Día siete 🕯 Diez de julio.

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🕯Género: AU! Angst,drama.

🕯Extensión : 1076 palabras.

🕯Advertencias : Para mi esto es angst y bien doloroso,no la pasé bien escribiendolo,ya que no soy fan a escribir  esto y pues creo que es un triste intento.Es una adv porque no les quiero decepcionad@s





El hombre tras el mostrador dejó a la vista una caja blanca y dorada,mostrando una sonrisa dirigida a la única persona,además de él,que respiraba el aire de la pastelería.

-¿Como está?

Mingi miró por primera vez aquella noche al encargado de la tienda,mientras dejaba el pago por su orden.La pregunta le había logrado sacar de su letargo por algunos instantes.

-Estable.

El Kim fijó sus ojos en los del hombre al otro lado de la barra.Cada vez era más notorio que tan lejos de todo y todos se estaba yendo Mingi.

-¿Cómo estás?

Las campanillas de la puerta resoraron en todo el desierto lugar,mientras HoonJoong veía dejar la tienda a la sombra de quien fue una vez su mejor amigo.

Su interrogante jamás tuvo una respuesta.

Pero realmente no hacía falta.

El agujero podía verse a kilómetros de distancia.









Las cálidas ráfagas de aire,del verano de julio recibieron a Mingi en la calle,la humedad en el ambiente pasó desapercibida para el joven que deambulaba por las calles de la ciudad que le vio nacer,crecer,enamorarse y sufrir.
El horrible ruido de los autos,las personas y todo alrededor no lograron sacarlo de sí,él solo caminaba apresurado a la dirección que podría recitar incluso en sueños,viendo la hora en su reloj a cada cortísimos intervalos de tiempo.

El sonido de sus zapatos subiendo rápido las escaleras hizo eco por toda la desierta entrada,siendo detenidos sus pasos por la fría recepción de cristal y metal.

-¿Qué haces aquí,Song?Creí que habías salido a tu día de descanso hace una horas.

Mingi hizo malabares para lograr levantar las cajas y bolsas lo suficiente para que la chica se hiciera una idea.

-Solo algunos regalos.

SeYeon no volvió a hacer ninguna pregunta,mientras le veía caminar a pasos acelerados al área de habitaciones.No iba a decírselo jamás,pero aquella situación tenía sumidos en una espesa bruma a todas las personas que rodeaban a Song Mingi,o lo que quedaba de él.

Mingi estuvo a punto de tirarlo todo varias veces,pero haciendo malabares logró llegar al área de las habitaciones con lo que llevaba en las bolsas,intacto.
Caminó por el pasillo lleno de las puertas blancas con placas doradas de metal,hasta llegar a la número diecinueve y hacer varios toques con bastante dificultad en la madera.
No hubo respuesta a su llamado,así que entró en la estancia,siendo recibido por el olor de las flores repartidas por todo el lugar.

-Oh,casi llego tarde,lo siento-irrumpió en la casi total oscuridad de la habitación recorriendo el camino que ya sabía de memoria hasta la única mesa en la estancia dejándolo todo en la superficie-Conseguir rosas a esta hora es bastante trabajoso.-El pitido de las máquinas fue la única respuesta que obtuvo,pero no se permitió desanimarse,caminó por el lugar conectando a su teléfono las titilantes lamparitas que había instalado en algunos rincones,creando una iluminación bastante baja,pero que le permitiría poner manos a la obra.

Volvió en sus pasos hasta la mesa,destapando la primera caja y colocando una vela con el número dos y otra con el tres sobre la superficie glaceada del pastel recién descubierto y haciéndolas arder.De la segunda caja sacó rosas blancas que dejó sobre la mesa,y de la tercera obtuvo un bonito y pequeño sombrero de cumpleaños.

-Podrías matarme si llegas a ver esto-dijo en un susurro audible tomando el gorro en una mano y el pastel en la otra-Pero no podía dejar pasar la oportunidad.Feliz cumpleaños,mi amor.

Mingi se sentó en la orilla de la cama,dejando el pastel sobre las piernas de San,mientras colaba el gorro, cantaba un solitario feliz cumpleaños y veía su rostro ser iluminado por la luz de las velas,creando sombras en en el precioso rostro del cumpleañero.

Se veía tan tranquilo,tan despreocupado y apacible,tan angelical y bonito.Sus pómulos estaban más marcados por la perdida de peso,sus labios un poco menos rosados de lo natural y las hebras de cabello que una vez fueron rubias,ahora eran de un castaño natural.

Sin embargo,San era precioso,perfecto para él y perfecto para su vida.
No resistió y terminó dejando un dulce beso en su frente cuando terminó de cantar.

-Es hora de que pidas tu deseo-susurró aún a unos pocos centímetros de la frente contraria.Un profundo hueco se instaló en su estomago y dejó que las alarmantes ganas de llorar se perdieran en ese agujero oscuro y profundo-Vale,lo pediré por ti.

Tomó la delgada y pálida mano que entre las suyas se veían aún más delicadas,y cerrando los ojos pidió su deseo.
Y que le cortaran la cabeza su hubiera tenido que pensarlo,vendería su alma al diablo si este se lo cumpliera en aquellos instantes.
Sopló las velas,dejándolo todo sumido en la oscuridad,a excepción de las pequeñas lamparillas en el fondo,tras pedir aquel deseo que tan bien conocía.

-Ya son quince meses...-susurró notando que sus intentos de no llorar estaban perdidos cuando pequeñas gotas tibias cayeron en las manos inertes que aún sostenía.
Quince meses que no lo escuchaba reír,o llorar,o llorar de la risa.Tanto tiempo sin poder ver sus bonitos ojos o sentir sus brazos en las noches como koala,tanto tiempo que no lo escuchaba quejarse de la calefacción tan baja.Un año y tres meses existiendo a la deriva,porque su única razón de vivir estaba allí,pero tan lejos.

Y las esperanzas de que algún día dejaría de extrañar todas esas cosas,para todos los demás eran cada vez más bajas,menos para él.Sus esperanzas no disminuían,su fe en que todo mejoraría se mantenía inquebrantable desde el primer día.
San iba a despertar y él iba a estar a su lado para cuando eso ocurriera.

Porque aunque el tiempo seguía pasando,Song Mingi no había dejado de amar a Choi San,ni un solo minuto.

Cuando la alarma que había programado para la hora exacta en que se cumplirán veintitrés años de la llegada al mundo del amor de su vida,vibró sobre la mesa a unos metros,Mingi entró en la cama junto a la persona que amaba,aferrándose a él y repitiendo como un mantra su deseo.

"Que San despierte del coma "








Fin 🌵

300 days || MinsanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora