tiempo pasaba y la marea subía considerablemente. Estaba cien por ciento seguro de que, mañana por la mañana, habría un montón de objetos desconocidos y olvidados enterrados en la arena, objetos que tarde que temprano terminarían en su colección de "objetos valiosos".
El muchacho tomó su celular y le envió un mensaje a su mejor amigo, Shoto Todoroki, decía así:
_ ¡Hey, Todoroki! Sé que estás de crucero con tu padre pero, ¿Te parecería ir mañana a la playa conmigo? Se acaba de desatar una tormenta aquí, ¡Estoy seguro que habrá muchas cosas extrañas en la playa al amanecer!
YOU ARE READING
El pacto de Poseidón [KatsuDeku]
FanfictionDespués de una terrible tormenta el séptimo día de la luna llena, el cambio de las mareas arroja a la costa a un terco y arisco tritón que, en contra de las normas de Poseidón, mostrará quienes son los humanos en realidad. Para probar que tiene la...