Capítulo Uno.

5 1 0
                                    

Estaba ahí, en esas montañas nevadas, disfrutando cómo el frío viento y el silencio era lo único que había, estaba en paz.
Aquello era lo que necesitaba, disfrutar de la vista que se le ofrecía y de su paz interior, había superado todo, menos a él.

La alarma empezó a sonar a la hora en la que se la programó, Jimi, un castaño de ojos grises luego de oírla un par de veces, se despertó y aún somnoliento, a base de bostezos y gruñidos la apagó. Quería seguir durmiendo y soñando con esa paz que nunca tendría.

No, no mientras él siga siendo así.

Se preparó, lavó sus dientes, su cara y empezó a vestirse, no tardó mucho, debido a lo perfeccionista que llegaba a ser, tenía todo fríamente calculado, hasta la hora. Da miedo.

Pasó de desayunar. Había quedado en hacerlo en un rato con su fiel amiga Cristine, apodada como Kriss. Era una rubia de ojos cafés que vivía a un par de cuadras de su hogar. No sería un problema el que lo acompañe, la pasaba bastante bien con ella y su compañía era sumamente agradable.

WhatsApp

Buenos días ;). Pasaré por ti en un rato, como acordamos.

Claro, sin cambios de planes.
Y tú comprarás un jugo para desayunar, Jim.

Da igual, solo quiero que estés lista.

Dejó el celular en su mochila, luego la colocó en sus hombros como de costumbre y salió de su hogar.

"Otro día más"

Fue la frase que pasó por su cabeza, Jimi era un chico como cualquier otro, por así decirlo, tenía una vida normal, en lo que cabe esa palabra, tenía sus amigos, pero no todo es perfecto aunque quiera creer que si.
"Él es que arruina la perfección de mi vida."

Noah, era su problema.

Rondando en sus pensamientos, llegó a la casa de su amiga, la cual saludó con un simple beso en la mejilla.

—Hola. — Dijo con una sonrisa.

—Buenos días, ¿Que tal? ¿Como dormiste? — respondió la rubia.

—Todo bien, ¿Y tu? —Fue su respuesta, durante unos segundos la miró de arriba hacia abajo y soltó una risa. — Te ves más hermosa de lo normal, ¿Alguna razón para aquello?_

—Ninguna, a diferencia de ti, yo me veo mejor cada día, tú te ves más viejo. — Le sacó la lengua la más alta y el castaño soltó una carcajada.

—Ya quisieras, soy hermoso. — dice dándose una pequeña nalgada.

—Ajaaaa, como digas. — La chica lo toma de la mano y ambos empiezan a caminar hacia su escuela. Así eran la mayoría de las mañanas, se las pasaba con bromas junto a Kriss.

—Llegamos, es bastante temprano aún, ¿No te parece? — Suelta de repente Jimi. No había casi nadie.

—La mayoría llega tarde, tranquilo, aparte, tenemos tiempo de desayunar, vamos, compra algo. —Le responde la mayor, mientras que lo soltaba al castaño cuando caminaban por la entrada del instituto.

—Como quieras. Un jugo y un par de galletas estará bien, ¿Que dices?. — Dice Jimi, siendo acompañado por aquella rubia que tanto adoraba a ir a compar la comida. Sabía que terminarían peleando por aquellas galletas.

Todo iba bien, mínimamente bien. Jimi y Kriss no eran los típicos chicos llenos de atención. Tampoco eran los que no notaban ni su propio espejo, eran los normales y típicos, un par de amigos, no molestan a nadie y todos felices.
Pero no se podía decir lo mismo de Jimi y Noah.
Este era un pelinegro de ojos celestes que prácticamente lo odiaba, no había otra palabra para describir lo que Noah sentía hacia Jimi. No tenía motivos. Solo por su homofobia y el como fue criado eran suficientes, según él mismo. Solía molestarlo de vez en cuando con comentarios, pero tal era el masoquismo de ese castaño que no le importaba, ese chico que lo jodía de vez en cuando y otras veces ni existía para él lo tenía loco.

Estúpido, ¿No?.

Bueno, Jimi no pensaba así.

"Ya va cambiar"

Era lo que decía cada vez que esto pasaba.

Noah no era de los típicos que lo molestaban a diario y le hacían la vida imposible.
Él lo detestaba en silencio
Él lo smomestaba de vez en cuando, no muy seguido, pongamosle una vez por semana.
No era un bully de Wattpad el cual admitiría su error. No, no.
Nunca lo haría.
Hasta habían veces que para el pelinegro, Jimi ni existía.

Volviendo al tema, los dos amigos se encontraban comiendo en una banca fuera del instituto puesto que aún era muy temprano y básicamente tenían una paja existencial para ir al patio, eso.
Todo bien, entre risas hasta que llega el rey de Roma, Noah Jhonson.

—¿Ya dejaste de ser un maricón, Jimi? —Dijo este cuando se acercó a los dos.

—¿Que te importa? Él no es un maricón. — Fue lo que respondió Kriss.

—Te preguntaré algo muy simple y quiero que lo respondas. — Jimi se levantó y empezó a caminar lentamente alrededor de ambos chicos. — ¿Que tienes contra los homosexuales?

—No deberían existir, son un error más para este mundo lo cual hace que cada vez sea peor al ser aceptado. Una mierda. —Contestó, sabiendo como lo hería. Y le encantaba.

—Jodete, Noah. — Luego de decir estas palabras, tomó la mano de Kriss y se fue de ahí. Ya ni soportaba el nudo en la garganta que se le había formado.

Sí, Willson estaba a punto de llorar por un chico. Un chico que lo odiaba pero él no podía evitar querer, un chico que pronto acabaría con su cordura.

Jimi Willson estaba enojado.
Jimi Willson iba a llorar.
Jimi Willson estaba enamorado.

De alguien que ni le convenía en lo absoluto, pero nadie manda en esto, ¿O si?

No.
Él nunca pidió que Noah fuera así.
Nunca eligió que Noah lo odie.

—¿Por que me odia? Yo nunca le hice algo. —Dijo Jimi cuando estuvieron lejos de ahí, luego de esto, abrazó a su mejor amiga. La amaba.

Era lo más importante para él.

—Lo hace porque eres único y él no. Tu eres especial y el se hunde en su propio odio. — Contestó la chica.

—¿Y por qué ese odio está dirigido a mi? —

Jimi Willson dolido y enamorado estaban empezando a ser muy mala combinación.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 21, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Jodete, Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora