Mírame

No Debías, Enamorarte de Mi

Es es un día normal, bueno para muchos no es un día normal pero para mi, sí.

Me siento en la cama observando con  hoy el cielo parece estar más claro que ayer, el sol está en su máximo explendor y casi sin nubes. Parece que va ser un gran día.

Y no puedo evitar pensar en ti

Sabes un día como este, te conocí tal vez no lo recuerdas pero así fue. Y lo sé porque tengo buena memoria.

Y recuerdo cada detalle, decías que era imposible pero es así.

Por eso recuerdo la primera vez que te vi.

Tú siempre con esa hermosa sonrisa que se esfumó cuando nuestras miradas se cruzaron, al inicio pensé que no te agrade, ya que todo el día me evitaste.

Bueno yo tampoco estaba en mi mejor condición, pero no era para tanto.

Los días pasaban y solo esperaba que ese miércoles llegara, sabes ese día se convirtió en mi favorito aún lo es.
Siempre llegabas a las 9am en punto con tus amigos.
Ellos hablan conmigo pero tú; tú no lo hacías y no dejaba de pensar que no te cai bien.

Hasta ese miércoles 14 de febrero, tú sonrisa era un poco torpe y nerviosa, tus amigos lo notaron enseguida y no paraban de hacer bromas sobre tú situación.

Me estaba riendo de una de sus bromas por lo cual no pude notarte a mi lado. Te mire extraño cuando pusiste una caja rosada en mi regazo.
Mientras a mi alrededor escuche aplausos, gritos y gente silbando. Eran muy ruidos para estar en un hospital.

Mis mejillas se sonrojaron cuando te escuché hablarme por primera vez. Y lo que dijeste detuvo mi corazón y si querías matarme ese día lo hubieras logrado con esas palabras que salieron de tus lindos labios.

—Me gustas...

Nunca pensé que me dirías esas palabras, realmente no. Estaba en shock. Y solo te mire, mientras tú parecías que te ibas a desmayar en cualquier momento. Me causó mucha gracia verte así de nervioso.

Ese día fui el mayor egoísta y dije las palabras que te retuvieron a mi lado.

—Tú, también me gustas.

Pero no me importó cuando me diste una gran sonrisa y me abrazaste muy fuerte. Todos nos felicitaron y ese día supe por uno de tus amigos que yo te gustaba desde hace mucho tiempo, solo que eras muy tímido.

Y desde ese día venias casi toda la semana pero cuando no podías me mandabas mensajes, llamabas o teníamos video chat.

Era realmente hermoso pasar tiempo a tu lado, cada una de tus historias, en especial una, me contaste de tu mamá.

Esa vez lloraste y no quería verte así.
Hice lo único que se me vino a la mente y te besé, fue nuestro primer beso. Cuando me separé tú cara estaba roja, se notaba que estabas sorprendido.

—L-lo... Sient...—me detuviste con otro beso

Fue cálido, tú suaves labios sobre los míos parecían encajar preferentemente, era lo mejor que me pasaba.

🌼

Ese día de Julio, fue la segunda vez que te vi llorar, pero estaba era de felicidad, pues no te iba a negar yo también lloraba de felicidad.

—Arthit, te has curado

Esas fueron las palabras del doctor y celebramos. Ya no estaba enfermo, ya no pasaría los días enteros encerrado en las paredes de un hospital, podía salir, correr descalzo en el césped, recoger flores pero lo más importante podía estar a tú lado.