🌷 Siete 🌷

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—Señorita, señorita...hemos llegado — abrí despacio mis ojos, los talle y miré a la azafata.

—¿Qué hora es? — pregunté mientras me ponía de pie y tomaba mi maleta.

—Son las 10:30 de la mañana, llegamos hace media hora, pero la deje descansar un poco — asentí.

—Gracias...nos vemos — ella hizo una reverencia y yo bajé del avión.

El aire fresco me calo hasta los huesos, si bien en Tailandia no era mucho de hacer frío, era un poco más de calor...como si fuera verano, pero revuelto con invierno.

Salí de la autopista de aterrizaje y empecé a buscar un taxi que me llevaste a la dirección que nunca pensé que volvería a recordar.


Cuando al fin pude conseguir uno, le di la dirección, le pagué por adelantado...miré mi teléfono, el cual había cargado antes de irme.

Lo prendí y marque el número de SeokJin.


—¿Hola? ¿Lalisa?


—Hola SeokJin...ya he llegado a Tailandia, dile al señor Jeon que estoy bien...ahora me dirijo a ver a mi padre.

—Esta bien...yo le aviso, ¡Te extraño!

—No llores SeokJin, me harás llorar también.

—De acuerdo...lo siento, cuídate mucho, no olvides llamar y reportate, adiós.

—Adiós.

Colgué y guarde mi teléfono en la maleta. Miré por la ventana, y al momento reconocí aquel lugar por donde estábamos pasando.

—Aquí me bajo, gracias — le avisé al taxi, el cual asíntio y detuvo el taxi, yo me bajé de inmediato.

El taxi se fue, más rápido de lo que llegó. Aferre la maleta a mi hombro y empecé a caminar por la calle que me era muy melancólica volver a verla.

Fue una media hora, hasta que logré ver la gran casa, era más grande que la de los Jeon, y la de JungKook. Tragué pesado, realmente no se cómo vaya a reaccionar cuando me vea.

Caminé vacilante, estire mi mano hasta que mi dedo apretó el timbre...al instante la puerta se abrió, dejando ver a un hombre, traje negro, un tatuaje a lado del ojo y con una mirada de pocos amigos.


—¿Qué quieres niña? — fruncí el ceño, molesta.

—¿Se encuentra el señor Lucas? — él me miró de arriba a abajo.

—¿Quien lo busca? — pregunto.


—Dígale que soy Pranpriya — asíntio no muy convencido, cerró la puerta y escuché sus pasos desaparecer.

Solté un suspiro, miré el árbol que estaba enfrente de mí antiguo hogar; aquel árbol dónde tuve mi primera caída, y mi primer regaño por parte de mi madre, quien se preocupó por desinfectar todas mis heridas y raspones que me había echo esa vez.


Escuché la puerta volver a abrirse. Ese hombre nuevamente salió.


—Pase — parpadee un poco ida, pero finalmente asentí y entre, él cerró la puerta al yo entrar.


Al ver al interior (el jardín principal) no estaba tan cambiado desde que me fui.

—En la puerta principal te está esperando mi compañero, él te llevará hasta mi jefe — asentí, y empecé a caminar por toda la acera que había, si recordaba algo, era que a mí padre odiaba que le pasaran el pasto...mi madre no era igual, ella me decía que lo hiciera que no importaba.

Apresure el paso, hasta llegar con el otro chico que me llevaría con mi padre.


—Sígame — pidió, y yo lo seguí.

Él abrió la puerta y me hizo entrar primero, ni siquiera me daba ganas de mirar a mi alrededor, era algo que yo ya conocía a la perfección y no me hacía mucha gracia estar aquí.

—Por aquí — señaló una puerta, que si no mal recuerdo...era su despacho.

Solté un suspiro pesado, y camine con seguridad, no me iba a doblegar...no ahora.

—Con su con permiso — escuché como la puerta era cerrada, me di la vuelta y así era.

Mi mirada cayo sobre aquella silla giratoria que estaba de espaldas a mi.

—¿Qué haces aquí? — su voz grave me hizo pegar un brinco...jamás había sido amable con su hablar.

—Necesito de tu ayuda — hablé.

—¿Porque piensas que te daré mi ayuda? ¡Te recuerdo que fuiste tú quien te fuiste de aquí! — se giró a verme.

—Mamá había muerto en ese tiempo...y a mi nunca me gustó a lo que te dedicabas — hablé.

—¿¡Y eso qué!? ¡Eres mi hija y tenía que hacer algo por ustedes! ¿¡Quieres que te ayude!? ¡Bien! ¡Te ayudare a regresarte a Corea! — señaló la puerta, como si fuera a echarme de ahí en este momento.

—Papá, por favor — murmuré con la voz rota. —Realmente necesito de tu ayuda...por favor — caí al piso de rodillas. —Sí me ayudas...prometo que haré lo que quieras, sin poner pretextos, ni excusas...lo haré — lo miré... él parecía un poco sorprendido, pero pudo esconder su sorpresa.


—¿Porqué necesitas de mi ayuda? — pregunto sin mirarme.

—Mi esposo y mi hija están en peligro, y soy la única que puede ayudarlos...por favor — él me miró asombrado.

—¿E-Esposo, hija? ¿Te casaste? — pregunto atónito.

Sonreí con tristeza. —Jeon JungKook es mi esposo... Hyuho, TaeHyung y MinHwa son mis hijos, son Trillizos...La familia Jeon es de la mafia más grande de Corea...que ironía, escape de tu lado para que al final me terminará quedando igual — comenté mientras sonreía con tristeza.


—¿Así qué...? ¿Soy abuelo? — pregunto.

—Sí...eres abuelo — el paso las manos por su rostro, parecía en shock.

—¿Qué es lo que necesitas?

—Necesito que me entrenes... necesito salvarlos, y si no soy yo, él les hará daño — limpié mis lágrimas.

—¿Él? ¿Él quién? — me miró confundido.

—Kunpimook Bhuwakul.

—Ese hijo de puta...hace un año vino a ofrecerme su mierda de droga, y a tratar de hacer un convenio conmigo, pero lo rechacé.

—Yo empecé a trabajar en una cafetería las 24 hrs del día... él llegó ahí, y empezó  a insinuarme cosas, quería que fuera su esposa, me lo dijo muchas veces, lo rechacé y tenía prohibido entrar a la cafetería...no sé, cómo fue que se enteró de mi embarazo, de mis hijos...nos atentaron hace un mes, se llevaron a mi esposo y a mi hija, MinHwa — cubrí mi rostro, mis lágrimas volvían a salir.

—Te ayudaré...y te daré algunos de mis trabajadores para que te ayuden a recuperarlos...Lisa, el proceso puede llegar a ser doloroso, cansado y estricto, además, te ayudaré con una sola condición, ¿Aún quieres hacerlo?

—Haré cualquier cosa.

—¿Aceptas aún sin saber cuál es mi condición para ayudarte?

—No me importa cuál sea la condición...acepto.



—LaOmmaChida💜✨

The President's Son 2 [ Reencuentro familiar ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora