Capítulo XIV

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Capítulo 14

Era casi la una de la madrugada cuando los Jung regresaron y me pagaron por haber cuidado a las niñas, mientras conducía por el camino desierto, no pude evitar pensar en Jongin. En especial cuando pasé por el sitio donde mi automóvil se había detenido envuelto en humo, el lugar donde nos conocimos.

Mi teléfono sonó en el portavasos donde lo había apoyado, una fugaz mirada me indicó que era Baekhyun atendí el llamado sujetando con fuerza el volante con la otra mano, del otro lado de la línea me llegó un estruendo de voces y música.

–¿Hola? –dije levantando la voz.

–¿Ya terminaste? –su voz atronó en mi oído con tono exasperado–. Trabajas demasiado, muchacho. Y esto lo decía él chico que jamás había tenido que ganarse la vida. Ignoré el comentario.

–Sip –respondí–. Estoy yendo a casa.

–¡Vente al bar! Estoy con Key.

–No, está bien, me voy a dormir.

–¡No seas aguafiestas! Aquí está ya sabes quién.–Se me contrajo el pecho al escuchar el tono tentador.

–Estoy cansado, no te preocupes.

–¡Qué flojo! Vamos. ¿No te gustaría tener otra sesión con él? Está súper sexy... y deberías ver a la zorra que se desvive por atraer su atención en este preciso instante. ¡Tienes que venir de inmediato a reclamar lo que es tuyo!

No me molesté en explicarle que él no me pertenecía, era obvio que Baekhyun  había consumido unas copas de más en lo que iba de la noche, muy probablemente no recordaría nada de lo que le dijera.

–¿Key conducirá de vuelta?

–Sí, mamá, y no ha tomado ni una gota, la semana pasada un portero en una disco le confiscó su identificación –y estalló en carcajadas ante su propia broma, escuché que Key soltaba un insulto.

–Pórtate bien –le dije–. Debo irme.

Baekhyun me abucheó, sonriendo, corté la comunicación. Todavía sonreía al entrar en la ciudad, la sonrisa empezó a desdibujarse a medida que las palabras de Baekhyun penetraban en mi cerebro. Todo lo que podía ver en mi mente era la imagen de Jongin sirviendo tragos mientras las chicas y chicos lo adulaban, buscándolo.

De repente, ya no conducía de regreso a casa, sin tener una idea clara, me dirigía hacia Lotto. Como era habitual, el lugar estallaba de gente, aunque muchos ya se estaban yendo y salían a raudales hacia la noche oscura y fría, eché un rápido vistazo a mi teléfono y verifiqué que aún faltaba media hora para que cerraran, era probable que ya hubieran anunciado la última ronda.

Tenía plena conciencia de que llegar tan tarde era un ejercicio inútil, pero ya estaba allí, me veía totalmente fuera de lugar con mi camiseta de manga larga que me quedaba enorme, con el logo de la universidad impreso, jeans y calzado deportivo, a años luz de las chicas y chicos cuyos traseros se congelaba en sus pequeños atuendos.

Tenía el pelo desordenado, mi cara estaba libre de todo maquillaje, pero no me importaba, no estaba aquí para seducir ni para impresionar a nadie. Y sin embargo, no me engañaba, no había venido por Baekhyun, lo quería mucho, pero no pensaba fiestear con él y Key.

Solo quería verlo, no se trataba de que él me viera, de hecho, prefería que no se percatara en absoluto de mi presencia. Verlo era como una necesidad profunda y compulsiva que debía satisfacer. Evité la barra y vi a Baekhyun en el centro de un grupo de muchachos, como era natural, agitó los brazos en el aire y chilló cuando me vio. Me abrazó como si hiciera meses que no me veía, y no unas pocas horas desde esa tarde.

1. Kyungsoo I.UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora