1: ¿Qué ha pasado?

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Pisadas.

Paso a paso se escucha como alguien se acerca a un pequeño bulto en la oscuridad. Un pequeño bulto que se mueve, que respira. Su mano se alza y zarandea un poco ese bulto. El silencio reina en la habitación mientras unos ojos se abren. El negro y el marrón se cruzan en una sola mirada y ambos pares de orbes aguantan la mirada. Apenas se distinguen el uno del otro, pero no cabe duda que se conocen. No cruzan palabras, solo se quedan el uno al otro, mirándose fijamente. El silencio continúa envolviéndoles y llevándoles hasta lo más hondo. Los ojos marrones quedan parcialmente tapados por los parpados y terminan desapareciendo bajo una tela que, según puede adivinar los ojos negros, es una manta. Se escucha un suspiro y el caminante vuelve a avanzar hasta una pared. Se escucha un par de chasquidos y de pronto una ventana se abre de par en par, iluminando la habitación.

Esta es una habitación sencilla, quizás un poco desgastada. La parte baja de la pared hay unas pequeñas tablas de madera, formando como una especie de mosaico, adornando y protegiendo de la humedad. A la derecha se puede ver un armario de madera, completamente abierto y vacío mientras que a su lado, en el suelo, se ve una bolsa, al parecer, llena. A la derecha del armario hay un pequeño escritorio de madera vieja, casi negra, adornado únicamente con una pequeña vela. En frente, una silla con un cojín envuelto en cuero, pulido y aparentemente muy cuidado, pero desgastado. Unas botas marrones con la caña doblada hacia fuera están colocadas perfectamente tras una de las patas traseras de la silla. Siguiendo por esa linea, a la derecha del escritorio se encuentra una ventada. Desde esta se ve una especie de recinto vallado donde se encuentran las vacas y ovejas pastando, vigiladas por dos perros guardianes y un hombre subido a un caballo. El cielo azul contrasta con el verde pasto y el marrón de las vayas rompe la armonía verde. Un par de hombres pasean por el campo, pisando las briznas de hierva, gritando hacia el hombre del caballo. Este deja momentáneamente su puesto y, a paso lento con el caballo, se acerca al hombre que le ha saludado y comienzan a hablar. Unas risas se cuelan entre las pequeñas aberturas de la ventana y adornan un poco el silencioso espacio que se encuentran ambos sujetos antes mencionados.

Ahora, a la luz del sol, puede verse como el sujeto de las pisadas y ojos negros, es en realidad una muchacha que apenas aparentaba los quince años. Su cuerpo era pequeño y delgado, sus manos eran largas y muy estilizadas y las tenía llenas de heridas y callos, muestra de un duro trabajo en el campo. Por otro lado, su barbilla era pequeña y sus labios gruesos y carnosos. Tenía una nariz pequeña pero aguileña y unas graciosas pecas adornando el puente de su nariz y gran parte de sus mejillas. Sus ojos, grandes y curiosos, eran negros como el carbón pero tenían ese brillo vital y enérgico que muchos envidiarían. Su cabello no era largo, se veía que ella misma se lo había cortado por las zonas irregulares a izquierda y derecha de su cabeza. Su flequillo era recto, o más bien un intento de ello pues estaba un poco torcido. Vestía unas ropas sencillas, de color blanco y marrón, que le quedaban excesivamente anchas, pero eso no parecía molestarle. Sus ojos están centrados en otra cosa. Un bulto marrón formado por las sábanas. Este se movía tranquilamente, con una respiración regular y sin pausas. Se veía que fuera lo que fuere lo que hay debajo de esa manta marrón, estaba vivo y dormido.

La muchacha alza la mano y se acerca despacio al bulto, como si este le fuera a atacar. Coge una esquina de esa manta y tira de ella descubriendo así el cuerpo de un chico. Sus ojos se cierran con mayor fuerza mientras que la muchacha tira un poco del pie del chico, intentando sacarle de la cama. Un sonido parecido a una queja sale de la garganta del muchacho y este abre los ojos por fin. Sus ojos chocolate giran un poco hasta encontrarse con los ojos negros y termina soltando un bufido a medida que se sienta y abre la boca con un bostezo.

The soul of AleriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora