Conociéndonos (Enero 8, 1994)

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¿Cómo comenzó todo? Ah sí, Nina tenía solamente cuatro años cuando sus padres y su hermano mayor de nueve años, Dylan, fueron a visitar a sus abuelos por primera vez a Alemania, para ser exactos: Gelsenkirchen; pues sus abuelos iban a Perú cada año pero pararon de hacerlo cuando el abuelo se enfermó.

        -Mamá, me dan miedo los aviones, ¿Cuánto tiempo falta para llegar?-preguntó el niño con sus ojos marrones impregnados de miedo.

        -Falta muy poco, Dylan, y no te preocupes te acostumbraras, mi amor-le respondió su mamá Mary con una mirada tierna.

        -¡Sí, no seas gallina, Dylan!-dijo Nina riéndose. 

Toda la familia Rodriguez tenía el cabello de color marrón oscuro, casi negro; Nina tenía el cabello lacio con pequeñas ondulaciones al final y los ojos verdes de su papá, Dylan tenía todo el cabello ondulado igual que el de su papá y los ojos marrones de su mamá, quien tenía el cabello lacio.

        -¡Valentina! No le hables así a tu hermano-dijo Daniel, su papá. Sí, "Nina" es solo un diminutivo, Daniel siempre usaba su nombre completo cuando se molestaba-Además tú eras la que estaba llorando antes de que el avión despegara.

        -¿Ya estamos en el aire?-dijo Nina sorprendida. De repente, sus ojos verdes se llenaron de lágrimas. Pronto, empezó a llorar abrazada de su hermano, quien también se asustó y la imitó rápidamente.

Sin duda, ese sería un viaje muy largo...

...

Al llegar a tierras alemanas, ya todos calmados, salieron del avión y en el gigantesco aeropuerto lograron divisar a la abuela quien agitaba sus brazos tanto como podía (la abuela Adela era la mamá de Daniel. Ella nació en Alemania pero fue a Perú por trabajo ahí conoció al papá de Daniel, Fabian; se casaron, tuvieron a Daniel, y cuando su hijo creció y se casó, se mudaron a Alemania los dos solos).

Después de saludarse y recoger las maletas, se dirigieron al auto de la abuela, quien manejaba hacia su casa.

        -Así que...¿Cuánto tiempo se quedaran?-dijo Adela con una sonrisa-Espero que mínimo un mes.

        -Bueno, los chicos deben regresar a clases en mes y medio. Así que, tal vez te tome la palabra, mamá-dijo Daniel mientras todos reían.

Y así fue. Nina, Dylan y sus papas iban a Gelsenkirchen cada año y se quedaban un mes, para ser exactos parte del mes de enero y parte del mes de febrero por lo que llegaban cada invierno a Alemania y regresaban al tan caluroso territorio peruano...Pero ya llegaremos a eso.

Al llegar a su destino, saludaron al abuelo Fabian quien descansaba en su cama. Fabian había sido diagnosticado de cáncer al estómago por lo que no estaba en condiciones de viajar hasta Perú (como siempre lo hacían), obviamente los niños no lo sabían aun.

Todo lo que quedó de ese día salieron a conocer la ciudad, y por supuesto acostumbrarse al cambio de horario.

Al siguiente día, Mary y Daniel se dedicaron a ir de compras y cocinar, mientras que los niños se quedaban con sus abuelos. Transcurrieron varias horas en las que Nina y Dylan se aburrieron ya que no entendían nada de lo que decían en la televisión, por lo que la abuela los sacó de la casa muy abrigados y se dirigió a la casa del costado. Tocó la puerta de la cual salió una mujer rubia y de ojos azules.

*Alemán*

        -Hola, Kristin-saludó Adela-¿Cómo estás?

Hilo Rojo | Manuel NeuerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora