300 days || Minsan

Día diez 🌫Pedazo de perfección.

🌫Género: AU!

🌫Extensión: 2350 palabras.

🌫Advertencias: Contenido + 18.

•Aún sin corregir.Tras la revisión algunas cosas pueden cambiar.

🌫

Dio una enorme aspirada de aquella mezcla tan particular de olores: manzana con canela,a los pocos instantes de atravesar la puerta del lugar.
Su vista se desvió al reflejo del espejo en el descansillo,y automáticamente se quitó todo aquello que no encajaba con aquel mundo que se había construido, entre los metros cuadrados de aquel departamento.

La chaqueta,el bolso,la corbata,los zapatos,el reloj.

Ninguno de aquellos objetos sin olor a manzana con canela,y esencia a engaños,tenían la entrada a su santuario.

Con una sonrisa y el peso de haber extrañado a su pequeño novio por dos meses,sus pies tomaron vida y lo llevaron directo a la habitación del menor.

Nadie.

San no estaba en su habitación,pero todas sus cosas sí, desde su esencia hasta,pasando por sus cómicas costumbres,hasta su rechoncho gato desparramado en el castillo de felpa junto a la ventana.

Mingi dibujó una sonrisa, cuando recordó su vida antes de.

Sus manos picaron con la necesidad de tocar el frágil cuerpo de su pequeño novio,y sus pantalones comenzaban a hacer una carpa ahí debajo,porque desde donde estaba tenía una pequeña vista del enorme juguete que le sustituía entre las blanquecinas piernas de su novio,en sus largas estadías fuera.

San tampoco estaba en la cocina,ni en su rincón de lectura.
Y Mingi no se iba a mentir cuando comenzó a desesperarse por no encontrar a su brillante luz en ningún otro sitio del no tan grande lugar.

Un pequeño ruidillo disipó la bruma, un suave estornudo proveniente del balcón del otro lado de las cortinas azul marino de la sala de estar,captó su atención.
Y ahí estaba San con mucha de su pálida y rosita piel a la vista,ocupando un sillón afelpado y solo una camiseta de mangas cortas del mayor,tomando su café matutino,con la mirada perdida en la enorme ciudad que despertaba.
Sus manos picaron aún más por tocarlo,y con una sonrisa que abarcó toda su cara,dio unos pocos y silenciosos pasos hasta hundir su nariz en el cuello ajeno,tomando una buena bocanada y colocando sus manos en los hombros medios tapados.
San dio un enorme salto en el lugar, a raíz del enorme susto que Mingi provocó,llevando sus manos a su corazón que parecía palpitar al doble de su velocidad habitual.

-Me diste un susto enorme-refunfuñó poniendo muecas que a la vista de Mingi no denotaban molestia sino ternura-Voy a sufrir un ataque cardíaco.

Song levantó-sin demasiado esfuerzo-al rubio por sus piernas,ocupando él, el lugar en el asiento, y colocando al pálido a horcajadas en sus piernas.

-Te extrañé mucho.

El rubio y sedoso cabello del más pequeño se agitó en el viento cuando este hizo un rápido movimiento para rodear el cuello de su grande novio con sus brazos y plantar un beso,que difícilmente podría clasificarse como suave o gentil.
La caricia era desesperada y dejaba en claro la sed del otro que cada uno sentía.

Tres años de relación no parecían hacer mella en las reacciones corporales de la pareja.

El miembro del castaño creció bajo el trasero de San en unos pocos segundos,mientras el rubio comenzaba una erótica sinfonía a base de bajitos gemidos, provocados solo por la lucha por el mando que libraban sus húmedos músculos .