EL ACOSADOR

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Después del terrible incidente con la médium por más que quise ser discreta al salir del salón me convertí en el centro de atención, todos tenían que hablar de mi falta de aura y de la fea manera en que miré a nuestra invitada, odio la atención desmedida sobre mí, siempre intento pasar desapercibida, ya la vida es demasiado complicada como para preocuparte por lo que los demás dicen, no es como si me importara en realidad, tomo las cosas de quien vienen, y la basura que me tiran solo la deshecho y ya, pero oír mi nombre aquí y allá me preocupa un poco, podrían enterarse de ESA COSA, podrían hacerla realidad y ya no se quedaría solo como la pesadilla de una joven loca que delira.

Camino más rápido por pasillos estrechos con la intención única de alejarme del caos, la próxima clase ya casi empieza y esta facultad es totalmente un laberinto, no sé cómo puedo llegar al segundo piso y luego de caminar varias veces en círculos encuentro por fin unas diminutas gradas de madera (que no van bien con la apariencia moderna del lugar) y termino en el aula 260 perteneciendo esta todavía al segundo piso, ¡es una locura¡, pero bueno, parece que llegaré a tiempo. Amo esta clase, la da una escritora famosa en el país, una dama de la literatura, pese a que tengo que correr al salir de ella por un empleo de medio tiempo, mal pagado, que encontré, dando tutorías de matemática, amé la idea de esta clase, todos querían entrar, pero no todos tenían el promedio para ello, pese a mis irregulares asistencias a los cursos, yo lo conseguí.

Llegó al frente del aula y está él, EL ACOSADOR, no tengo idea de cómo se llama ni me interesa para nada averiguarlo, es un tipo alto y delgado, con una sonrisa torcida de autosuficiencia, y una mirada que te hace sentir como si hubieses olvidado tu ropa en la casa, él te desnuda, te escanea, se lame los labios y luego cierra un ojo (una señal de complicidad, como si te hiciera participe de sus obscenos pensamientos)

Todo empezó el primer día de clases este semestre, la alegría de la oportunidad de recibir clases de una prestigiosa profesora se opacó cuando ese tipo se acercó a mi pupitre y me dijo lo guapa que era y lo maravilloso que es tener compañeras hermosas (como si alguna quisiera hacerle caso a sus insinuaciones constantes) para luego sonreír y esperar un "gracias", quizá, que yo nunca le daría por algo tan banal, no creo necesitar que alguien me diga como soy o su percepción negativa o positiva sobre mí, nunca voy a agradecer a alguien que me diga guapa, es solo su forma de verme y a menos que tenga algo que aprender lo que tengan que decir los demás me importa poco.

Le hice una mueca de desagrado ese día, pero pasó lo peor, la profesora quería tener nuestra información de contacto, número de teléfono y correo electrónico y todos se la dimos sin dudar, ya que prometió enviarnos libros de su autoría, algunos inéditos, desde luego EL ACOSADOR copio mi información y allí empezó la tortura.

Para la noche de ese día tenía 243 llamadas perdidas de un número desconocido, las primeras tres las contesté y me decía lo hermosa que me consideraba y las cositas que quería hacerme, con una vos fingida bastante mala, que indudablemente le pertenecía a él, luego apagué el teléfono y me desentendí, el celular no me es tan importante como para otros, lo tengo solo para emergencias y ver algunos videos o leer algunos textos de vez en cuando. Luego revisé mis correos y había cientos, de varias direcciones que no pude precisar, cuando abrí uno de estos me quedé helada un segundo, era un pene (uno bastante pequeño para mi gusto), metiéndose en un oso de peluche que se veía bastante violado, me reí ante la idea de alguien pareciéndole tal atrocidad excitante y también de lo poco dotado que estaba mi compañero para el gran complejo de grandeza que demostraba.

- ¡patético! - dije asqueada y esa cosa sonrió ante dicha palabra, le gustan las palabras, a ESA COSA digo, siempre que escucha alguna que quiere aprender detiene la carcajada e intenta repetirla en un susurro

-busca a alguien más que te enseñe-digo molesta ante tal visión- y ESA COSA empieza a reír otra vez, no es como si oyese sus carcajadas, pero puedo ver su ancha boca ampliarse hasta sus orejas o todavía más allá, en donde la oscuridad no me permite mirar.

Hoy después de la médium lo que menos quería era encontrármelo, pero aquí estamos como otras veces uno en frente del otro y alguno de los dos podría vomitar, su sonrisa me reafirma que no es él, calmo mis náuseas y me dirijo hasta mi asiento, pero ya que él se encuentra atravesado en la puerta me roza "accidentalmente" y me mira con una risita estúpida diciendo "perdona", lo miro a los ojos como pensando en que pasaría si alguien introdujese algunas navajas en el oso que tanto le gusta montar, tal vez sin pene pueda enfocar sus neuronas a otra cosa, tal vez sin pene pueda respetar, algunos hombres estarían mejor sin uno, pero esta imagen en mi cerebro de este cerdo desangrándose hizo que apareciese otra, una escalofriante visión tan conocida, ESA COSA estaba enfrente de EL ACOSADOR con unas tijeras en las manos que hoy podía mirar más que nunca, solo tenían tres largos dedos en unos guantes blancos o algo similar, estaba completamente serio, su boca ya no dibujaba una risa y ahora se volvía a mirarme, no dijo una palabra, pero sabía lo que quería.

No-dije sería-

No qué-dijo EL ACOSADOR notando mi negativa

No deberías estar en la puerta, la clase va a empezar- finalicé dirigiéndome a mi escritorio con un sentimiento nuevo en el pecho, algo que no podía explicar claramente, odio, rencor, cansancio, amargura o quizá, desilusión.

Desvié la atención de esos pensamientos, me enfoqué en la clase, tanto que nisiquiera noté cuando ESA COSA se fue. 

ESA COSAWhere stories live. Discover now