𝙁𝙧𝙪𝙩𝙤𝙨 𝙧𝙤𝙟𝙤𝙨; 𝗈𝗆𝖾𝗀𝖺𝗏𝖾𝗋𝗌𝖾

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La música suena, retumbando en los lugares y en los pechos de los borrachos que daban largos tragos a sus bebidas. El golpeteo de los tacones era sonoro cuando las mujeres posicionaban sus pies firmemente en el escenario, bailando sensualmente a tipos que les tiraban dinero y subiendo en los tubos.

Sero espera impaciente, golpeando la mesa con la punta de sus dedos, sonriendo nerviosamente cuando miraba a las bailarinas pensando que eran la persona que esperaba y dando tragos chiquitos de vez en vez a su cerveza.

De alguna forma la música, las bailarinas, las quejas y las feromonas se hacían más fuertes. Fue casi imposible de soportar.

Sus oídos palpitaron y se hicieron más agudos cuando pudo percibir los pasos, sus fosas nasales se ensancharon al fuerte olor a cítrico y a chicle. No pudo evitar mirarla, no pudo controlar sonrojarse y sentirse agradable.

Todo parecía quedarse estático, nadie hacía ruido y no podía oler a otros más que ella, no parecía existir nadie más que ella.

- Si no dejas de mirarla se dará cuenta. - La mesera se le acercó sin insinuaciones, solo le sonrió gentil y dulce. - Ella es muy bonita ¿no? Pero está fuera de tu alcance, beta.

Él lo sabía, lo tenía claro; ella era una chica hermosa, con un gran talento y podría tener a las personas que quiera. Todo estába bien si solo la admira de lejos, con eso le basta.

- Eres un chico lindo pero no pareces pasar de los 20.- Ella parecía observarlo con intensidad. - Si solo te paras aquí todas las noches para verla he irte con la cerveza a medio tomar, me da una idea.

Si, bueno, era verdad; apenas cumplirá veinte años, no es amante del alcohol ni de ver a mujeres con poca ropa y su primera vez en un bar se sonrojó tanto que pensaron que estába borracho y lo sacaron.

- Pero no estába aquí por eso - Los labios de la mujer se curvearon en una sonrisa. - Ten, es mi número y mi nombre. Si algún día quieres divertirte, estaré disponible. - Ella lo tomó del mentón para abrirle la boca y meterle la lengua.

Fue corto, baboso, incómodo y al último pero no menos desagradable, le agarró una nalga y solo se fue guiñandole el ojo.

Mujeres locas, no deberían dar su número a cualquiera.

Se quedó tan en shock que el espectáculo final de la noche lo sorprendió. Ahí, frente a todos lo espectadores, la belleza más hermosa que nunca ha podido imaginar.

Los reflectores rosados daban en todo su cuerpo, haciendo brillar su vestido y coloreando con intensidad sus hebras del mismo color. Oh, a él realmente le gustaba la mujer alfa, todo en ella hacía que fuera su único foco de atención, ni siquiera la mesera le atraía tanto, no, ni siquiera le gustaba.

Ella comenzó a cantar con su vibrante y potente voz, acariciando las palabras dulcemente, saboreandolas antes de sacarlas. Su voz lo estremeció, sus oídos podían escurrir miel y ella observó entre la multitud, buscando algo o a alguien.

Los orbes dorados lo observaron a él y solo a él, se quedó rojo y estático; era un sueño, ella lo miraba. Su corazón se aceleró y no evitó pensar que la alfa lo escuchaba por la sonrisa descarada que le dió.

Ah, un pobre omega como él podía soportar muchas cosas pero su mirada lo deshacía.


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Holis bbs, espero que disfruten tanto como yo el SeroMina/ MinaSero, no duden en pedir algo en específico con ésta pareja o pedir continuación Uwu seré feliz Jsjsjsjs soy una escritora novata, por lo tanto, si no llego a sobrepasar sus expectativas, perdónenme :")

Paletas de sabores; ᴅʀᴀʙʙʟᴇs『SeroMina』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora