Mi Ganado (2/???)

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Narra Autora.

-¡¡A..alejate malnacido!!- gritó nuevamente Ayato al verse nuevamente acorralado en su dama De hierro, nisiquiera pudo impedir que nuevamente Ruki lo acorrala en esta, así dejándole sin salida.

Ruki, al escuchar nuevamente el insulto solo se alejo un poco para dejar otra fuerte cachetada en el rostro de el Pelirojo mientras que nuevamente atrapó sus manos.

-Odio al ganado desobediente... Y si no aprendes a las buenas, de que eres mío y que me debes obediencia, aprenderás a las malas- aseguro mientras que se hacerca más al rostro de el Pelirojo y sin pensarlo le roba un beso apasionado.

En eso el Pelirojo jadeo y no pudo evitar el beso, mientras que sentía como se apoderaba de sus labios a la fuerza, y aunque se removía de manera alocada no podía separar los labios de el pelo azul oscuro.

En eso sintió como Ruki soltaba sus manos para así empezar a bajarlas a su cuerpo y comenzar a romper la camisa del más bajo al igual a separar las piernas de este para así tambien poder romper los pequeños Shorts que llevaba.

-¡¡Mhhmm!!- Ayato trataba de empujarlo... En eso tomo el hombro de Ruki, y mordiendo los labios de este con fuerza lo hizo separarse, sin más rápidamente le propinó un puñetazo en la cara para asi poder apartarlo y alejarse... Cosa que no ocurrió.

-Entonces en verdad quieres que sean las cosas así... - murmuró viendo al menor y notando cómo la sangre de su nariz bajaba y manchada el rostro asustado de el Pelirojo... Pero no le importaba -bien... Que así sea.

Dicho eso le propinó un fuerte golpe en la cara que lo dejo desorientado unos segundos, pero ese solo fue el primero de muchos...

Narra Reiji.

Ya habíamos llegado al instituto... Pero en verdad aún seguía preocupado... Y sabía que no era el único...

Tenía una sensación horrible desde que tengo este cuerpo... En verdad nunca me había importado nada que no tuviera que ver conmigo mismo... Pero desde hace días, el instinto de proteger a mis hermanos había aparecido... Y no podía dejar de pensar en sierto Pelirojo que no sabía cómo guardar silencio.

Sabía que todos tenían su orgullo, más yo que en verdad odiaba la situación que yo mismo lo había puesto a todos, pero... Ayato era el más orgulloso de todos, y la palabra prudencia no está en su diccionario.

En este momento me encuentro en frente de la biblioteca, sabía que Carla estaba hay, así que debía actuar rápido.

Me arrepentiría eternamente de lo que haría ahora, pero en verdad nesecito que después de que lleguemos a la mansión nos dejen ver a Ayato... No sabía en qué condiciones lo encontraríamos, y se que nos necesitará.

En eso entro a la biblioteca y camino hacia uno de los sillones grandes que estaban en el lugar, sabía que cuando el fundador mayor estaba en la biblioteca nadie se atrevía entrar, así que estamos solo.

En eso mientras que me hacerco veo que seguía enfrascado en su lectura, pero sabía que podía oler mi fragancia y sentir mi precencia, así que sin esperar solo me colocó a su frente.

-¿Por cual motivo tengo el honor en tenerte por aquí Kisama?- pregunta este sin apartar la vista de su libro.

Tragando levemenente solo me colocó firme a su frente -Estoy aquí, para hacer un trato- aseguro levemenente mientras que eso llama la atención de el albino mayor

-Te escucho- dice mientras que deja su libro de lado y ahora me presta su total atención.

-Yo... Necesitamos que cuando lleguemos a la mansión... Nos ayudes a mis hermanos y a mi a ver a Ayato- aseguro levemenente -se, que no podemos imponernos contra ustedes, pero, si puedes convencer a Ruki de que nos deje cuidarlo, y... Lo deje en paz solo ese día será suficiente.

las nuevas novias de sacrificio Son.... ¡¡¡¿Los Sakamaki's?!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora