🌼CAPITULO ÚNICO🌼

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San Petersburgo ~Rusia

Todo parecía normal, las calles, las personas sonrientes, familias paseando, parejas tomados de la mano, niños felices con sus padres.

Era una hermosa imagen, pero en la ventana de una gran casa un chico miraba encantado.

Sus ojos marrones, pestañas negras, labios rosas y piel canela, ver por esa ventana era su único su lugar para escapar de su realidad.

Una realidad que comenzó hace tres años tras la muerte de sus padres.

—Adiós bonito, nos vemos la semana que viene —su voz es profunda y gruesa

—Adiós Matt.

Ve como aquel hombre de mediana edad se retira de la habitación completamente vestido mientras él sigue desnudo mirando por la ventana.

Sintiendo la brisa del viento, respirando profundamente antes de comenzar a vestirse para reunirse con su nuevo acompañante.

Jaed tenía el cabello claro y ojos azules, se encontraba en la habitación 123.

—Hola Kong... ¿Quieres que nos demos un baño?

—Me parece bien...

En la tina de baño Kong descansa su espalda en el pecho de Jaed, dejando que la calidez del agua lo relaje.

—Eres muy lindo... —dejando besos por el cuello y el hombro de esa tersa piel.

—Gracias... Tú también lo eres Jaed.

—No... Nada se compara a tu belleza—tomo el mentón girando la cabeza de Kong uniendo sus labios con gran devoción.

—Aahh... Ja-ed...mmm

—Ahh Kong....sigues muy estrecho... Ahhh

Después de su actividad ambos cuerpos se encontraban sentados en la cama, Jaed tenía una toalla secando los cabellos del joven de piel canela.

—Listo ya esta seco

—Gracias Jaed —uniendo suavemente sus labios.

🌼

—Emma estaba enojada, más que eso parecía que iba a explotar.

—jajaja nunca hubiera imaginado
que alguien se enoje por una mancha en su vestido, tu hermana es muy graciosa Berd.

—Lo es Kong...a demás de ser muy consentida y desobediente.

—Pues no lo creo por lo que me has contado Emma parece ser muy inteligente para convencerte de comprar ese vestido.

—Tienes toda la razón mi querido Kong... — abrazando con fuerza el cuerpo sin ropa de Kongphob.

De todos sus acompañantes Berd era amigable a demás que se notaba que amaba a su hermana aún si todas las semanas venía con una queja o una historia que contar.

Kong estaba en su "habitación" por asi decirlo hasta que el reloj marque las 9pm, a esa hora debe ir a la habitación 150. Ahí se encontraría con otro hombre de cabello castaño que también lo trata bien.

Entre las sábanas estaban dos cuerpos desnudos boca abajo observando un cuaderno.

—Y esto —señaló con su dedo índice — Es la isla de los elefantes

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